DESECRESY - Chasmic Trascendence

Bienvenidos a un disco tremendo de Death Metal y a un grupo que va devorando con pasos de gigante el camino hacia la primera fila del underground europeo. DESECRESY es el hermoso cadáver que dejó la muerte la SLUGATHOR con Tommi Grönqvist como maestro de ceremonias y multiinstrumentista y Jarno Nurmi como vocalista. Tres discos en cuatro años demuestran que es mucho más que la banda de los ex SLUGATHOR y de hecho va camino de sepultar su brillante pasado con su impresionante presente. Sin romper el hábito de las portadas creadas en negro y otro único color, este “Chasmic Transcendence” será el disco verde como “Arches Of Entropy” fue el rojo y “The Doom Skeptron” el azul.

Más allá de la anécdota cromática, este tercer trabajo supone un bastión para DESECRESY, la gran obra trabajo que amenazaba con grabar a la vista de sus notables precedentes. “Arches Of Entropy” fue un brillante debut con una difícil producción, incluso para los embarrados cánones de su estilo. Y “The Doom Skeptron” trajo un cierto refinamiento con un sonido más limpio y unos ritmos más vivos. Los dos funcionaron a su manera y prepararon el terreno para este majestuoso “Chasmic Transcendence” en el que Grönqvist ha dado con la piedra filosofal del sonido DESECRESY: una producción mucho mejor que la del primer disco pero también más rugosa y atmosférica que la del segundo. Ideal. Y un sonido aún más denso, lento y monumental. Elegante en el sentido más aterrador del término. Elevado, cósmico, con canciones más cortas y concretas, riffs hirientes y una vibración ultraterrena en la que la música marida con su temática oscura y sus elipsis casi ritualistas con un poderoso sentido lovecraftiano. Como tiene que ser porque esto es, en toda la extensión del término, auténtico Death Metal de la noble cuna finlandesa.

Lo cual no quiere decir que sea un plagio de los gigantes que dieron forma a una de las vetas más legendarias del gran estilo maldito. Desde luego hay una enorme base que bebe de DEMIGOD, RIPPIKOULU, DEPRAVITY, ABHORRENCE, PURTENANCE y CONVULSE. Pero enriquecido por una evidente influencia, quizá la mayor de todas, de BOLT THROWER. Sin olvidar a ASPHYX, INCANTATION, GRAVE o ROTTREVORE. De la suma de todo esto, por supuesto: gravedad mortuoria, ritmos cercanos al Doom, melodías crueles, una pátina de oscuridad sobrehumana que lo cubre todo y un lugar cada vez más destacado junto a otros que también se están erigiendo en portadores del estandarte de la noche eterna: KRYPTS, UNDERGANG, LIE IN RUINS, IGNIVOMOUS, CRUCIAMENTUM, CORPSESSED…



“Chasmic Transcendence” es todo lo que tiene que ser: bizarro, poderoso y tétrico. Con un aura de magnetismo diabólico y una especie de elegante elevación que le da un toque casi espiritual. Cuando se vuelve más atmosférico, parece un vórtice que devora la luz a tu alrededor. Cuando se hace más violento es sucio y bastardo, más anticipo del sufrimiento que sufrimiento en sí. Como si lo escucharas encadenado en una habitación oscura en la que sólo distingues manchas de sangre por todas partes y el sonido de cuchillos que se afilan detrás de ti, en un punto ciego de tu mirada. La velocidad se ha reducido y los acelerones bestiales son un recurso escaso y, por lo tanto, de máximo impacto. Los grooves retumban como martillos neumáticos, la esencia de BOLT THROWER impregnada de esa maldad cavernosa tan propia de la escuela finlandesa, de la que también emanan unas melodías sobrecogedoras. Las guitarras son excelentes y la voz de Nurmi una amenaza atávica con unos guturales llevados al límite. Este disco es Death Metal de primerísima categoría: te envuelve, te obsesiona, llena el aire de misterio y te da pasto para pesadillas mientra pasa sus uñas podridas por las cicatrices del alma. Así tiene que ser.

Por un lado no tiene mucho sentido destacar alguna de las catorce canciones, ninguna llega a los cuatro minutos y medio, que componen uno de esos discos para escuchar de principio a fin solo y con los ojos cerrados. Pero al mismo tiempo es de justicia sacar brillo a himnos descomunales y miserables como “The Ethereal Bane”, “Shattered Monuments”, “The Eye Of Death”, “Cyclonic Mass Consumptor”, “Sons Of The Burning God II”, “Travellers Of Forbidden Planes”, “Waters Of Neptune” o la final “Autumn Of Souls”, cuyo título define casi a la perfección lo que es “Chasmic Transcendence”. Este puñado de canciones, y he terminado citando más de medio disco, puede competir con las de cualquier trabajo de Death Metal, por bueno que se te ocurra, que haya visto la luz en los últimos tiempos.


Esta veta del Metal Extremo que funde Death y Doom con una arquitectura monumental y macabra tiene en este “Chasmic Transcendence” una nueva joya, otra maravilla cruel y aplastante con la que sacar pecho. Si te gustan los grupos citados como influencias y referentes, este nuevo trabajo de DESECRESY te va a volver loco. Si sencillamente te gusta el Death Metal, de hecho, tienes que darle una oportunidad. Va a ser uno de los destacados del año en el género, seguro. Después de llamar a la puerta con sus dos primeros discos, DESECRESY la ha derribado con el tercero. Y lo que único que podemos hacer es abrir paso.

 

Juanma Rubio

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