Crónica de PERIPHERY, VEIL OF MAYA y GOOD TIGER en Madrid

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Promotor: Madness Live!

No cabe duda de que ciertos grupos  y estilos metálicos gozan de popularidad entre el público más joven. Es el caso de grupos como PERIPHERY, por mucho que su música sea un compendio de Post-Hardcore, Metalcore, Deathcore (y demás cores…) y Djent (que esto último no deja de ser otra etiqueta más para definir los grupos que rítmicamente suenan a MESHUGGAH y tienen cierto toque progresivo), es decir nada que no se lleve haciendo ya hace más de una década, y lo acontecido este miércoles 16 de diciembre en la sala Caracol de Madrid demuestra esta teoría.

Cuando llegamos a la sala, a media hora de abrir las puertas y una hora de empezar el concierto, la cola para entrar doblaba la esquina, ¿en día laborable? Hasta que empecé a observar la gente allí congregada y la media de edad estaba en los 20 años… Impresionante el tirón: cartel de sold out y gente esperando a ver si caía alguna entrada a última hora. Podían haber llenado Arena o incluso 2/3 de la Riviera… El caso es que desde el principio la sala estaba a rebosar, y la gente parecía que se conocía bien a los tres grupos, porque no dejaron de vitorearlos, ni celebrar e incluso cantar sus canciones. Da gusto ver que la música en directo renueva su público, y sigue, valga la redundancia, viva.


GOOD TIGER

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Los primeros en salir fueron los británicos GOOD TIGER, formación de creación reciente, con solo un disco bajo el brazo, “A Head Full Of Moonlight”, y con gente de renombre entre sus filas procedentes de TESSERACT (el que fuera su vocalista, Elliot Coleman), THE FACELESS y THE SAFETY FIRE, todos expertos en las nuevas tendencias pseudoprogresivas. El sonido del que gozaron no fue bueno, estuvo muy enmarañado, máxime para un grupo donde las melodías y punteos comparten protagonismo con guitarrazos Djent y donde Coleman hace gala de versatilidad tonal, con falsetes, guturales y voces melódicas a cada cual más variada. Desde que salieran puntuales a las 8 de la tarde, se les vio muy enchufados y no era para menos, pues el público parecía conocerles bien y disfrutar de sus temas, algunos incluso muy coreados.


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Para mi gusto personal, el grupo es muy interesante, sobre todo por la voz y los juegos armónicos de las guitarras. También, dentro del programa de la noche eran los que mejor casaban con PERIPHERY. Lo malo es que gozaron de muy poco tiempo, solo 25 minutos en los que se dedicaron a tocar, casi sin descanso, la gran mayoría de los nueve temas que componen su debut. Para abrir escogieron “Aspirations”, todavía con el oído poco acostumbrado al volumen y a la ecualización. Aun así Coleman demostró salir con su voz muy trabajada, clavando los tonos más altos y los juegos vocales de corte Soul en donde casi parece una vocalista femenina. Más cañero, “All Her Own Teeth” fue la siguiente, incluyendo ya algún que otro gutural y teniendo al público ya en el bolsillo. Le siguió “I Paint What I See”, otra vez con Coleman demostrando sus dotes.

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Por fin el sonido pareció mejorar mucho en “Enjoy The Rain”, otra de las canciones más directas, con muy buenos guturales combinados con melodías jazzy. Además el tema fue presentado por el bajista Joaquín Ardiles, que se dirigió a la audiencia recordando sus orígenes españoles…  Al final GOOD TIGER sacó del bolsillo los dos temas más “conocidos”, “Snake Oil”, donde se pasaron con el humo como efecto y “Where Are The Birds” para acabar, dejando al público bastante caliente para lo que vendría después.

VEIL OF MAYA

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Sin ocultar el cambio de escenario detrás del telón de la sala (como ocurrió con todos los grupos, que además salieron sin ningún tipo de parafernalia), y tras 20 minutos, salió el más cañero de la noche, VEIL OF MAYA. Muchos pensarían que estaba desubicado, por su carácter mucho más Deathcore. Estoy seguro que su inclusión se debe a dos factores: compartir sello con PERIPHERY (la filial de Century Media, Sumerian Records), y que el último trabajo de VEIL OF MAYA, “Matriarch”, se aleja un poco de su línea incluyendo partes melódicas y estribillos más acordes con lo que se estaba ofreciendo esta noche. No obstante, Lukas Magyar tuvo que lidiar también con la guturalidad general del grupo, y su actitud hardcoreta no cesó en toda la descarga, echando de menos al final el poder vocal del anterior vocalista de VEIL OF MAYA, Brandon Butler, mucho más poderoso y constante. Y digo esto porque Lukas ya no podía más en los últimos cortes, precedidos además de varios temas de discos pretéritos, y los estribillos melódicos no le salían y o bien desafinaba o bien ofrecía el micro al público.


