Crónica de ONSLAUGHT, SILVER FIST, RANCOR e INORDEM en Madrid

Desde Zaragoza llegaba el festival Thrash Inmortal 2013 tras un accidentado viaje debido a las inclemencias del tiempo con la nieve como protagonista, según relataron sus protagonistas. Después del impacto que supuso en el reducido elenco de salas de conciertos de Madrid la clausura de la Ritmo y Compás -donde inicialmente estaba previsto el concierto-, el lugar elegido para su celebración fue la madrileña sala Rockitchen, situada entre O’Donnel y Manuel Becerra. No es la mejor sala pero tampoco de las peores, aforo para 700 personas, acústica bastante buena, con el único pero, comunicaciones al margen, del habitual y excesivo precio de la bebida.

Ignoro si fue a causa de la fecha en la que coincidió -domingo-, si al déficit de transportes desde la sala, o si fue por los rigores climáticos más propios de otoño e invierno que de la primavera que se nos anunciaba, el ambiente fue gélido con muy poca presencia de fans. Entre los pocos asistentes, unos se quejaban del frío, otros del día elegido y otros de la hora de apertura. Cierto que el domingo no es mi día preferido de conciertos, con el odioso lunes a la vuelta de la esquina, y mucho menos para un festival con cuatro bandas, que entre los cambios de equipo y el reparto de cuotas iban a alargar la velada hasta bien entrada la noche pero la afluencia era en exceso pobre para el cartel ofrecido.

Era ocasión de disfrutar del 30 aniversario de ONSLAUGHT, que presentaba su último disco "The Sounds Of Violence", de 2011, que la caída de la gira con TANKARD le impidió defender en su momento. Sin excusas nos dispusimos a disfrutar de un buen chute de Thrash Metal que nunca viene mal por los viejos tiempos.


INORDEM

Abrían el concierto los madrileños INORDEM cuya evolución desde sus inicios hasta la actual tralla, pesadez y contundencia se ha completado con la entrada de Joan Hernández a las voces abrazando gracias a él al Thrash más Hardcore, aplastante y grueso de influencias de KOMA, SOZIEDAD ALCOHOLICA y definitivamente de PANTERA con ciertos aires de melodía de sus comienzos.

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Sus ahora cuatro integrantes concentraron su concierto de apenas 50 minutos en su último disco "La Miseria De Dios". Comenzaban la descarga del concierto con “Indomable”, canción espídica que define su actual estilo, contundencia en la batería, velocidad en la guitarra y agresividad en la voz donde se alternaban las partes de engorile iracundo entendido como ganas de entrar al pogo, golpearse el pecho y dar rienda suelta a la agresividad invasiva con las partes más lentas y melódicas que se detenía en los solos de guitarra. La escasísima concurrencia y la acústica en dos direcciones de la sala permitieron la anécdota dantesca de que el comentario de un integrante público llegase nítido al escenario y se dialogase con naturalidad del tiempo, del frío y del calor de la primavera.


Varios temas más después de su potente descarga del disco "La Miseria De Dios", se confirmaron sus influencias con el cover de PANTERA, el archiconocido "Cowboys From Hell". Bastante logrado dentro de la dificultad que las alargadas sombras de los dioses Dimebag y Phil Anselmo imponen. Joan Hernández clavó los registros vocales, haciendo alarde de una versatilidad que no exhibe en las canciones de INORDEM, alternando registros agudos, rasgados con suaves y armoniosos, y la guitarra de Sergio Basanta asumió sin problemas el riesgo de intentar imitar a Dimebag y su característico punteo. Con la prueba superada, continuaron con “Inevitable”, con su comienzo dejando lucimiento a la guitarra y batería para lanzarse a la velocidad y a la tralla. Siguieron con la crudeza de “Me Rebelo” un medio tiempo rudo de letra combativa, manteniendo el tesón durante todo el concierto sin apenas detenerse entre canciones ni dando respiro al personal. “Un Gramo De Locura” y la guitarra cabalgando solos y riffs entre los berridos y el doble bombo.

Terminó su show con “La Miseria De Un Dios”, dejando buen sabor de boca entre los pocos asistentes y patente su calidad y su agresividad. Si acaso ponerles el pero de una excesiva linealidad en sus composiciones debido en parte a lo homogéneo que resulta las líneas vocales.

