Crónica de TESTAMENT y EXODUS en Madrid

Posiblemente la gira más interesante en el ámbito del Thrash Metal que tendría lugar durante la primera mitad del año era la que pondría, en el mismo escenario, a dos de las bandas más clásicas del género reuniendo a TESTAMENT y a EXODUS, bajo un mismo techo por primera vez en nuestro país.

Este acontecimiento no lo dejaron pasar ni los seguidores más veteranos de ambas bandas, ni muchos chavales que asistían por primera vez a un acontecimiento de este tipo seguramente, y cuyas caras de emoción e impaciencia se podían ver en la larga cola que, desde bastante antes de la apertura de puertas, se formó vaticinando un ambiente inmejorable. El de una gran cita que, finalmente, no lo fue tanto.

EXODUS

Las puertas de la sala se abrieron bastante más tarde de lo que había leído en Internet y no tardaron mucho en saltar a las tablas, algo antes de lo previsto para fastidio de algunos fans que se perdieron el inicio de los de San Francisco, EXODUS con Steve “Zetro” Souza a la cabeza tras su nueva vuelta al seno del grupo que le dio la fama hace ya casi treinta años.

Esto, desde luego, para cualquier seguidor de la banda es una buena noticia. Tan buena como la marcha de Rob Dukes, ya que considero que el vocalista ha sido el mayor “cáncer”, tanto musical como personalmente, que ha tenido la banda de Tom Hunting y ¿Gary Holt?

Efectivamente, bastó con que sonaran “Black 13” y “Blood In Blood Out”, de su reciente disco titulado como la segunda, para que notáramos la clara diferencia entre ambas voces. Y eso que, como muchos nos temíamos, el sonido iba a ser el protagonista de la velada para nuestra desgracia, por encima de los riffs y las voces afiladas.

A este respecto debo decir que, desde la segunda fila donde estaba, el sonido no era tan infame, que no bueno ni mucho menos, como el que me comentaron mis amigos que sufrieron en la parte de atrás de la sala. Yo sí escuchaba las guitarras y la voz de Souza de manera bastante aceptable pero claro, ya sabemos que según dónde se posicione uno, la sala Arena le devuelve mejor o peor sonido lamentablemente. En cualquier caso, ya digo que no fue el que a todos nos hubiera gustado y el que una banda como EXODUS debe tener, eso está fuera de toda duda.

Además de la incógnita de si Gary Holt estaría sobre las tablas o no, cosa que imaginaba que no sucedería (como así fue siendo sustituido por Kragen Lum, de sus compatriotas HEATHEN, que cumplió con su labor con corrección) pero que tampoco vi confirmado en ningún sitio, me esperaba un repertorio centrado en los discos clásicos del grupo, dadas las circunstancias.

Tampoco fue exactamente el caso. Entiendo que defendieran su último disco, que no está nada mal pero que tampoco es espectacular en mi opinión, con otros dos temas como “Salt The Wound” y “Body Harvest”, bien recibidos por los más jóvenes y no tanto por los más veteranos, justo antes de afrontar la recta final del concierto, pero no me cuadró que tocaran dos temas de “The Atrocity Exhibition: Exhibit A” porque la larguísima “Iconoclasm” y “Children Of A Worthless God” no las hubiera incluido en un repertorio tan corto como el que tuvieron, máxime cuando se quedaron fuera clásicos imprescindibles como “Fabulous Disaster”, “A Lesson In Violence” o “Metal Command”, por citar alguno.

Por supuesto que tocaron temas clásicos que sonaron a gloria (si el sonido lo hubiera permitido en todo su esplendor, claro está) en la garganta de Steve como “Piranha” o “The Last Act Of Defiance”, más la traca final, que gozaron de la entusiasta respuesta de toda la sala y es que, la presencia de tanto chaval joven provocó que los circle pits fueran constantes (incluso hubo un wall of death) y el foso fuera un hervidero durante la hora larga que estuvo el quinteto en escena.

