MANOWAR - The Lord Of Steel

Los lectores me permitirán comenzar esta crítica tomándome una pequeña licencia y contar una batallita, pues MANOWAR es mi grupo favorito y oí la llamada del Heavy Metal gracias a su “Kings Of Metal”, toda una experiencia iniciática que me descubrió un mundo antes insospechado por mí. Las canciones de ese disco me alucinaban hasta el punto de memorizar todas sus letras y hacerme sentir orgulloso y pletórico por haber hallado una música que de verdad me colmaba en todos sus aspectos. A partir de ahí, se abriría ante mí una miríada de estilos metálicos de los que surgían incontables legiones de bandas, pero MANOWAR fue siempre una referencia personal. Así que a base de cassettes primero y CDs después, MANOWAR siempre estuvo presente a lo largo de los años, con discos mejores o peores pero que siempre tenían un denominador común, algo que iba mucho más allá del pensamiento racional: Invariablemente las canciones de MANOWAR impresionaban o removían algo en el interior. En una palabra: emocionaban. “The Lord Of Steel”, por desgracia, es una total decepción en ese sentido.

“The Lord Of Steel” es un disco insulso y sin inspiración que carece de la pasión que siempre ha caracterizado a MANOWAR. Es más, este álbum hará bueno a un trabajo como “Gods Of War”, repudiado por muchos en su día por el excesivo contenido orquestal del disco, pero cuyas canciones (el propio tema título, “Sleipnir”, “Loki God Of Fire” o “King Of Kings”) dejan en evidencia a la mayoría de temas de este disco. El contraste además es evidente entre un “Gods Of War” que abrumaba por su pomposidad y rebuscada estructura y el camino más simple y directo de “The Lord Of Steel”. Sobre el papel, la idea de golpear a los fans con canciones como puñetazos, con los instrumentos del grupo como protagonistas, era deseada por muchos. Pero con este último disco se ha visto que, si faltan ideas, da igual la orientación que tome el álbum.

Algunos han puesto el punto de mira en la producción. En este caso, la retail edition -la versión para tiendas- a diferencia de la hammer edition -primera edición que acompañó a la revista inglesa Metal Hammer- tiene nueva mezcla y masterización. No puedo opinar demasiado sobre este aspecto porque la versión para prensa de que dispongo consiste en unos mp3 bajísimos de volumen que seguramente tengan peor calidad que el sonido CD. Sí diré que el poderío de los coros brilla por su ausencia. Pero por mala que sea la producción, el factor clave para que un disco sea bueno, malo o regular, son sus canciones. Y si no encontramos hallazgos compositivos que nos seduzcan, ni sentimientos que nos motiven, lo demás es secundario.


Es triste y hasta doloroso decirlo, pero sólo resaltan por encima del resto tres canciones. La primera de ellas, la obvia “Manowarriors”, dedicada a los seguidores del grupo, muy dinámica, veloz e ideal para corear en sus conciertos. La siguiente es la muy pegadiza “Born In A Grave”, una historia de vampiros cantada por Eric Adams con unas líneas vocales atractivísimas que hará que no nos podamos sacar un estribillo, realmente memorable, de la cabeza. La tercera en cuestión es “El Gringo”. Creada para la película de acción de serie B de mismo título, es un evidente homenaje a las bandas sonoras de los spaghetti western y aporta un nuevo enfoque a la música de MANOWAR. Lástima que su fascinante inicio con campanas no se repita más veces a lo largo del tema salvo al final. Por mencionar otra, y más por lo novedoso del asunto que otra cosa, quizá “Explendable” -inspirada en la película “Los Mercenarios” (“The Expendables”) protagonizada por Sylvester Stallone- y su toque a Metal Alternativo en el estribillo, pueda tener cierta gracia, y seguro que no para muchos.

El resto... el resto lo componen unas canciones sin alma, sin espíritu, que no se le pueden permitir a un grupo como MANOWAR, que acumula decenas de temas emocionantes que han puesto los pelos de punta a varias generaciones de seguidores del Heavy Metal. El tema título, por ejemplo, pudiendo dar lugar a la exageración más excesiva de MANOWAR, se queda en un tema rápido sin ningún aliciente ni carisma, siendo además algo nefasto para ser el primer corte del disco. Un pase tiene por sus líneas vocales “Righteous Glory”, pero seguir este medio tiempo con un tema anodino como “Touch The Sky” y de un corte con regusto a épocas pasadas pero con un arranque lentísimo y un desarrollo cargante como “Black List” no hace sino generar una sensación de aburrimiento. De “Annihilation” se salva el riff y los gritos de Eric Adams, quien por cierto está demasiado contenido en todo el trabajo. “Hail, Kill And Die” es graciosa porque el grupo se apoya en títulos de sus canciones para escribir partes de la letra, pero el tempo tan sumamente lento le resta mucho atractivo. El bonus “The Kingdom Of Steel”, hace honor a su puesto como tema extra y no aporta nada más que otros parsimoniosos ocho minutos al álbum que sólo repuntan cuando el estribillo hace acto de presencia.

A pesar de que el corazón me ablande y salve al disco con un aprobado rascado por un escaso puñado de temas, la razón me dicta que “The Lord Of Steel” es una obra desapasionada y decepcionante. La sensación que queda en general es la de que “The Lord Of Steel” es un álbum desangelado, falto de fuerza, de instinto... de vida, que se puede escuchar perfectamente, sí, pero sin notar esa sensación que siempre ha imbuido a los fans de un impulso casi místico y de un sentimiento de exaltación del Metal, tan ridículo para algunos y tan vital para otros. En los momentos de escribir estas líneas, este álbum de MANOWAR se sitúa en el puesto más bajo de su discografía en mi lista personal. Quizá mañana vuelva a escuchar el disco y haya más canciones capaces de arrancarme una sonrisa. Pero justo ahora mismo siento y pienso que en “The Lord Of Steel” las huestes de Joey DeMaio no han dado el cien por cien.


Enrique Herrero

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