RANCOR

Una hora después, como un reloj, ante las apenas 50 personas que nos congregábamos allí, comenzaron los otros madrileños RANCOR. Contraste de estilos entre la pesadez de INORDEM y las afiladas melodías de los otros pichis y su Thrash mucho más clásico, incisivo y técnico gracias a que estos contaban con dos guitarras como Ricky y Vasco Durán. Con esta banda persevera la reminiscencia a los gigantes del Thrash Metal neoyorquino OVERKILL y referentes de la vieja escuela tanto por empeño como por actitud. Es un punto de concordancia la voz de Dani López, tan chillona y aguda como la de Bobby Blitz o Souza, y que encaja como un guante en el Thrash más inveterado, el recuerdo lo remachan las composiciones características con medios tiempos hábiles e hipnóticos y la convicción se alcanza porque sus tienen la misma cualidad de eléctricos, intensos y desprendiendo la misma energía, buen rollo y sobre todo pasión que nace de la convicción y amor por este estilo.

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El bombardeo se inició con “Raining Bombs", que fue ejecutada con mucha intensidad, permutando posiciones entre Sierra, Vasco y Ricky para intentar mover al público, vibrantes, moviéndose por todo el escenario. Continuaron con "Soulchamber" del mismo disco, con un estribillo muy bien engrasado y ensayado que funciona a las mil maravillas en directo. Con la gracia del punteo del bajista Sierra al inicio, que daba paso al medio tiempo, a una galopada y al solo de Ricky. Pese a las canciones, el público seguía gélido, si bien apurado el pitillo en la puerta era más numeroso que en INORDEM. A ojo de buen cubero menos de 100, que sirvió para llenar el coso aunque se mantuvo distante y frío como la temperatura en la calle. Dedicaron unas palabras de cariño hacia la recién fallecida Yoli, camarera del Orión, conocida por muchos de los asiduos de la escena madrileña nocturna. La más sincera condolencia y palabras de apoyo para la familia y amigos.

Estrenaron en directo la canción "There Is No Love" del nuevo disco "Dark Future", si bien la canción sigue en la línea de su anterior disco, su estribillo no me pareció redondo, un poco duro, cortante en la rima. Sin descanso, continuaron repartiendo caña con su clásico homónimo “Rancor” que desfibriló al público. Single que tiene un gancho especial, con estribillo pegadizo y coreable, por la velocidad inicial, por el juego de coros, la agresividad que desprende, a la altura de cualquier gran himno del Thrash que se precie. Siguieron desgranando temas con “Drag You To Hell”, canción referida a la película de Sam Raimi "Arrástrame Al Infierno" y en la que Dani se caracterizó para la ocasión, medio tiempo que reavivaba el regusto a OVERKILL referido, medio tiempo que se aceleraba a un  rompecuellos y volvía al medio tiempo, dejando espacio para el sólo de Vasco.

De su nuevo disco "Dark Future", todavía nos dejarían otro par de temas el que da titulo al disco y otro que creo que se titulaba “Last Drop Of Blood” con acento en los coros, de influencias TESTAMENT, berreando al unísono. Para terminar nos deleitaron con "Zombie War", canción ejecutada y caracterizada con cierto tono de sentido del humor negro simulando a no muertos y que transmitía buen rollo, en el que los juegos de voces entre el sepulcral y cavernoso timbre de Vasco Durán y el cortante y afilado de Dani, quién en un alarde de registro, alternaba con un ponzoñoso gutural, parecía ejecutado por tres cantantes totalmente distintos dejaron un buen tema, difícil de interpretar.

En total 50 minutos de puro Thrash Metal de la vieja escuela que fue redondeado con “Wounded Wolf”, otra canción que utiliza todos los elementos que Rancor mejor explota: la utilización de distintos ritmos a lo largo de la canción, el resabido juego de voces graves de los coros con la aguda y gutural, (sí, ambas) de Dani, y los estribillos contundentes y sencillos.


Junto con el de ONSLAUGHT uno de los mejores conciertos de toda la noche. Se hizo patente la  inmensa diferencia con los grupos Thrash noveles de lo que es la fe, la convicción y fidelidad en un estilo, que se nota en su ejecución y se transmite por cada poro, a través de cada acorde y cada canción. Puro OVERKILL. Simplemente RANCOR.

