HARDREAMS - Unbroken Promises

"Unbroken Promises" es el tercer trabajo de la banda catalana de AOR/Hard Melódico HARDREAMS, un lanzamiento que refuerza la teoría de que en España también se hace buen Rock Melódico a día de hoy. Ya no es necesario remontarse a los tiempos de SANGRE AZUL, SHALOM o SÁTIRA para evidenciar que hay unas cuantas bandas, aunque tampoco una excelsa escena, encargadas de darle color y vidilla al género. Claro ejemplo de ello son EDEN LOST, AIRLESS, los propios HARDREAMS o STRANGERS que, aunque siguen pendientes de la grabación de su primer larga duración, se están haciendo un hueco y pequeño nombre en la escena a base de tocar y tocar.

El grueso de HARDREAMS se halla en el sonido notorio y competente de sus discos, muy en la línea del que se estilaba a mediados-finales de los ochenta en el terreno del AOR Westcoast y, a su vez, en la voz de Manuel Esteve, el cual posee el típico timbre de voz cálido y semiquebrado, en la línea de vocalistas como Harry Hess de HAREM SCAREM o Jeff Scott Soto. Este tipo de voces, a mi parecer, embellecen y refuerzan mucho las canciones en el género del Rock Melódico y le dan una tesitura especial a las mismas, y de eso precisamente se ha aprovechado en este trabajo el citado vocalista.


A decir verdad, HARDREAMS no es un grupo de majestuosas e inolvidables composiciones, simplemente explotan adecuadamente y con rigor sus virtudes, creando algunas piezas reseñables como son "A High Mountain To Climb", acelerada y pegadiza; la balada templada y minimalista "It's Only Love" y "This Land Inside Our Souls", cautivadora, inspirada y aderezada con un vertiginoso solo de guitarra. Aún así, no veo a la formación catalana entrando en el Olimpo de los maestros del AOR ni reescribiendo la historia del género. Como músicos, tienen clase, elegancia, se mueven bien en el terreno que pisan y sin evidenciar síntomas de torpeza, pero, quizá, pequen de abusar en exceso de de las baladas y de los medios tiempos.

Está claro que el AOR no tiene por qué ser un género que exprima la faceta más dinámica y eléctrica del Rock, pero sí que puede sonar con pegada, fuerza y con capacidad de hechizar al oyente, lo cual es un objetivo que debería de plantearse la banda de cara a sacarle el máximo partido a sus lanzamientos y, en general, a sus posibilidades como músicos. Para nivelar la balanza de pros y contras, finalizaré mi escrito aclarando que estamos ante un buen disco, agradable de escuchar y que, aún estando lejos de poder deslumbrar y hacer las delicias de los seguidores del género, ofrece unas cuantas buenas canciones, suficiente para digerir mejor la escucha del álbum en cuestión, y es que no siempre uno tiene que toparse con una indiscutible y genuina obra maestra para dejarse contagiar del encanto de un trabajo como lo es "Unbroken Promises".

 

Jorge Osoro

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