MARDUK - Serpent Sermon

Cuanto más cambia la situación, más sigue igual. Esta expresión de origen francés, y que algunos grupos de Hard y Metal como CINDERELLA o MACHINE HEAD han utilizado como títulos de discos o canciones (“The More Things Change, The More They Stay The Same”), serviría a la perfección para ahondar en la que ha sido la carrera de MARDUK, en la presentación de su duodécimo álbum de estudio, “Serpent Sermon”. Toda una pléyade de nombres con currículo de la escena extrema sueca han pasado por sus filas, siempre alrededor de la omnipresente figura de Morgan “evil” Steinmayer Hakansson que ha luchado contra viento y marea desde el lejano 1990 para consolidar el status, ya casi legendario, del combo de Norrkoping. En el Black Metal no encontramos un caso similar de coherencia y regularidad.

Es curioso porque en muchas ocasiones he leído que MARDUK es un conjunto inmovilista, que no evoluciona. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Todos sus trabajos suenan a MARDUK, eso es innegable, pero lo trascendente es que prácticamente ninguno se asemeja. Siempre cojo tres ejemplos que, considero, determinan el devenir de su trayectoria por su calidad e importancia: “Those Of The Unlight” (1993), “Panzer Division Marduk” (1999) y “Rom 5:12” (2007). ¿Les reconoces en ellos? Seguro. ¿Se parecen en algo? En el tratamiento de la guitarra porque su propuesta es radicalmente distinta. ¿La clave? Quizá la forma en que Morgan ha sabido darle el tratamiento necesario a sus composiciones, dependiendo de la etapa en que estuvieran, y la ayuda o carga del vocalista de turno.

Este último aspecto es fundamental y determina sobremanera los últimos años del cuarteto. Mortuus llegó en un período complicado. “World Funeral”, su última entrega con Legion, estaba bien pero las prestaciones del cantante en directo eran deficientes, con falta de fuerza y evidente sobrepeso. El cambio insufló vida a MARDUK. “Plague Angel” ya estaba terminado cuando Mortuus llegó pero su aportación desde “Rom 5:12” es esencial. Si bien “Wormwood” es un disco menos inspirado, “Serpent Sermon” nos devuelve al esplendor logrado en “Rom 5:12”. Estamos ante un álbum sólido, sin fisuras, muy equilibrado entre temas a la velocidad de la luz marca de la casa y ese gusto por la experimentación (sin salirse de los parámetros) que han venido mostrando últimamente. Incluso, y sin que suene a blasfemia, podríamos mencionar atisbos de accesibilidad en el sentido de que varios estribillos se pueden tararear y son pegadizos, rara avis en la ortodoxia del género.


“Serpent Sermon” comienza con el tema homónimo. En una pequeño intro, ya habitual, unos tambores anuncian la llegada del Apocalipsis musical. La melodía de guitarra es, sencillamente, excepcional, y esta canción es un compendio de lo que podemos encontrar en todo el trabajo. Combina a la perfección partes rápidas con un estribillo envolvente. Gracias a este corte, afrontas el resto de manera positiva porque no tardará en convertirse en un clásico de su extensa producción. A partir de aquí, distinguiría tres tipos de composiciones. La previsible, es decir MARDUK en estado puro, que no deja enemigos, el despertar de la bestia sin mirar más allá, heredera de “Heaven Shall Burn…” o “Nightwing”. Aquí se encuadrarían “Messianic Pestilence” y “Hail Mary”.

En mitad del camino nos topamos con “Souls For Belial” o “Damnation´s Gold”, con arranques y paradas dada su duración, y un resultado contrapuesto porque “Damnation´s Gold” es, quizá, el único tema que baja el nivel mientras que “Souls For Belial” posee una atmósfera malévola de la que Mortuus es el principal responsable. El segundo grupo iría por la vía de la accesibilidad antes comentada. Para intentar explicarlo diría que estamos ante canciones Black con un envoltorio de un tema estándar de, por ejemplo, Thrash Metal, esto es, sin denominarlas así, “Into Second Death”, “Gospel Of The Worm” y, por encima de todas, “M.A.M.M.O.M.” poseen una estructura convencional. Esto es un factor muy positivo porque consiguen que el conjunto de la escucha de “Serpent Sermon” sea sencillo a diferencia de otros discos, como el genial “Panzer Division”, que al ser unidireccional, como no te atrape desde el segundo inicial, no te gustará.

Para el final queda la dupla “Temple Of Decay” - “World Of Blades”, los cortes lentos del álbum. En el pasado MARDUK había mostrado esta vertiente con cuentagotas, en pasajes concretos, pero con “Imago Mortis” en “Rom 5:12” se desataron. Aquí inciden más en esa vertiente y “Temple Of Decay” puede ser definida como Black Doom sin que nadie deba ruborizarse. Por su parte, “World Of Blades” es todavía más que eso, una oda experimental de siete minutos de duración, con guitarras limpias, atmósferas que navegan entre lo psicodélico y la épica, culminadas por un Mortuus sublime, el cantante puntero del género en la actualidad, con una amplitud de registros pocas veces escuchada.


Tal vez en un estadio ligeramente inferior que “Rom 5:12” por aquello de la capacidad de reinventarse pero “Serpent Sermon” debe ubicarse muy alto en la clasificación de mejores álbumes de MARDUK. Si veintidós años después aún pueden sorprendernos, es buena señal. La trayectoria de MARDUK es como una guerra en la que los soldados de infantería, que representa la batalla cruenta y despiadada, dejaron paso hace unos años a la caballería, más refinada y estética, pero que nunca olvida su cometida principal: aplastar al enemigo.

 

Marco-Antonio Romero

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