SILVER FIST

Aunque eran muchas bandas, y el cansancio empezaba a hacer mella, es una virtud y un merito loable de la organización la rapidez con la que se producía el cambio de equipo. No tanto así la elección de los grupos para un cartel que se titulaba a si mismo “Thrash Inmortal”. A las 22.00 horas como un reloj arrancaba SILVER FIST, el grupo que más desentonaba por etiqueta en lo que pretendía ser un homenaje al Thrash. Entiéndase esto como crítica razonable no tanto al grupo, que ninguna culpa tiene sino como al criterio a la hora de conformar el cartel. En la variedad está el gusto y la diversidad puede ayudar a evitar el tedio y la monotonía. Dicho esto, SILVER FIST no pegaba ni con cola. No es una cuestión de cajones ni etiquetas. SILVER FIST tiene pasajes thrashers en sus canciones pero más como recurso que como adjetivo. Lleva teclado y no es Thrash. En todo concierto de Metal acepto que puede y tiene que haber una dosis, una pildorita de Heavy Metal clásico. Pero no hay por que darle una preponderancia en cartel y horario que no se comprende. Terminando la contextualización seguiré comulgando mis pecados diciendo que no es mi grupo predilecto.

Silverio se presentaba ante sus fieles -unos cuantos aguerridos y viejos rockeros entregados a su música-, había mucho más público que en cualquier otro de los conciertos del festival y, esto ayuda a comprender los motivos de integrarlos en el cartel a efectos de llamar a más aforo, con una formación marcadamente joven en lo que parecía una escuela de rock chocante con la media de edad que ronda Silver y el teclista Ismael Filthó. Juventud de algunos de sus miembros, que no impericia. Tanto el guitarrista Daniel Corregidor como el batería Erik Raya, un mini clon de Mike Terrana, ambos de impúdica edad tenían tanto futuro por delante como brillante presente. La clase comenzó el temario con “Mártir”. Siguió con “El Predicador”  donde se exhibieron todas las virtudes técnicas del citado guitarrista, y con un sonido de altos quilates evidenciando lo que permiten hacer los recursos que se le presumen a músicos de la trayectoria de los presentes, un tema muy Heavy clásico con matices thrashers.

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“Cielo O Infierno” dejaba un más que apreciable teclado, instrumento que permite debido al rellenado de huecos del almohadillado un sonido más límpido, constante y armonioso, que deja una buena sensación en el oído, no obstante la inspiración de la composición de la canción es insípida. “El Miedo” con un comienzo prometedoramente rápido dio lugar a un estribillo heavy y a la impedancia y ritmo de una batería muy estética, que estropearon con los coros pregrabados lanzados por el teclista, y que se deslució un poco más por unos pequeños desajustes con el micro de Silver que hacía que la voz que se fuera y volviese. Tras esta, “Morir Otra Vez”, sostenido por un puñado de riffs pegadizo y un solo de guitarra resultón, con nuevamente el almohadillado del teclado y la inclusión de unos coros pregrabados que chirriaban en el oído. Un directo es un directo. “Ten Más Valor” fue un tema cuya ejecución técnicamente brillante, con un sonido profesional, me volvió a dejar indiferente, sin que me transmitiese emoción alguna. La trilogía “Piel Roja” contó con un arranque heavy clásico y una segunda parte más thrasher y esos estribillos en castellano que exhiben que la música cantada en español siempre tiene un toque de horterismo incamuflable que en el idioma de Shakespeare sería épico.

Silver se soltó la melena cantando un versión en ingles del "Indians" de ANTHRAX. Sin dejar margen derramó “Lagrimas De Sangre” de su ultimo disco algo más thrasher que heavy, con la evidencia lírica de unas composiciones simples e infantiles. En un heavy clásico del tipo MURO de quién nunca se le podrá separar su influencia y los matices a  SARATOGA. Llego el turno de "Tormento" que daba comienzo con su clásico solo de guitarra, y dando paso a la batería, un tema muy heavy y power, con un estribillo coreable. Cerro la noche Silver con su tema “En Llamas”, uno de los únicos himnos siendo un medio tiempo con una letra que es una oda al Heavy Metal y al amor eterno a la banda sonora de nuestras vidas.  Hizo una pausa en la canción para presentar a su formación actual y puso el broche a la canción y al concierto animando a corear al público que estuvo bastante entregado toda la noche.