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Si hay algo que se debe loar de VEIL OF MAYA esta noche fue su actitud. Salió a piñón fijo y sin presentar los temas se recorrieron casi entero y sin parar “Matriarch”, empezando por su intro y acabando con “Aeris”. “Nyu”, “Leelo”, “Ellie”, con buenas melodías que fueron coreadas por el público, “Lucy”, algo caótica por el sonido de la batería, y “Mikasa”, también muy celebrada al ser el vídeo de presentación de “Matriarch”, sonaron sin descanso, dejando claro el grupo ese contraste del que hacen gala en este trabajo entre la brutalidad rítmica y la melodía. De hecho el contraste en ocasiones es hasta exagerado, tanto musicalmente como en actitud, pues hacía gracia ver a Lukas incitando al público al pogo en las partes más Deathcore (haciendo las delicias del respetable y jovencísimo público en cortes como “Lucy”, donde alguno también se lanzó a la piscina y sobre todo los temas de discos pretéritos), y también a las palmas y el movimiento de brazos en los estribillos como si fuera un grupo de Pop.

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Desde que empezaron a probar sonido, quedó claro que VEIL OF MAYA iba a sacrificar parte de la melodía que tienen en las guitarras, en favor del cuerpo rítmico. Todo estaba sobredimensionado, especialmente la batería, pero al menos el sonido fue claro. Se nota que en directo solo hay un guitarrista, porque se perdía mucha personalidad en los temas, pero se ganaba mucho cuerpo en los riffs, sobre todo por el bajo de ocho cuerdas de Danny Hauser. De otros trabajos, sonando brutales, cayeron sin descanso, “Punisher”, “Unbreakable” y la genial “It’s No Safe To Swin Today”, donde toda la sala formó un pogo descomunal. Fue aquí donde Lukas se dirigió por fin al público, para agradecer la euforia, pero también, después de tanta brutalidad sin descanso, fue cuando su voz dijo que ya estaba bien y empezaron los desafines en los estribillos de “Phoenix”, “Subject Zero” (una de las más brutales de la noche por los blast beats), “Three Fifty” y el final con “Aeris”, tras 40 minutos sin descanso, donde Lukas ya ni conseguía hacer bien los guturales y apenas se le oía.

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Aun así a VEIL OF MAYA no se le puede reprochar falta de entrega y actitud, si bien su estilo estaba algo desubicado y debe relajarse un poco en los setlist si no quiere acabar con las cuerdas vocales de su cantante.

PERIPHERY

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La puntualidad seguía siendo nota dominante y con PERIPHERY no iba a ser menos. Además, entre cambio y cambio de escenario, los responsables de Caracol se encargaron de amenizarnos la velada con música de lo más variopinta (y desubicada para los grupos vistos), desde la banda sonora de “Fama”, pasando por THE BANGLES (en el primer cambio de escenario) hasta música Trance antes de PERIPHERY… Al menos era una forma para desconectar entre grupo y grupo, puesto que uno podía moverse más bien poco tal y como estaba la sala.

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PERIPHERY tampoco utilizó ningún tipo de parafernalia, ni telones, ni logos, aunque sí un interesante juego de luces que se acabaría por convertir en un miembro del grupo más, tejiendo una buena atmósfera para la música, aunque quizás con excesivo humo de ambiente. Después de probar el arsenal de guitarras y demás, y sin más florituras, empezó a sonar la intro en medio de rayos de luz futurística (algo deslucidos porque el foco que alumbraba el merchandising seguía encendido…), y se notaba que el público tenía ganas de ver a Misha Mansoor y los suyos, porque entró en delirio desde el momento en que el enorme Matt Halpern salió a colocarse tras los parches y hasta que ataviado con una sudadera con capucha, Spencer Sotelo apareció con el micro, comenzando la noche con “Muramasa” del “Periphery II”.

