IRON MASK - Black As Death

Vientos neoclásicos recorren el mástil de guitarra en IRON MASK peinando las cuerdas a pulso vertiginoso en esta nueva entrega de los belgas, quienes con un sonido brillante, melódico y pegadizo no defraudan y se mantienen fieles a su recargado estilo, repleto de reminiscencias a la edad de oro del Rock más virtuoso.

Y no es para menos, ya que estos muchachos de Bélgica, con raíces bien fundadas en el Metal Sinfónico, así como en el Hard Rock, sitúan a este "Black As Death" -su cuarto trabajo discográfico- a medio camino entre estos dos citados estilos, con temas dotados de una condición que huele a conservatorio musical (algo que se vislumbra desde el comienzo). De este modo, el plástico abre con una obertura instrumental que nos introduce de lleno en la magia de este álbum. Un primer corte que bajo el título de "From Light Into The Dark", deja ciertos posos del recuerdo con forma a los antiguos instrumentales de ICED EARTH, dando pie a la homónima "Black As Death", canción repleta de coros grandilocuentes que va evolucionando hacia un neoclasicismo imperioso en su estribillo, todo ello bajo un absoluto protagonismo de la guitarra en esta declaración de intenciones sobre lo que vamos a encontrar a lo largo de todo el disco.

Así, el álbum comienza a rodar con temas a medio tiempo como el melódico "Broken Hero" seguido de cerca por el virtuoso "Feel The Fire", una canción que es pura velocidad de la luz hecha sonido, y en la que se ve claramente cómo la sombra del admirador sueco de Paganini es alargada, tal y como demuestra este corte en el que la guitarra eléctrica de Mr. Petrossi experimenta el calor de las chispas del fuego, tal y como su título indica, en esta canción en la cual queda patente su condición de alumno aventajado del guitarrista de la fría Suecia, citado sutilmente en las líneas superiores, Yngwie J. Malmsteen.


Un nombre, el del señor Malmsteen, que tiene un gran peso compositivo en este álbum, pues no en vano tanto el vocalista Mark Boals como el teclista Mats Olausson proceden de la banda del sueco, habiendo grabado discos como el famoso "Trilogy" (en caso de Mark). Un gravamen que dibuja los cánones de las estructuras en temas de puro Hard Rock melódico como "Absence" o "God Punishes I Kill", este último con un sabor también, por consecuencia, muy AT VANCE.

Un tono extremadamente melódico que se repite a lo largo de las doce piezas que forman este "Black As Death", en el que del mismo modo encontramos cortes algo más pausados, como el medio tiempo de aires orientales "Genghis Khan" o la hermosa balada "Magic Sky Requiem", pura eufonía celestial y delicada. Aunque lo cierto es que cuando Iron Mask se quita el antifaz también tiene tiempo para revelarnos su lado más duro; algo que sucede en dos de los mejores temas del álbum como son la potente y Heavy "Blizzard Of Doom", una especie de duelo metálico en la estratosfera con un estribillo mágico marcado por tonos agudos en una canción realmente sobresaliente; y la oscura "Nosferatu", que difiere por original y dispareja con el conjunto del disco debido a su espectacular comienzo barroco -con clavicordio incluido- en un tema apasionante, que acelera el ritmo incluyendo voces guturales en un corte que se torna más melódico según avanza. Una ópera perfecta para ser interpretada en un mágico liceo bajo luces teatrales. Original y arriesgada, tanto que se atreve incluso con leves pasajes de percusión propios del Black Metal.

No obstante, si "Nosferatu" podría ser catalogada como una sinfonía de terror, no le va a la zaga el último tema del plástico "When All Braves Fall", un corte con alma de himno y con el que IRON MASK cierra este más que notable álbum con la complejidad virtuosa y las melodías pegadizas que nos han acompañado en los últimos sesenta minutos musicales y que, al contrario que en el mensaje de su última canción, ellos no caen, resurgen, firmando un disco casi perfecto y muy alejado de lo anodino que despiden muchas obras en bandas de reciente hornada y edición, en estos tiempos en los que el talento se cotiza caro, cediendo siempre el paso a fotocopias de ilimitada producción, algo de lo que IRON MASK se desmarca, a pesar de exhibir con orgullo la bandera de sus influencias, ellos la ondean con la frescura propia del siglo XXI. ¿Merece la pena desvelar que hay tras la máscara? Sin duda, sí.

Jessica Tornos-Ybes

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