Concierto bastante correcto de Heavy Metal ofrecido por SILVER FIST y sus pupilos que hizo las delicias de sus seguidores para los que este grupo era un reclamo. Terminado éste, el público que presumiblemente había acudido a ver a SILVER FIST, abandonó la sala dirección a sus casas dejando colgados a los iconos del Thrash Metal y cabezas de cartel ONSLAUGHT.

ONSLAUGHT

A las 23 de la noche llegó el momento que estábamos esperando los 80 ochenteros que aún seguíamos en la sala. Entran en escena los británicos ONSLAUGHT, vieja escuela thrasher, ocultista y profundamente anticristiana para cerrar el colofón de una gran noche de Metal, liderados por Sy Keeler y Nige Rockett y escoltados por la presencia de mister Hourinan y sus características gafas de sol, que se marcaron un concierto de ferocidad e intensa violencia sin concesiones y directo a la mandíbula.

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“Into The Abyss”, de su último disco "Sounds Of Violence", nos introdujo con redoble de baterías, banda sonora de película de miedo y cañonazos, en las sombras disponiéndonos para el Thrash desatado, abrasivo y maligno  de “Killing Peace”. La primera en la frente. El estribillo blasfemo de "Spitting Blood In The Face Of God" consiguió calentar al público que canción a canción se fue animando y acercando más al escenario y entrando en contacto con las odas infernales que los britanicos transmitían. "Born For War", de su último LP, fue otra canción apabullante, arrolladoramente veloz y violenta que arranco el primer circle pit a los más intrépidos y nos dejaron a todos en llamas. Para abrir boca con los clásicos llego el regalo de “Let There Be Death”, pura intensidad y energía que empalmaron con “Angels Of Death” una de sus canciones más sucias y bastardas que, unida a la siguiente, "Destroyers Of The World", hizo desgañitarnos al grito de "kill in peace!" y cuyo estribillo, una apisonadora lanzada cuesta abajo a toda velocidad, dejo al público abrasado.

Sy Keller se dirigió al público para medir la temperatura de la sala anunciándonos una de las más conocidas canciones y clásico entre clásicos, “Metal Forces”, ejecutada con un sonido imperfecto y una voz dispersa, oscilante, como ya viniera pasando durante toda la noche, restándole brillo. Sin pausa llegó “Fight With The Beast”, otro clásico del disco "The Force", y que solventados los problemas de sonido y que denotó que la voz de Sy no es la que era en el disco, apoyándose en exceso en el recurso del reverb, consiguió desatar otro nuevo circle pit. Repasando la dilatada trayectoria cosechada llegaba “Planting The Seeds Of Hate”, del LP “Killing Peace” más acorde a los registros vocales actuales. De ritmo algo más pausado, tuvo una ejecución brillante.

Los ingleses hicieron una nueva pausa para respirar, y para no dejar ningún álbum del repertorio en el tintero, tocaron de su época más oscura y disco más mediocre "In Search Of Sanity" presentando el tema "Shellshock". Volvieron a elevar el listón y la energía perdida con otro de sus clásicos del LP "The Force" llegando el momento de "Demonic", canción mucho más pulida, de más garra, con unas guitarras dobladas, que originaron algún que otro pogo y que algún que otro bravo se subiese al escenario y se lanzase sobre un nada tupido público. El repaso por todas las etapas terminó con la flambeante “Burn” del disco "Killing Peace". Baño de luz roja, canción sucia, gamberra e irreverente de velocidad thrasher y sofocante estribillo que se inyecto en las venas de los integrantes del pogo.

Nueva pausa en el show, que además, coronaron realizando un bis, que por lo recurrente que resulta y a las alturas de la noche a la que estábamos resultó innecesario, pesado y sedante. Retornados al escenario la última descarga de adrenalina de la noche fueron a cargo de las canciones "This Is The Sound Of Violence", canción bastante coreada de su último disco homónimo, la canción que les otorga el nombre, "Onslaught (Power From Hell)", con la tónica general: otro clásico, otro pogo. El broche a la noche lo pusieron con la espídica y breve canción "Thermonuclear Devastation", que supuso la violación final de las cervicales y dejó exhausto ante tan magna exhibición de rabia, ira velocidad, actitud e intensidad.

Con los oídos aún crujientes, acartonados pero satisfechos, nos fuimos para casa después de haber asistido a un gran ritual satánico, con la sensación de haber aprovechado bien la tarde del domingo.

 

Crónica: Fernando Alfageme
Fotos: Olga Rodríguez

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