OBÚS vs. BARÓN ROJO 30 años después

Barón Rojo

Ha querido la providencia que casi coincidan en el tiempo la celebración del (pen)último concierto de la gira de reunión de BARÓN ROJO la actuación de OBÚS en Madrid como centro de su 30º aniversario. Parece que esta unión de acontecimientos es un espejo de la historia de estas dos bandas, siempre divergentes y siempre convergentes.

Este octubre se ha convertido en un reflejo de hace 30 años. BARÓN ROJO logró una decente entrada en Vistalegre, reverdeciendo laureles con su reunión y dejando siempre las puertas abiertas a un reencuentro futuro. Mientras tanto, OBÚS, en un segundo plano reventó La Riviera, más pequeña, pero también más resultona, a sabiendas de que, hoy por hoy, es imposible meter a más de 10.000 personas en Madrid para un grupo español.

Debido a este ansia de hacer las cosas a lo grande, los aviadores han quedado más expuestos que los vallecanos al hostigamiento público. Muchos opinadores de los foros de Internet han juzgado cualquier cruce de miradas en el escenario que durase más de un segundo, ya que esto era una clara evidencia del mal rollo reinante. Y es que para más de uno, el colofón de esta gira tendría que haber sido alguna guitarra encajada en la mandíbula de algún miembro de la banda. Ni tanto ni tan calvo, señores, a BARÓN hay que reconocer las palabras de Armando de Castro tras anunciarse el evento hace un tiempo ya: “BARÓN no se ha reunido por dinero, pero sin dinero tampoco se habría reunido”.


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OBÚS, en parte por el eclipse que ha supuesto este continuo machaque, han podido realizar en paz su concierto de 30º aniversario. Nadie (o casi nadie) se ha atrevido a cuestionar la validez de este evento pese a que a la actual banda le faltan dos de sus piezas originales, Fernando y Juan Luis, de quienes no hace tanto cantaban sus bondades en “Que Te Jodan”. No hay que minimizar el peso de éstos, sino todo lo contrario, sin ellos, OBÚS no podría haber plantado cara a BARÓN ROJO en los 80. Los unos y los otros son grupos corales en el que se han alineado una serie de elementos que favorecen que hayan sido los mejores.


Pese a estas ausencias, considero totalmente válida esta formación de OBÚS, al igual que lo es la formación de BARÓN sin Sherpa y sin Hermes. Sin embargo, a ojos vista de muchos, el castigo de BARÓN ROJO debería ser eterno por mancillar y arrastrar su nombre. De esta manera, se ha empañado el hecho de haber visto por fin una formación que llevaba 20 años separada.

Pero ese es el precio que BARÓN ROJO debe pagar por ser la banda más grande de España. Cualquier paso será mirado por todos y criticado por cientos de personas. Sin embargo, OBÚS, alejados de esta tormenta mediática, en un segundo plano, han podido vivir plácidamente la fiesta sin sobresaltos que se merecen, pero que también se merecía BARÓN ROJO.

Carlos Camino

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