JON LORD - Concerto For Group And Orchestra

Hablar de Jon Lord es hablar de uno de los más grandes músicos de Rock de todos los tiempos. Así, sin ningún paliativo. Pero, así y todo, diciendo eso nos quedaríamos cortos porque Lord fue uno de los pioneros en poner en práctica una fórmula que, como pasa en la naturaleza, garantizó la supervivencia de la especie: el mestizaje. Si el Rock, más de sesenta años después, sigue vivo y pateando culos es porque, entre otras cosas, ha sabido mezclarse con muchos estilos musicales ganando en riqueza genética, en diversidad y en fortaleza. Y uno de los primeros músicos que unió el Rock a la música clásica fue Jon Lord.

De formación clásica, Lord inició muy joven su andadura musical en la Inglaterra de finales de los cincuenta. Una Inglaterra que se desprendía del Skiffle y empezaba a abrazar el Rock que saltaba vigoroso y salvaje desde el otro lado del Atlántico. Su paso por los THE ARTWOODS y su trabajo como músico de sesión para grupos como THE KINKS le dio el empaque suficiente como para lanzarse a la aventura de formar RONDABOUT, que posteriormente cambiaría su nombre a DEEP PURPLE, su banda “de toda la vida”. Es cierto que grabó grandes discos con WHITESNAKE también entre 1978 y 1984, pero su legado con DEEP PURPLE a lo largo de más de cuarenta años es simplemente colosal. Su firma está todos los grandes temas de la banda y su órgano Hammond, del cual fue un innovador y pionero, ha sido siempre uno de los símbolos distintivos de la banda de la “púrpura profunda”.

Pero Jon Lord era mucho más que un músico de Rock. Su pasión por la música clásica, le llevó a desafiar los convencionalismos de la época y lanzarse a retos como el legendario “Concerto For Group And Orchestra” que compuso y grabó en 1969 acompañado por su banda y por la Orquesta Filarmónica Real, dirigida por Malcolm Arnold. Lord tuvo que ganarse la confianza de toda la orquesta y demostrar que tras su apariencia hippy había un músico de cuerpo entero capaz de escribir e interpretar música clásica con tanta maestría como cuando tocaba música Rock. La experiencia fue un hito en la historia de la música y un ejemplo de cómo la interacción musical, la mezcla de estilos genera híbridos de gran riqueza.  


Lo hecho por Lord y DEEP PURPLE fue crucial para el nacimiento y la evolución del Rock Sinfónico y del Rock Progresivo. El concierto fue interpretado en alguna ocasión en 1969 y 1970 y luego ya no se tocó nunca más hasta treinta años después cuando fue grabado de nuevo por la banda en el Royal Albert Hall junto a la London Symphony Orchestra, dirigida por Paul Mann, en el marco de unos conciertos muy especiales en los que la banda repasó temas de su carrera junto con otras composiciones de los miembros de la banda en solitario. Un disco histórico que dio una nueva oportunidad a la partitura de Jon Lord y los tres movimientos de un concierto que demostraba el deslumbrante talento de un genio de su tiempo.

Y entonces, después de hacer treinta conciertos presentando la reedición del “Concerto…” Jon dejó la banda. Bueno, realmente fue un poco después, en 2003, tras la gira de “Abandon”, cansado de giras y deseoso de volcarse en la música clásica en el otoño de su vida. Nadie podía imaginar que sólo nueve años más tarde nos dejaría para siempre víctima del cáncer a la edad de 71 años. Antes de dejarnos aún tuvo fuerzas suficientes para grabar, esta vez en un estudio, y acompañado de diferentes músicos amigos, su querido “Concerto For Group And Orchestra” en los Abbey Road Studios de Londres, bajo la batuta, una vez más, de Paul Mann dirigiendo a la Royal Liverpool Philarmonic Orchestra. En esta ocasión Jon se hizo acompañar de músicos como Guy Pratt (PINK FLOYD, MADONNA…), Brett Morgan (JON ANDERSON, STING…), Bruce Dickinson (IRON MAIDEN), Joe Bonamassa y, cómo no, su amigo y compañero de filas en DEEP PURPLE, Steve Morse.

No entraré en grandes descripciones de lo que aquí puedes encontrar. Los tres movimientos del “Concerto…” dan muestra de la peculiar visión de Lord de la música clásica, su pasión por Bach y por Korsakov, y de la música Rock. La orquesta interpreta por separado pasajes de enorme belleza y sutileza que dan paso a otros más vivos donde los metales cobran un protagonismo total y la banda marca ritmos rockeros que se entrelazan con la ejecución de la orquesta. La guitarra de Steve Morse brilla con descaro en un deslumbrante solo de “tapping” estratosférico y la batería de Morgan emula el solo que en 1969 y 1999 interpretara el siempre soberbio Ian Paice.


El disco se disfruta en un suspiro y servirá, sin duda, de acicate para que el rockero que tenga curiosidad por la música clásica se acerque a ella sin complejos y para que el amante de la música clásica se pueda acercar al Rock sin prejuicio alguno. Ambas músicas combinan perfectamente porque ambas tocan el corazón con energía y sutileza a partes iguales. Siempre lamentaremos la desaparición de Jon Lord, pero su legado, su música genial, valiente y pionera quedará como un ejemplo de cómo la innovación, también en lo musical, es la garantía del éxito y de la supervivencia.

 

Jon Lord

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