Crítica de MAGNUS KARLSSON’S FREE FALL - Kingdom of Rock

 Suecia se está convirtiendo en el corazón del Rock. Sin miramientos. Bombeando por todo el mundo una cantidad de bandas y músicos de innegable categoría, no renuncia al estatus que lleva años forjando. Los que disfrutamos de esta música sabemos que su industria en el norte de Europa es potente e invierte en sus artistas: arma de doble filo, ya que nos regala grandes álbumes, tanto como decepciones en el directo de algunas bandas cuyo trabajo mediocre se disfraza bajo producciones brillantes. No obstante, al César lo que es del César: El talento que emana el país es innegable y llega al punto de que ciertas figuras se desenvuelven tranquilamente no sólo como músicos, sino también como compositores y productores para terceros. Este es el caso de Magnus Karlsson.

“Kingdom Of Rock” es el segundo álbum de MAGNUS KARLSSON’S FREE FALL. En los dos años que le separan de su predecesor, Karlsson ha decidido componer con el ojo fijado sobre cada uno de sus vocalistas invitados, contando de nuevo con Rick Altzi y Toni Harnell, y renovando el resto del elenco. Jaime Salazar sustituye esta vez a Daniel Flores en la batería y el resto de la instrumentación corre a cargo del propio Magnus.


Jorn Lande hace los honores, como ya los hiciera Russell Allen abriendo “Free Fall”, con el tema homónimo al título de la obra. Los niños de los ojos de Karlsson son apuesta segura para single, garantizando el buen sabor de boca con sus voces, que embriagan a cualquier seguidor del power metal sinfónico. Un tema bien pensado, fácil, por el que te dejas llevar hacia “Out Of The Dark”. Personalmente, me impacta mucho cómo la voz de THE POODLES se hace con el tema. Arrollador, me planteo que  Kakob Samuel quizá encajara mejor en este género que en el de su propia banda de hard rock. Hace muchos discos que no escucho de él la energía que desprende en este tema.

“No Control” es el corte más melódico que escucharemos y Karlsson lo deja en manos del enorme Joe Lynn Turner. Los teclados adornan con elegancia el tema de guitarra pegadiza. ¿El resultado? Simple, bonito, disfrutable. “When The Sky Falls” es difícil de criticar; es duro juzgar negativamente un tema cantado -¡y tan bien cantado!- por Tony Martin. Esta canción resulta un batiburrillo de canciones, evoca el típico corte que ya has escuchado antes en 20 discos del género que no despuntan por su originalidad compositiva, con elementos tan trillados como esa guitarrita “a lo egipcio” que no tardaréis en reconocer a comienzos del tema. Por ser constructivos, se agradece el guiño al heavy clásico y en concreto al “Headless Cross” de BLACK SABBATH, dado que claramente es la atmósfera que Karlsson pretendía reproducir. Por desgracia, por muy mago de la música que seas, hay que tener mucha clase si intentas imitar una obra de tales características y, francamente, en este caso el sueco se queda muy corto.


Varios temas pasan desapercibidos hasta la intervención de Altzi en “Another Life” y la de Harry Hess, otro de los protegidos de Frontiers, en “A Heart So Cold”. Este último merece la pena especialmente si eres fan de HAREM SCAREM: no es usual escuchar a Hess en este registro, aunque el trabajo con sus voces no termina de convencer y resulta algo artificial. Mientras, el anterior, es un tema que parece versionado, como traído de otro estilo al power metal. Elementos interesantes, quizá venidos a menos por la saturación de teclados. Salvo en el tema “No Control”, donde realmente aporta estilo, el teclado tiene un protagonismo tal que eclipsa el resto de instrumentos a lo largo del álbum. Es uno de los defectos que afean el género bajo mi punto de vista, en especial en su rama más sinfónica, el exceso de teclados en detrimento de, por ejemplo, un bajo que apenas se adivina.

La voz femenina, que parece ya no pudiera faltar cuando se trata de un álbum de estas características, es la de Rebecca De La Motte. En la balada “The Right Moment”, De La Motte recuerda a una joven Sharon den Adel, precisamente, en su paso por AVANTASIA, con un timbre más heavy. No supone nada nuevo, pero tampoco desmejora el álbum. Cierra el propio compositor con “Walk This Road Alone”, un buen tema, que le devuelve a “Kingdom Of Rock” la clase de la que puede presumir en su primera mitad.

“Kingdom Of Rock” no sorprenderá por su novedad; es el último juguete de uno de esos señores que, como mencionaba al comienzo, es una fuente compositiva inagotable. Puede que trabajar un poco más el factor diferencial de cada tema hiciera que su trabajo, en este caso, no resultara tan lineal. Quizá simplemente que distintos músicos instrumentaran con distintos estilos la obra ayudara, o cambiar algo las proporciones compositivas teclado-guitarra-bajo. Incluso que la masterización dejara disfrutar más de los dos últimos instrumentos fuera la clave. Porque de lo que puede ser un buen disco, con temas que merecen ser guardados en nuestra cajita de selectos, desciende peligrosamente al mundo del “uno más”, ¡lo que no se puede permitir el genio detrás de los discos de ALLEN/LANDE!

 

Lorraine Pérez

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