Prácticamente de la nada, surge GENE THE WEREWOLF. Resulta curioso porque del sello Frontiers nos llegan ediciones inesperadas pero siempre se centran en los múltiples proyectos paralelos que idea el jefe de la compañía, Serafino Perugino, para alguno de sus artistas más conocidos, o formaciones europeas que buscan conseguir el mínimo de seguimiento a nivel local para crearse un estatus de prestigio en el viejo continente. Sin embargo, este quinteto que nos ocupa proviene de Pittsburg, la ciudad del acero y de los Steelers de fútbol americano, uno de los cinturones industriales de Estados Unidos. Seguro que las hay pero no recuerdo bandas de la zona dentro del Hard Rock, no parece el sitio con más glamour para crear un grupo de esas características.
“Rock N´ Roll Animal” es un álbum que hace un cuarto de siglo hubiera estado destinado a resultar alternativa para cualquier multinacional que no fuera Geffen en el afán de romper el mercado como estos hicieron con GUNS ´N´ ROSES. A priori, la combinación del Sleazy más amable (no el sucio, tipo SEA HAGS, por ejemplo) con los riffs típicos de AC/DC daría una idea de lo que pretenden mostrar al público. No obstante, no hace faltar rascar demasiado para descubrir una tercera, fundamental y más actual influencia. Después de tres cortes que siguen el patrón marcado, nos topamos con “Heart OF Steel”. Los teclados, la voz estridente y los gorgoritos les delatan, incluso la estructura de la canción. THE DARKNESS les han marcado bastante porque este tema podría encajar, sin problemas, en “Permission To Land” o el reciente “Hot Cakes”. Magnífica, en cualquier caso.
Si bien hay que reiterar la nula originalidad de la propuesta, GENE THE WEREWOLF posee un puñado de composiciones que hacen interesante la escucha del disco. La energética “Wicked Love” abre el álbum y te embiste como un toro cuando le sueltan al ruedo. Jon Belan (cuyo mote es el que da nombre a la banda) es un notable vocalista y sabe mezclar momentos callejeros (el final de “Wicked Love” me recuerda enormemente al de “Gimme No Lip” de DANGEROUS TOYS) con instantes donde explora el lado sutil de sus cuerdas vocales. No obstante, en ocasiones se pasan de frenada en sus homenajes al pasado porque cortes como “I Only Wanna Rock ´N´ Roll” o el que da título a la obra, están tan manidos que podrían estar firmados por los hermanos Young o alguno de sus cien mil clones. Es preferible canciones en la línea de “Superheroes”, marchosa y estándar pero, sobre todo, entretenida, algo que repiten en “I´ve Got The Love”, un clásico Rock con toques Hard, muy festiva.
Encontramos una rara avis dentro de “Rock N´ Roll Animal”. Como si de unos DEF LEPPARD se tratara, “Light Me Up” brilla por lo inesperado. Una notable composición, claramente inspirada en los de Sheffield, época “Adrenalize”. Incluso, apurando, y de nuevo con efluvios AC/DC, también en “Firecracker” hay un guiño a cuando los británicos metían guitarras como los australianos. En el final del álbum, los teclados vuelven a cobrar protagonismo, si bien con éxito distinto. Casi en plan banda sonora de película juvenil de los ochenta, “Give It Up” es otro tesoro escondido que contrasta con la acaramelada “The Ballad Of Gene”, cuyos arreglos orquestales resultan excesivamente pomposos.
GENE THE WEREWOLF no es la mejor banda del mundo; ni tan siquiera pretende hacerse pasar por algo que no es. Su objetivo es hacer que el oyente disfrute con un disco sin pretensiones de Hard Rock de un tiempo en el que este estilo dominaba el mundo pero adaptándolo al siglo XXI. ¿Lo consiguen? A medias pero si hubiera que decentarse, habría que inclinarse por el sí. Deben eliminar determinados estereotipos que les hacen ser repetitivos y ahondar en esos toques sorprendentes con que nos deleitan en algunos temas. Para un amante del género, seguramente no le cambie la vida ni descubra nada excepcional, pero sí podrá pasar un buen rato que, a estas alturas, parece suficiente. ¿No nos decían eso POISON?
Marco-Antonio Romero
