Si la vuelta a la vida de TIERRA SANTA infundía ilusión en sus seguidores más fieles, "Mi Nombre Será Leyenda" ha revertido por completo ese efecto conseguido.
Ha sido un duro golpe ver como los riojanos han diluido la garra e intensidad de su música. Es cierto que esas poderosas guitarras, que infundían pura fuerza de Heavy Metal a sus épicas canciones, se perdieron hace ya años, pero lo de este disco no es de recibo.
Desde luego en "Caminos De Fuego" no se encontraba el material más contundente de TIERRA SANTA y se mantenían esas guitarras de menor peso, pero había una gran dosis de épica, y los temas recordaban a los mejores momentos del grupo en los tiempos de "Sangre De Reyes" o "Indomable". Aún había furia.
Ahora las habilidades del grupo se han centrado en hacer un álbum que suena bien, muy limpio y repleto de grandes melodías, pero que carece del sonido y de la vibración que estremezca, que haga levantar el puño. Hay demasiado peso en las melodías vocales y muy poco en los riffs, no hay ni un guitarreo realmente duro, está todo muy contenido y medido, y eso le deja frío a cualquiera.
Esa falta de dureza en las guitarras la encuentro en la producción y grabación, como ya han dicho ellos mismos otras veces, ahora hay menos distorsión y todo suena más "natural" y más a Rock... pero también en la composición. Y ahí es donde hemos perdido a TIERRA SANTA, al menos a la versión que llegó a ponernos los pelos de punta con su valiente Heavy Metal épico. Vamos a encontrar demasiados momentos con la voz en un primer plano y unas guitarras de fondo que no ocupan todo el espacio que deberían, dando un resultado bastante hueco, como si se hubieran perdido algunas pistas por el camino desde el estudio hasta llegar a los altavoces, que lloran pidiendo más potencia y se preguntan donde ha quedado la marca tradicional del grupo.
Aún queda épica y aún queda Heavy Metal, pero "Mi Nombre Será Leyenda" es tan quebradizo y débil que asusta. Pasa por tus oídos como una brisa, no como una estampida de caballos, una tormenta o una salva de cañones. No sabría qué temas destacar, pues y aunque parezca mentira después de todo lo dicho, todas las canciones son buenas y agradables de escuchar, simplemente no es lo que se espera de un grupo como este. Quizá el pequeño refugio en el pasado sería el formado por "Genghis Khan" y "El Último".
No parece que quepa esperar a estas alturas una reflexión y una vuelta a las raíces, se ve al grupo totalmente convencido de su sonido actual. Habrá que respetarlo pero, desde luego, no compartir esa visión musical. El nombre de TIERRA SANTA seguirá siendo leyenda, pero desde luego no gracias a discos como este.
Carlos Herrero
