Formados en Egremont, Inglaterra, en los albores de la década de los 80, IT BITES es el clásico ejemplo de “grupo Guadiana” que, pese a su dilatada trayectoria, ha tenido idas y venidas a lo largo de una irregular trayectoria pero que, de todos modos, ha dejado hitos importantes por el camino. Llegaron a tener un verdadero éxito en 1986 con el single “Calling All The Heroes” que los aupó a la élite del Pop-Rock Progresivo británico de la época llegando a girar con MARILLION y ROBERT PLANT. La marcha de su líder y fundador Francis Dunnery en 1990 dejó al grupo a la deriva y, pese a que aún grabó algún trabajo más, sobre todo en directo, entró en “hibernación” hasta 2006, año en que contactó con el genial John Mitchell (ARENA, KINO, THE URBANE…) quien tomó las riendas del grupo impulsándolo hacia una segunda juventud.
Relanzados como cuarteto con el refuerzo de verse apoyados por la discográfica señera del Rock y el Metal Prograsivo, “Inside Out”, el grupo ha rehecho su carrera y nos ofrece su primer trabajo conceptual, “Map Of The Past”, un disco tejido entre Mitchell (guitarrista y vocalista) y John Beck (teclista) en una onda de ortodoxia progresiva que, sin embargo, no alcanza excesivas cotas de pirotecnia sonora. Estamos, así pues, ante un trabajo asequible y accesible para los oídos menos entrenados en las a veces complejas estructuras sonoras del Rock Progresivo gracias al escaso minutaje de las canciones que lo integran y a que el grupo ha puesto las canciones por encima de cualquier intento de lucimiento personal.
Pero entremos en detalles. El disco arranca con “Man In The Photograph”, un tema que introduce la historia ambientada en la Inglaterra de la Primera Guerra Mundial a la que se asoma alguien a través de las fotografías de aquellos a quienes evocan las canciones. Todo el disco, a pesar de transitar por diferentes estados de ánimo y texturas sonoras está tiznado de un barniz de melancolía que es la que suele embargarnos cuando miramos atrás en el tiempo y recordamos nuestra niñez. Los sonidos de teclado elegidos (Hammond, Mellotron…) evocan tiempos pasados y la delicada voz de Mitchell (soberbio en todo el disco) transmite esa sensación de nostalgia que el grupo ha intentado que sea prevalente en “Map Of The Past”.
Tras la introducción a la historia el grupo se muestra como realmente es, contundente, sutil y diverso en “Wallflower”, un tema donde las guitarras de Mitchell suenan predominantes apoyadas perfectamente por el omnipresente y siempre oportuno teclado de John Beck. También es justo destacar a Bob Dalton, miembro fundador, a la batería: un músico que puede parecer limitado pero que sorprende por sus elaborados patrones rítmicos cuando se presta atención a su trabajo. “Map Of The Past” tiene aires a lo GENESIS de la época de “Trick Of The Tail” merced al soberbio trabajo vocal de Mitchell y los estupendos arreglos de guitarra. Los contragolpes de Dalton a la batería rompen el ritmo de una canción que parece ir a trompicones pero que fluye ágilmente gracias al empuje melódico de las guitarras y el arrope de unos teclados impresionantes.
“Clocks” nos habla de la pérdida y de la espera eterna. El ritmo de balada y los teclados acolchados imbuyen un estado de melancolía que sólo se rompe cuando la guitarra de Mitchell entra con brío abriendo huecos a la incursión de los teclados más elaborados e inquietantes de Beck. Mucho más alegre y vitalista es “Flags”, un corte en el que el lado más Art Rock del grupo sale a flote merced a las melodías vocales de un Mitchell arrollador que se echa encima la responsabilidad de tirar de un grupo que tiene mucho aún que ofrecer. Su trabajo de guitarras recuerda a veces a lo hecho en grupos como THE URBANE, con ese toque casi Pop en los riffs y, sin embargo, tan rockero en los solos.
Uno de los mejores temas de “Map Of The Past” es el épico “The Big Machine”, una composición desbordante de melodías arrebatadoras, grandes teclados y mejores voces que se cimenta, sin embargo, en potentes riffs de guitarra y una batería contundente que impulsa el tema segundo a segundo, mientras los hipnóticos arreglos vocales nos cautivan sin remedio. Está claro que la veteranía y el talento de IT BITES puede crear maravillas como esta y que tenemos motivos para pensar que los próximos trabajos del grupo tendrán otras joyas como ésta.
El enérgico riff de arranque de “Cartoon Graveyard” te catapulta de manera imparable mientras la batería no para de dibujar patrones tan vibrantes e imaginativos como los excelentes solos de guitarra y teclado que jalonan este fantástico tema que, sin solución de continuidad nos enlaza con “Send No Flowers”, una pieza que empieza sombría con Mitchell y Beck mano a mano a la voz y el piano y que poco a poco va incorporando más y más capas de instrumentación y líneas vocales que lo acaban por convertir en una pieza asombrosa en la que merece la pena detenerse para admirar lo bien construida que está. Y también sin apenas poder tomar aire nos adentramos en la progresiva “Meadow And The Stream”, una canción repleta de teclados a lo Rick Wakeman y voces a lo Peter Gabriel; una combinación infalible que demuestra que las raíces del grupo beben del Rock Progresivo de los 70.
Casi cerrando el disco “The Last Escape” va rubricando un gran álbum que está hecho de momentos melancólicos, de arrebatos vitalistas y enérgicos y, sobre todo, de mucha sensibilidad y talento. Tanto como el que desbordan los últimos compases de una partitura hecha con mimo y verdadera maestría.
“Exit Song” cierra el disco dotándolo de estructura circular al poner fin a la historia de manera similar a como empezó, con melancolía y delicadeza, guitarras acústicas, piano, voces sutiles y grabaciones del pasado que reviven imágenes del ayer. "Map Of The Past” es una joya hecha para deleitar a aquellos que piensan que la música es algo más que un bien de consumo. Estamos ante Rock Progresivo de marcado carácter artístico y estamos de enhorabuena por haber podido presenciar el resurgir de un grupo que merece esta segunda juventud.
Carlos Fernández