De los protagonistas destacaría a Steve porque, tras muchos años sin verle, creo que sigue en un estado de forma vocal muy digno y estuvo bastante activo, y al baterista fundador Tom Hunting, muy por encima del bajista Jack Gibson y, sobre todo, de un apático Lee Altus que parecía puesto por el ayuntamiento porque trasmitía de todo menos interés por lo que estaba haciendo. Ya digo, el “sustituto” de Holt le puso muchas más ganas que estos dos que llevan unos cuantos años en la banda. Incomprensible.

“Black List” fue el único representante del más que notable “Tempo Of The Damned” y, tras la nueva “Body Harvest”, llegamos a la recta final del concierto para la que se dejaron, sabiamente, tres de sus mejores cartuchos. Las coreadas “Bonded By Blood”, con un sonido bastante malo, “The Toxic Waltz” y el tema que cerraba su debut, es decir, “Strike Of The Beast”,  marchándose sin tocar, vaya usted a saber por qué, “War Is My Sheppard” (puesta en el setlist), con redondeando un concierto corto pero que a mí me pareció bastante correcto y que los chavales que estaban en el foso disfrutaron de lo lindo, a pesar de todo, como se les escuchaba comentar al final del show.

TESTAMENT

Con la sala abarrotada ya, lo que implica que los de atrás pierden mucha visibilidad,  frenético ritmo de trabajo sobre el escenario para preparar parte del montaje de los de Oakland. Y digo parte porque en Madrid, debido a las dimensiones del escenario, parte del atrezzo que llevaba TESTAMENT se quedó sin montar como le ha pasado a otros muchos grupos antes que a ellos. Al menos llevaban un gran juego de luces además del típico telón de fondo... Algo es algo.

La última vez que vi a la banda de Chuck Billy fue en ese mismo lugar y los recuerdos no eran muy positivos debido al bochornoso sonido que tuvieron aquella ocasión, como todas las veces que les he visto menos una, por otro lado. Pues bien, la historia se repitió y, aunque de nuevo desde mi posición sí que escuchaba las guitarras (sobre todo la de Skolnick), más o menos, y la voz de Chuck, cuando cantaba y no se ahogaba intentándolo como en el final del concierto, no es de recibo que una banda como TESTAMENT suene así de mal. Y podremos culpar a la sala (que algo de culpa tendrá, no digo que no) pero he estado en conciertos allí que han sonado aceptables, y hasta bien, así que no me lo explico pero claro, he visto sonar mal a TESTAMENT en Graspop donde sonaron bien hasta CRADLE OF FILTH así que no sé qué pensar, la verdad.

Sea como fuere, la gente estaba impaciente por comprobar si se haría realidad en Europa lo anunciado para Estados Unidos. Esto es, casi todo el repertorio de sus dos primeros discos más alguna cosa del tercero. A pesar de las esperanzas que nos dio el concierto de Holanda, fue solo un espejismo puesto que no se cumplió lo que a todos nos hubiera gustado y el repertorio fue algo diferente, sobre todo en lo que a su debut se refiere.

Pese a todo, “Over The Wall” y “The Haunting” dieron inicio a la contienda mostrando a una banda enchufada pero sonando muy deficientemente, donde las voces de Skolnick y Peterson había que intuirlas. Por desgracia esto continuaría así, o peor, hasta el último minuto de su escueta descarga. Si “sólo” hubiera sido eso...

Está claro que TESTAMENT no suena como a finales de los ochenta y hasta creo que, visto lo visto, esto es algo premeditado. Han actualizado sus clásicos al sonido al que han ido evolucionando con el paso del tiempo acelerando ciertas partes, metiendo arreglos algo diferentes (sobre todo en lo que a batería se refiere) y cambiando los agudos de Billy por guturales. Aquí cada uno opinará si le gusta o no esa adaptación. A mí no me va en absoluto por lo que en muchos momentos me daba la impresión de estar viendo a una banda de Death Metal hacer versiones de TESTAMENT.

