Crítica de IRON CURTAIN - Danger Zone

Iron Curtain Danger Zone

La última década ha visto nacer a un nutrido grupo de bandas volcadas en mantener izada la bandera del Heavy Metal más tradicional. Los amantes del Heavy Metal más ortodoxo le debemos a grupos como ENFORCER, SKULL FIST, STRIKER, o a los españoles HITTEN, FRENZY o IRON CURTAIN con este "Danger Zone" la esperanza de que nuestro viejo y amado género musical todavía tiene futuro por delante.

No obstante, en los últimos años, hemos visto como buena parte de estas bandas han sacrificado velocidad y agresividad en sus últimos álbumes en pos de un enfoque más melódico. Su brújula ha dejado de señalar a MOTÖRHEAD o ACCEPT y ha virado hacia SCORPIONS o DEF LEPPARD.


¿Se trata de una tendencia imparable? ¿Es un fenómeno natural? ¿Ha conseguido el Hard Rock infiltrarse cual quintacolumnista entre las filas de esa Nueva Ola del Heavy Metal Tradicional? Quizá sean preguntas demasiado generales o incluso filosóficas para poder contestarse. Hoy nos basta con ver si IRON CURTAIN ha cedido a los cantos de sirena de las melodías más accesibles o si se ha enrocado en su posición y defienden las posturas clásicas y agresivas que le ha definido hasta el momento.

"Danger Zone" de IRON CURTAIN comienza apostando por las raíces de la banda

La respuesta inicial, si nos dejamos guiar por la primera mitad del disco, parece clara: IRON CURTAIN resiste. Su último trabajo, "Danger Zone" se abre con lo que podría ser una declaración de intenciones. "Wildlife", su primera pista, retrotrae a la NWOBHM más visceral y acelerada, a la que más influyó al Thrash y al Speed Metal. En esta canción las influencias de VENOM, JAGUAR o del riff del "Metal Militia" de METALLICA son evidentes y cuajan de manera efectiva y contundente. Combustible perfecto para el headbanging.

El álbum sigue de manera brillante con "Stormbound", una muestra brillante de Rock and Roll agresivo, propio de unos JAGUAR o unos TANK, y que supone uno de los temas más inspirados del disco. En "Rock Survivors" IRON CURTAIN se acercan melódicamente a los KROKUS más bailongos, aderazado con unos juegos de guitarra muy THIN LIZZY o IRON MAIDEN. "Mad Dogs" por su parte crece a la sombra de los TANK más clásicos.


El balance intermedio está claro: IRON CURTAIN ha apostado por mantenerse en sus raíces y apenas hay concesiones al Hard Rock. Pero, amigos míos, la teórica segunda parte del álbum nos tiene reservadas sorpresas. Sorpresas en forma de concesiones a tendencias menos agresivas y más melódicas dentro del Heavy Metal más clásico.

Así, el tema título "Danger Zone" recuerda muchísimo a los Y&T de Dave Meniketti, aunque mantiene un sonido de guitarra propio de los TANK más domesticados y menos asilvestrados.

IRON CURTAIN se desinfla conforme avanza su nuevo disco

El álbum se cierra con "Lonewolf", donde IRON CURTAIN apuestan por un sonido cercano a SCORPIONS. El tema arranca con reminiscencias del sonido setentero de Klaus Meine y los suyos y acaba con unos riffs propios del "Lovedrive".


Los otros dos temas de esta "Cara B" ("The Running Man" y "Rough Riders") mantienen la llama de los MOTÖRHEAD más clásico, tanto en su estructura de Rock and Roll acelerado y macarra como el tono Lemmy que consigue sacar a la voz Mike Leprosy. Pero algo en su estructura hace que suenen opacos, sin brillo, en definitiva, poco memorables.

La sensación general que me queda tras escuchar este "Danger Zone" es que pierde fuelle a medida que avanza el álbum. Y llega el momento de hacer una advertencia. No soy especialmente integrista de la ortodoxia del Metal. Me gusta (y mucho) el Hard Rock y creo que apostar por un enfoque más melódico no tiene que ser necesariamente malo.

El problema que le veo a "Danger Zone" no es una "dulcificación" de su sonido, sino que no acabo de ver a IRON CURTAIN inspirados o cómodos en esos nuevos parámetros. El grupo suena mucho más efectivo y logra sus mayores éxitos en sus coordenadas más crudas. Su apuesta por sonar a SCORPIONS o Y&T -o incluso a los MOTÖRHEAD menos cafres- no acaba de cuajar.


Los momentos más brillantes de este disco ("Wildlife", "Stormbound") responden a los IRON CURTAIN más macarras. Su nueva faceta más hard rockera es mucho menos memorable. Si todo el disco siguiese los parámetros de su primer disco estaríamos ante un álbum muy recomendable. Sin embargo, me temo que estamos ante un trabajo prescindible en términos generales.


Discográfica: Dying Victims

Más información sobre la banda en su página de Facebook.

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