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El sonido era muy bueno instrumentalmente hablando, pero Sotelo tenía problemas para ser escuchado, especialmente en las partes más Djent. Con el paso de las canciones se solucionó, pero en favor del vocalista hay que decir que clava todos sus tonos (a lo mejor ayudado por el mini “naranja” del que bebía, que según él era whisky), a pesar de que tiene un papel bastante complicado para hacerse oír en un grupo con tres guitarristas. Y es que la originalidad de PERIPHERY reside en que mientras otros grupos de Djent y sus derivados consiguen peso rítmico a base de guitarras de ocho cuerdas, PERIPHERY lo consigue con tres guitarristas, si bien a veces uno tiene la sensación de que “alguno” sobra en ciertas partes, como se podía comprobar con la cantidad de “chorradas” que hacían en las partes no solistas. Precisamente el ser tantos, dificultaba la ubicación en un escenario pequeño como el de Caracol, siendo el damnificado Jake Bowen, como principal guitarrista rítmico y segundo vocalista, que estaba casi tapado entre la batería y el frontal de guitarristas.

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Nada más salir Sotelo soltó un “viva España” agradecidos por la acogida del público, y poco más diría, porque como en el resto de grupos, la banda por ir a piñón, sin ni siquiera presentar los temas y sin paradas, salvo cada vez que “cambiaban” de disco, que tenían que cambiar de instrumentos y reafinarlos por ser tan diferentes las configuraciones tonales entre trabajos. La primera parte del setlist estuvo dedicada a “Periphery II”, quizás su mejor disco hasta la fecha, siguiendo con “Ragnarok” y “Masamune”, ambas generando el delirio del respetable que no paraba de pegar saltos. La primera referencia a “Alpha-Omega” vino con “Psychosphere”, el corte más elaborado de “Alpha”, seguido de “The Scourge”, más tranquila aunque con sus melodías algo deslucidas por la pegada de Halpern tras los parches. A partir de este punto la voz de Sotelo ya era nítida y todo estaba en su sitio, justo a tiempo para volver otra vez al pasado con dos cortes de gran intensidad, “Make Total Destroy”, de nuevo de “II” brutal por sus partes más Thrash y la única referencia, que no puede faltar, al primer disco de PERIPHERY, “Icarus Lives!”, muy aclamada y que dio lugar a un pogo multitudinario.

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Para el final, incluyendo los bises, dejaron hueco para otros cinco cortes más de “Alpha-Omega” (obviando “22 Faces”, que en otros sitios sí tocaron), como la sincopada “The Bad Thing”, cuyo estribillo se queda grabado a la mínima, “Alpha”, donde ocurrió la anécdota de la noche pues antes de tocarla les lanzaron unas bragas desde el público, con las que PERIPHERY estuvieron “jugando” toda la canción pasándoselas de unos a otros, y finalmente para cerrar “Graveless”, dejando al público con ganas de más. No tardaron en salir, pero en vez de hacer otro corte, optaron por una intro instrumental melódica introducida en castellano por el último guitarrista en incorporarse al grupo, Mark Holcomb. La pieza no aportó gran cosa porque además los guitarristas se acoplaron y sonó bastante mal. Afortunadamente enlazaron otra instrumental, esta vez sí en condiciones, “Four Lights”, del “Alpha”, muy cañera y Djent, sirviendo de aperitivo para el corte final, “Stranger Things”, de “Omega”, presentada también en castellano por el bajista Adam "Nolly" Getgood, y que durante siete minutos es un buen escaparate de la música de PERIPHERY, mezcla de virtuosismo, melodía y poderío rítmico, poniendo punto y final a un recital corto (algo menos de 70 minutos), pero muy intenso.

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PERIPHERY está de moda, no hay que tener miedo de decirlo. Pero como este grupo, muchos otros de esta esfera y el tipo de público que pudimos ver en Caracol, auguran un futuro prometedor. Sinceramente no me esperaba una respuesta tan abrumadora, y por lo menos, PERIPHERY es un grupo que, aunque pase de moda, tiene tablas y elementos suficientes como para dar mucho de sí en calidad e inventiva. A los estadounidenses les falta dar el salto a la primera división con mayor empaque en el escenario y un setlist algo más generoso, pero también demostraron que “Alpha” y “Omega” suenan mejor en directo y que siguen en la cresta de la ola creativa. Enhorabuena.

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Crónica: Raúl Ureña
Fotos: Laura Ruiz

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