Crítica de ADAGIO - Life

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A veces un gran éxito termina por convertirse en una maldición. Un fantasma que te persigue y, hagas lo que hagas, palidecerá en comparación con tu obra cumbre. Pasarán los años y serás recordado como “el tipo que hizo aquello tan genial”, a pesar de que, con esfuerzo y talento, te hayas labrado una carrera larguísima. En el mundo del Metal pasa igual: SONATA ARCTICA nunca igualará su "Ecliptica", ORPHANED LAND tiene su "Mabool" y el "Scenes From A Memory" de DREAM THEATER ya está hecho. El caso más representativo de esto es ADAGIO, que con "Life" no iguala sus mejores obras.

Tras un muy buen primer disco, "Sanctus Ignis", una buena mezcla entre SYMPHONY X e YNGWIE MALSTEEN, el grupo francés lanzó en 2003 "Underworld". Éste era una titánica obra de Metal Progresivo, con elementos sinfónicos, incursiones por el Metal Extremo, un coro y, sobre todo, unas canciones complejísimas, pero a la vez tremendamente adictivas. Un disco que cualquier seguidor del Metal más cuidado debería escuchar. Después de aquello, lo que debería haber sido una carrera ascendente se convirtió en un baile de cantantes y en una búsqueda de una identidad que ya habían encontrado.


Stéphan Forté dijo poco antes del lanzamiento de "Life" que lo que encontraríamos en el disco sería un nuevo "Underworld", pero eso ya se lo habíamos oído antes. ¿Sería verdad esta vez? Pues no, su magnum opus queda muy lejos, tanto por estilo como por calidad de las composiciones, así que conviene encarar este trabajo libre de prejuicios, sin tener en cuenta la trayectoria anterior de ADAGIO.

Una introducción sinfónica da paso al corte que da título al álbum. La calma torna en tempestad antes incluso de que llegue la base rítmica. Ya desde el primer minuto encontramos muchos de los rasgos distintivos de "Life": oscuridad, guitarras muy graves con riffs que podrían salir de algún grupo de Djent y melodías tomadas del cine de terror. La voz del mercenario Kelly Sundown Carpenter traza intervalos poco habituales para crear un extraño sentimiento de malestar. Cuando por fin rompe en un estribillo fluido, memorizable, éste dura tan solo unos segundos. Otra estrofa y al solo de guitarra. Muchas partes y poca sensación de orden. Está claro que "Life" empieza con muchísima calidad técnica, pero con una composición difícil de digerir en una primera escucha. Con el tiempo va ganando enteros, pero sin llegar a quedarse donde se quedan las grandes canciones.

Los más de nueve minutos del tema título dan paso a "Climb The Ladder". Aunque comienza con un riff complejo, parece que hay algo más de orden y las melodías vocales son mucho más pegadizas y emotivas. Un gran estribillo lleva arriba la canción, y tienen el buen tino de dejarle respirar. Si el primer tema era una muestra de virtuosismo y oscuridad sin orden, esta segunda pieza entra a la primera, y con las escuchas hace esa magia casi exclusiva del Progresivo, y es que cada vez se descubre algo nuevo en ella.


"Subrahmanya", el single del disco, tiene todas las virtudes y todos los defectos de este trabajo. Una pieza potentísima, rítmicamente inabarcable y con protagonismo (por fin) del último fichaje del grupo, la violinista Mayline. El riff principal es una mezcla entre Djent, Metal sinfónico y elementos tribales. ¿Original? Sí, pero al que escribe esas guitarras comprimidísimas y entrecortadas le suenan muy artificiales e innecesarias, un truco de producción indigno de un guitarrista como Fortè. La voz de Carpenter, aguda, y potente, está perfecta cantando lo suyo, pero sus melodías suenan forzadas. Retomando "Underworld" se hace patente que en ese disco, sobre el inmenso trabajo instrumental, había un cantante habituado al Hard Rock y al Power Metal que ponía la melodía por encima de todo. Sus sucesores han tenido más o menos éxito en su tarea, pero Kelly Sundown Carpenter, como ya hiciera en BEYOND TWILIGHT, retuerce las melodías y añade unas líneas complejas a unas bases ya de por sí suficientemente intrincadas.

Lo mismo pasa en "The Grand Spirit Voyage", pero la instrumentación es tan increíble que merece la pena. Franck Hermanny está genial a la seis cuerdas de su bajo, y la batería de Jelly Cardarelli, otro recién fichado, es más “calmada”. Muy buen percusionista, tan perfecto con la caña como con los pasajes con métricas poco habituales.

"Darkness Machine" incide de nuevo en secciones casi Djent, y los teclados de Kevin Codfert, uno de los mejores teclistas de las escena Metal, son casi exclusivamente leads y sonidos electrónicos. Kelly se desgañita en agudos sobre unas voces guturales durante la estrofa para desembocar en un bonito estribillo, una de las partes más memorables del disco, que de nuevo no se aprovecha lo suficiente.


El violín de Mayline vuelve al primer plano para "I'll Possess You", un medio tiempo que está entre lo mejor del disco. Le sigue "Secluded Within Myself", que empieza con un piano de Codfert que por fin suena a lo que se espera de un teclista así. Cuando que parece que la canción empieza a fluir, vuelven a cortarla con un riff que no tiene nada que ver y que, como todo el disco, da la sensación de ser un poco collage de partes en vez de un trabajo compuesto con calma.

"Trippin Away" es la balada del disco. Supone un pequeño descanso después de la avalancha de riffs y desarrollos que habían ofrecido hasta ahora. Y no por tener una pieza lenta, ya que el ritmo general del disco no es frenético, si no porque es la primera canción que no tiene cortes bruscos entre partes y las melodías vocales son fácilmente asimilables de principio a fin. Kelly demuestra lo buen cantante que es y curiosamente Codfert, en un campo en el que podría lucirse, está muy comedido al teclado. Ese espacio se lo cede a Mayline, que aporta un bonito solo de violín.

Cierra el disco "Torn", el que para el que escribe es el mejor tema del disco. Hace unos años ADAGIO publicó esta canción junto a otra llamada "Carry The Cross" en formato demo. Dos muy buenas canciones, muy directas, pero por algún motivo la segunda no ha llegado a formar parte de "Life". "Torn" sí, y se queda como vestigio del pasado power metalero de la banda.

"Life", irregular despedida de ADAGIO

"Life" es un buen disco, hay partes que valen oro, e instrumentalmente es un trabajo digno de estudio que puede provocar horas de estudio a los músicos más curiosos, pero es difícil, exceptuando los dos últimos temas, quitarse esa sensación de que ha sido compuesto cortando y pegando fragmentos en el estudio, lo cual no es malo cuando esos fragmentos tienen tan poco que ver entre ellos.


Irregular canto del cisne de ADAGIO, ya que Fortè anunció su disolución. Un buen trabajo para quien busque oscuridad y una sucesión de virguerías instrumentales sin tener mucho en cuenta el alma de las canciones. Aunque con tanto talento no son capaces de sacar un disco realmente malo, yo me seguiré refugiando en sus dos primeros discos.


Discográfica: Zeta Nemesis Records

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