HEREDEROS DE UN IMPERIO: Cómo morir de cero

A lo largo de los años se ha generalizado el adjetivo casposo como acompañante de Rock español. Hay gente que lo confunde, desde la ignorancia, con entrañable

Se confunde lo casposo con la mala suerte, con la mala leche y con las malas personas. Esos factores que dieron al traste con una gran cantidad de bandas que son consideradas de medio pelo por el simple hecho de ser de la piel de toro. Este adjetivo, casposo, se ha fusionado de tal manera con el Rock español que hay gente que no quiere oír hablar de nada que tenga que ver con ninguna banda, a pesar de que a ésta sí que se la puedan aplicar adjetivos muy distintos como elegante, con clase y exquisita. Y por esto, no explotan.

Éste es el caso de un grupo malagueño que en otro tiempo se llamaba SIDDHARTA. Fue autor de uno de los mejores discos de la pasada década que, para añadirle dificultades, era su debut. Ahora SIDDHARTA no existe y, sin embargo, está al borde de su tercer disco, "Morir De Cero". Ahora se llama 7 LUNAS, pero el trasfondo de elegancia y sinceridad sigue siendo el mismo.

Sentíamos los primeros latidos de 2000 cuando en las tiendas nos encontrábamos con un álbum de portada confusa. Un hada verde nos invitaba a abrir las puertas de un CD que pasaría a la estantería de los malditos. "Octubre" recibió las mejores críticas que se podía esperar. La música se abría el paso a mamporros sin necesidad de un duro en promoción. El boca a boca funcionó y en poco tiempo todos sabíamos que había un grupo de AOR por ahí que era una delicia. Una voz genial de un tal Fernando Pleite, unas melodías estudiadas y una temática oscura pero tratada con la luz de genialidad.


El CD voló entre los primeros grabadores de discos y los últimos de cassettes. Todos anhelábamos el segundo disco y ninguno comprendía el por qué de los retrasos. ¿Qué parte del mensaje no habían captado las discográficas? Había un diamante en bruto huérfano de editor y nadie se hacía cargo de las necesidades, a pesar de los gritos desesperados.

Finalmente, con la esperanza ya casi marchita se arrancaron con un EP magnífico y evolucionado, y un genial segundo CD que confirmó que ellos estaban huérfanos y las discográficas, sordas. EL CD tuvo que ser lanzado a través de la web, con un número limitado de copias que desaparecieron de las manos, mientras en los estantes de las tiendas de discos se perpetúan los restos de los verdaderos casposos que sí tenían discográfica que les escuchara.


De nuevo, el olvido les volvió a enterrar poco a poco, y sólo los nostálgicos recordaban los acordes de "Nadia" o de "Rock ‘N’ Roll" y repetían aquella célebre frase de "lo que pudieron haber sido". Ahí nos quedamos hasta que antes de ayer, como aquel que dice, en su web se confirmaba la salida de un tercer disco, esta vez bajo el nombre de 7 LUNAS. Una nueva oportunidad que les ha concedido Internet y que les han denegado las casas de discos, preocupadas en elegir el modelo de su ataúd.

Para quien guste, en su web lo encontrarán. Sin haberlo escuchado, un pálpito me dice que es un nuevo ejemplo para callar la boca de aquellos que reparten sin cesar el adjetivo "casposo". Para que aprendan.

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