“Rise Up”, de su última obra “Dark Roots Of Earth”, fue el primer tema que no debería haber tocado esa noche, pero no fue el único, ya que se marcaron al final del concierto un par de cortes de “The Gathering” como “D.N.R. (Do Not Resuscitate)” y “3 Days In Darkness” que, aunque en otras circunstancias me hubiera gustado mucho escucharlas, no era ese el día para ello porque prefería que hubieran sido sustituidas por alguna otra de “The Legacy” como por ejemplo, la gran ausente para mí “Alone In The Dark”. O, ya puestos, cualquiera de las otras cinco canciones del debut que se quedaron en el tintero junto a ella.

No obstante, he de decir que ver tocar y poner esos caretos a Skolnick de loco de manicomio a escasos dos metros, impresiona bastante y me parece un “monstruo” de las seis cuerdas, sin desmerecer el trabajo más “oculto” de Eric Peterson, que también aportó lo suyo aunque se viera eclipsado por su compañero en estas lides.

Lo mismo podría decir del recuperado para la causa Steve DiGiorgio, al que le daba igual tocar con un bajo de tres cuerdas que con uno de seis porque no se resentía el conjunto formando, junto a su compañero Gene Hoglan, una sólida base rítmica. Eso sí, no me gustó nada el sonido de batería de este último y cómo su instrumento se comió las guitarras gran parte del concierto.

Por último el gran, en todos los sentidos, Chuck Billy. Tiene una presencia escénica tremenda y no paró de hacer “air guitar” con su micrófono luminoso y animar a la sala, pero le vi muy justo de voz y terminó el concierto prácticamente ahogado (y no se le oía apenas) o dejando que el público hiciera los coros o cantara los estribillos directamente. Le van pesando los años.

“First Strike Is Deadly” cerró la tanda de temas que tocaron de “The Legacy” dejando con el gesto torcido a más de uno, y de dos, al finalizar el concierto pero, sin embargo, no sucedió lo mismo con su segunda obra ya que, el también genial “The New Order” sí que gozó de una cuota de protagonismo acorde a lo esperado ya que fue interpretado casi integro, exceptuando las dos instrumentales y la versión de AEROSMITH.

El grito desgarrado del vocalista anunciando “The Preacher” fue recibido con júbilo por el foso de la sala donde se montó algún pogo, lo mismo que en uno de los temas preferidos de Chuck, “A Day Reckoning”, mientras que las oscuras guitarras iniciales de “Eerie Inhabitans”, junto al solo central, me pusieron los pelos como escarpias aunque luego el tema se convirtió en una especie de batiburrillo dejándolo bastante deslucido en líneas generales.

Pero, seguramente, fue la sucesión de “New Order”, “Trial By Fire”, “Into The Pit” y “Disciples Of The Wach” las que más caldearon el ambiente antes de que los dos temas de “The Gathering” supusieran un cierto bajón de intensidad, por muy buenas canciones que sean, que lo son.

El concierto de los californianos fue muy intenso y sin apenas parones más que, algún escueto gracias de Chuck o unas palabras de DiGiorgio por lo que los temas cayeron “a piñón”. Es cierto que eso dota al concierto de dinamismo y mantiene el nivel de intensidad que un estilo como el Thrash Metal precisa pero claro, se le queda a uno un poco cara de tonto cuando la celebrada, y cantada por todo el mundo menos por quien tenía que cantarla, “Practice What You Preach”, dio por concluido el concierto de un grupo como el que nos ocupa tras 70 minutos. Escaso no, escasísimo.

Al final, ni lo de USA ni una especie de “best of” que, ya puestos, hubiera sido aceptable si hubieran tocado alguna canción más, y todo ello aderezado con un sonido tan infame como la última vez (aunque al estar delante en esta ocasión, y no al fondo, lo sufrí algo “menos”) que impide que puedas salir contento ni de TESTAMENT, ni de ningún concierto del grupo que sea.

Parece que la “maldición” les sigue persiguiendo y fue otra ocasión perdida para que este interesante cartel fuera uno de los conciertos del año. Al menos nos queda el “consuelo” de haber podido ver “todo” lo que venían ofreciendo, no como los desafortunados asistentes de su concierto en Málaga, que ni eso pudieron hacer.

Crónica y fotos: David Ortego