BLOODBOUND - In The Name Of Metal

La banda sueca BLOODBOUND nos presenta con “In The Name Of Metal”, su quinto disco, toda una oda a la única y verdadera fe que profesamos la mayoría de quienes visitamos esta página, la religión y credo metálicos. Tras editar cinco discos en seis años, una cifra nada desdeñable y buena muestra de lo laboriosos que son estos chicos, el plástico que tenemos entre manos es el segundo con el vocalista Patrick “Pata” Johansson, asimismo cantante de DAWN OF SILENCE, otro buenísimo grupo que merece mucho más reconocimiento del que tiene. La banda sigue estando compuesta por los hermanos Tomas y Henrik Olsson a las guitarras, Pelle Åkerlind al bajo, Fredrik Bergh a los teclados, Anders Broman al bajo y el ya mencionado Patrick “Pata” Johansson a las voces.

En este álbum encontramos un estilo similar al de compatriotas suyos como DREAM EVIL, HAMMERFALL o CRYONIC TEMPLE. Es decir, Heavy-Power a la sueca sin mucho efectismo y directo a la yugular mezclado, a su vez, con unas buenas dosis de clásicos del Metal como MANOWAR, ACCEPT o JUDAS PRIEST. Una vez que todo se encuentra bien pasado por la batidora, el resultado es este “In The Name Of Metal”, título que deja poco lugar a dudas sobre la orientación de los temas que encontraremos en su interior.

Todo el disco se encuentra lleno de clichés metálicos por doquier y tópicos sobre el Heavy Metal, por lo que tiene la ventaja de que nadie se lleva a engaño con lo que va a escuchar. Es un disco que debe ser interpretado como un tributo al Heavy Metal de toda la vida, al estilo con el que han crecido estos muchachos y que de buen seguro siguen disfrutando como el que más; siendo esta obra una gran muestra de ello.


La producción, como suele ser norma en una banda sueca, es totalmente cristalina y poderosa a la vez; ocupando cada instrumento su lugar preciso y permitiendo disfrutar de cada uno de los detalles.

El tema que abre y da título al álbum, “In The Name Of Metal”, podría perfectamente formar parte de “The Book Of Heavy Metal” o “United” de sus compatriotas DREAM EVIL. “When Demons Collide” es más cercano a lo que los suecos hacían en “Nosferatu”, su primer disco, aunque la voz de Patrik "Pata" Johansson es tan distinta de la de Urban Breed que hace que parezcan discos de bandas totalmente diferentes. Al margen del detalle de la voz, también han perdido todo atisbo musical cercano a IRON MAIDEN, que tan buenos resultados daba a sus guitarristas en aquellos tiempos.

Hay estribillos que parecen sacados de una mezcla perfecta entre DREAM EVIL y EDGUY, como es el caso del de “Bonebreaker”; que se enmarca dentro de un tema de comienzo puramente HAMMERFALL de primera época, con una parte más rápida (doble bombo incluido) y otra más dinámica para las estrofas.


En “Metalheads Unite” hay un homenaje nada disimulado a los reyes del True Metal, MANOWAR, pues el riff es prácticamente calcado al de “Warriors Of The World”, y su aire épico y lírico es tan similar al de los americanos que casi parece que estamos ante una versión de un tema suyo.

Pero esto es sólo el principio, los parecidos razonables no terminan aquí y si no que alguien me diga que el estribillo de “Sons Of Babylon” no le recuerda al de “You Give Love A Bad Name” de BON JOVI, evidentemente pasado por el filtro de EDGUY, como no podía ser menos. El solo de este tema me encanta; de espíritu hardroquero, melódico y pegadizo. Vamos, una delicia.

Menos Heavy es “Mr. Darkness”. Algunos detalles de las guitarras del principio parecen sacados de VAN HALEN y el estribillo me ha traído a la mente a los HELLOWEEN de los tiempos de “Pink Bubbles Go Ape”; aquella lejana época en la que la banda anduvo algo más que desubicada.

Con un riff inicial muy pero que muy HAMMERFALL se sitúa “I'm Evil”. Tema puramente metálico y con el cantante gustándose mucho, aunque me falta un estribillo más rompedor.


En cortes como “Monstermind” y, especialmente, “Black Devil” muestran un estilo más americanizado, con bastante más groove y riffs entrecortados a lo SKID ROW con sobredosis de PANTERA de “Subhuman Race”. Hasta Patrick “Pata” Johansson se encarga de cantar a la manera del Sebastian Bach más agresivo en ese estribillo machacón y de guitarras más abiertas.

“King Of Fallen Grace”, es un corte de Power Metal más al uso y posee uno de los mejores estribillos de todo el álbum, recordando mucho a los EDGUY de finales de los noventa y primeros años del siglo XXI, su época más gloriosa; cuando les iba el Power Metal con el que muchas bandas crecen, se hacen enormes y más tarde reniegan del estilo y cambian a algo “más maduro”; dándose el batacazo pertinente.

Si en “Metalheads Unite” el homenaje fue a MANOWAR, en “Bounded By Blood” toca el turno de los germanos ACCEPT; con un riff muy cercano al de “Princess Of The Dawn” y un aire general que rezuma poder teutón por los cuatro costados. Cuando el tema arranca tu cuerpo se prepara para que la voz de UDO comience a atronar los altavoces, aunque al final quien lo hace es nuestro querido “Pata”, que pone toda la carne en el asador, regalándonos una gran interpretación coronada por un estribillo pegadizo cien por cien coreable.

En la edición japonesa del disco se puede encontrar un tema más, una nueva versión del tema “Book Of The Dead”, de su álbum homónimo de 2007. En aquella ocasión el vocalista era Michael Bormann (JADED HEART, THE SYGNET, ZENO, REDRUM). No sé yo hasta que punto era esto necesario, pues viene a aportar bastante poco, sirviendo solamente para hacer comparaciones y ya conocemos todos el carácter de las comparaciones…


Hay que saber valorar en su justa medida la capacidad que demuestran los suecos para realizar un álbum de estas características, digamos bastante estandarizadas y, que su a vez, suene atrayente para el oyente. No se puede minusvalorar todo el trabajo realizado, todo lo contrario; hay que reconocer la virtud y capacidad de sonar atractivo entre tanta maraña de grupos que quieren hacer esto mismo y no pueden, no tienen el “don”. Este mismo año me he hartado de escuchar bandas (especialmente americanas) que quieren sonar así o construir su música sobre esta base y no son capaces de cuajar buenos temas que te atraigan, quedando al final un batiburrillo de riffs sin mucha pegada, cuatro agudos por aquí y estribillos diluidos entre el resto del trabajo vocal.

En resumen, un disco de puño en alto, cuero, tachuelas y actitud, mucha actitud. Un homenaje a todos los tópicos del Metal más auténtico, genuino y conservador pero consiguiendo un disco fresco y pegadizo dentro de la cero innovación que permite una propuesta como esta. Himnos metálicos cocidos a fuego lento para ser degustados por los paladares de los más trues del lugar.

 

Pedro J. Cuadrado Redondo

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