MAGNUM - On The 13th Day

“El disco contiene todo lo que se puede esperar de este grupo”. ¿Significa que es bueno o malo? El contexto, siempre el contexto que determina el sentido de una afirmación. Normalmente, la frase mencionada se aplica a bandas con una consolidada trayectoria, como puede ser el caso de nuestros protagonistas. MAGNUM llevan casi cuatro décadas en la brecha, con altibajos que les hicieron quitarse de en medio durante una temporada, pero dando la cara en un panorama tan depauperado como el del Hard clásico en el Reino Unido. Sin una declaración altisonante, y siguiendo su camino, MAGNUM ha construido una carrera sobresaliente marcada por un patrón característico: la elegancia. Siempre ha sido esa la primera palabra que ha venido a mi mente al hablar del quinteto de Birmingham y con su reciente entrega, “On The 13th Day” no podía ser menos.

Desde que Bob Catley y Tony Clarkin (el eterno dúo fundador) decidieron reactivar la formación con la llegada del nuevo milenio, se prepararon a conciencia para mantener a su fans satisfechos. Nada menos que seis trabajos en un período de diez años. No está mal para unos tipos que superan, con creces, las sesenta primaveras. Lo hicieron poco a poco, ya que el retorno de la mano de “Breath Of Life” no fue todo lo que sus seguidores esperábamos. Sin embargo, a partir de ahí, incrementaron la calidad de cada entrega, alcanzando el punto álgido en el excelente “Princess Alice And The Broken Arrow”, que podría mirar a la cara a la producción de su primera etapa. Esto no quiere decir que otros álbumes como “Into The Valley Of Moonking” o “The Visitation” sean flojos. Para nada. Merece la pena acercarse a ellos.

Con estas premisas, cabía prever que “On The 13th Day” no defraudaría. Dicho y hecho. Quince discos después, MAGNUM pueden seguir estando orgullosos. Y es aquí donde retomamos la manida “el disco contiene todo lo que se puede esperar de este grupo”. Efectivamente, en primer lugar, la clase. Esto, como dirían los taurinos con el valor, se tiene o no se tiene, y MAGNUM lo poseen a raudales. Su carrera ha derivado por etapas sinfónicas, otras donde se acercaron a la comercialidad, o momentos donde las guitarras florecieron. Pues bien, en “On The 13th Day” encontrarás cada una de estas cualidades. Además, no se estancan sino que añaden elementos no demasiado presentes en su obra, como la sorprendentemente Heavy “Dance Of The Black Tattoo”, el corte más metalero y oscuro que jamás hayan escrito, con un riff de guitarra cortado, casi industrial, y Catley rasgando sus cuerdas vocales al límite de lo que un señor de su edad puede llegar.


Aunque “On The 13th Day” es un álbum completamente recomendable para el fan de MAGNUM o del Hard melódico británico, sí que se nota un pequeño ejercicio de autocomplacencia en la segunda mitad de la obra. Esto, que a los incondicionales no nos importa en exceso, le resta puntos en la valoración global que se puede hacer. Es verdad que es algo a lo que nos tienen acostumbrados desde su regreso pero es innegable que no es lo mismo escuchar maravillas como “Blood Red Laughter”, “All The Dreamers” o el propio tema título, que composiciones tipo “Broken Promises” o “Shadow Town”, que siendo buenas, nos hacen recordar cuan lejos quedan de sus canciones inmortales.

Abrir con un corte de siete minutos a medio tiempo es arriesgado pero los británicos son unos maestros en este arte. La combinación que sale de las melodías de guitarras de Tony Clarkin, los teclados envolventes del infravalorado Mark Stanway y la voz peculiar de Bob Catley, no suele fallar. Es la típica canción que no engancha a aquel que no admire a MAGNUM pero es imprescindible para entender su trayectoria. El ritmo lo aceleran en la fantástica “Blood Red Laughter” donde Bob muestra en el estribillo su acento “brommie” (de los habitantes de la zona de Birmingham) refinado. La preciosa “Didn't You Like Anyway” arranca con otro duelo entre Mark y Tony, en el que Catley se interpone para cantar unas estrofas atractivas que culminan en un coro de esos que han convertido a MAGNUM en una referencia del estilo. Ese comienzo superlativo continúa en “On The 13th Day”. Con sus aires hard rockeros habría encajado de maravilla en su “Goodnight L.A.” y, encima, habría despojado a ese álbum del aire americano que, considero, le perjudicó.

Si existieran los singles, “So Let It Rain” sería la elegida para reventar las listas de éxitos británicas en 1988… pero estamos en 2012. Este tema no desmerecería en obras maestras como “On A Storeteller´s Night” o “Wings Of Heaven”. Con cadencia AOR y un estrillo para dejarte la voz coronado por un magnífico piano de Mark Stanway, concluye veintiséis minutos que son lo mejor de MAGNUM desde su reunión. Como decíamos, la segunda mitad de “On The 13th Day” no es tan brillante aunque quizá se sea injusto por compartir cartel con semejantes canciones. Así, las finales “See How They Fall” o “From Within” podrían engrosar su material el directo, en particular la primera con un marcado riff de guitarra y una potente base rítmica, cortesía de la pareja Al Barrow, Harry James.


Cuando MAGNUM ha sido parte de la banda sonora de tu adolescencia, es difícil asumir la realidad de que sus mejores tiempos ya pasaron. Sin embargo, el grupo, tozudo, demuestra que pueden seguir deleitando a la gente y añadir nuevas generaciones que admiren su trabajo. “On The 13th Day” es otro de esos álbumes que te acompaña, silencioso, allá donde se dirijan tus gustos. Cuando uno mira las estanterías de casa, repletas de vinilos y compactos, y se fija en los conjuntos clásicos, es complicado sentarte a oír el “Dance Of Death” de IRON MAIDEN y permanecer impasible si está “Killers” a su lado; o ponerte a los JUDAS PRIEST de “Angel Of Retribution” pudiendo revivir una vez más “Defenders Of The Faith”. Con MAGNUM, lo mejor que se puede decir, es que esto no ocurre prácticamente nunca. Y eso solo puede significar una cosa: que la calidad sigue intacta.

 

Marco-Antonio Romero

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