ABBATH resurge de sus cenizas acompañado por unos 1349 magistrales

Crónica de los conciertos de ABBATH, 1349, VLTIMAS y NUCLEAR en L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona - 31 de enero de 2020 (sala Salamandra)

ABBATH pisó Barcelona después de un tiempo de incertidumbre en su carrera musical tras un bochornoso concierto en Buenos Aires el pasado noviembre en el que el músico se personó en un estado deplorable, aparentemente ebrio. Dicho show se canceló tras varios intentos fallidos a la hora de arrancar la actuación, que acabó con Abbath tirando su guitarra al suelo y lanzándose al público. Tras este desafortunado acto, el vocalista comenzó un programa de rehabilitación para tratar su adicción al alcohol.

Durante este tiempo tan solo hemos tenido noticias suyas en dos ocasiones, una para anunciar que la gira europea seguía en pie y otra más reciente y polémica que fue anunciada por su exbajista, Mia Wallace, quien informó en sus redes sociales que había sido forzada a abandonar la banda.

NUCLEAR

La velada arrancó temprano de la mano de la formación chilena NUCLEAR, la cuál aportó una buena ración de Thrash Metal dentro de un cartel repleto de Metal Extremo. Su actuación empezó con la poderosa “Confront”, un corte tan fugaz como veloz que atesora unas guitarras afiladas y unas líneas vocales agrias y crudas ejecutadas por parte de Matías, quien se encargó en todo momento de liderar el combo sudamericano al más puro estilo Chuck Billy.

NUCLEAR no ha inventado nada nuevo, practica un Thrash Metal de sabor clásico en el que la banda innova poco, pero eso no fue motivo suficiente para que los chilenos no convencieran con su actitud y saber hacer al escaso público que estuvo atendiendo a su show. Prosiguieron desgranando cortes como “God Forsaken Life” o “Violence That Burns”, pertenecientes a “Ten Broken Codes”, su segundo trabajo de estudio y que recibieron la aprobación del respetable.

El combo thrasher chileno supo aprovechar bien los escasos treinta minutos de los que disfrutaron, ejecutando cortes como “Killing Spree”, que agitó las cervicales de los asistentes, o “No Light After All” que nos acercaba irremediablemente al fin de un concierto que dejó visto para sentencia con “Apátrida”, único tema cantado en español y que fue dedicado a sus compatriotas que están luchando contra la represión policial.

VLTIMAS

La siguiente banda en subirse al escenario fue VLTIMAS, un grupo con tan solo un trabajo de estudio a sus espaldas pero formado por músicos que atesoran una gran trayectoria dentro de la escena extrema como es el caso del vocalista David Vincent (ex MORBID ANGEL, I AM MORBID), Flo Mounier (CRYPTOPSY) o Rune "Blasphemer" Eriksen (AURA NOIR).

Este all star metálico aterrizó en la Ciudad Condal para presentar su disco debut “Something Wicked Marches In” y arrancando su actuación atronándonos precisamente con el tema que da nombre al redondo.

David Vincent ejerció de maestro de ceremonias, ataviado con una chaqueta de piel hasta los pies y un sombrero al más puro estilo del Axl Rose de los tiempos recientes, con los que se asemejaba terriblemente al mítico luchador estadounidense The Undertaker. Mientras tanto, la oscuridad del escenario nos sumergió de lleno en el Blackened Death Metal de cortes como “Praevalidus” o la salvaje “Total Destroy”, en la que Flo hizo las delicias de sus seguidores tras los timbales.

VLTIMAS rebajó un tanto la intensidad de su actuación con una imponente “Monolilith”, muy bien recibida por un público que, ahora, sí casi copaba el recinto y a la que le siguieron la poderosa “Truth And Consequence” y “Last Ones Alive Win Nothing”, en las que Vincent evidenció cierta incomodidad al no tener su bajo colgado de su espalda. El vocalista realizo un buen ejercicio vocal a lo largo del show, dejando patente que su robusta voz resiste, incluso atreviéndose con algunas líneas vocales limpias que ejecutó solventemente.

Prosiguió su andadura por los senderos más oscuros ejecutando piezas como “Everlasting” o “Diabolus Est Sanguis”, que arrancó a gritó pelado por parte de Vincent, y cerró su actuación de la mano de los riffs de guitarra densos de Blasphemer, quien permaneció impasible a la izquierda del escenario durante todo su show, durante una “Marching On” en la que Vincent movía sus brazos como si de una marcha militar se tratase. VLTIMAS abandonó el escenario dejando buen sabor de boca entre los que presenciaron su concierto.

1349

Llegó la hora de 1349, uno de los platos fuertes de la velada y para un servidor el auténtico vencedor de la jornada, que presentaba el álbum "The Infernal Pathway". Los de Oslo inundaron el escenario de la Salamandra a base de humo y oscuridad nórdica, arrancando su demoledor espectáculo con trallazos colosales de la magnitud de “Sculptor Of Flesh”, a la que le siguieron unas afiladas “Through Eyes Of Stone” y “Slaves” en las que la desgarradora voz de Ravn emergía entre las luces rojas y las tinieblas provocadas por los cañones de humo.

Continuaron con una velocísima y desoladora “I Am Abomination”, en la que el mítico Frost (SATYRICON, ex GORGOROTH, ex KEEP OF KALESSIN) dio una clase magistral sobre como tocar Black Metal tras los parches. A continuación, 1349 continuó aplicando velocidad y maldad a su show gracias a una abrumadora “Striding The Chasm”, enloqueciendo a un público que a esas alturas de la noche ya lucía abarrotada casi por completo.

Los black metaleros noruegos continuaron azotándonos a ritmo de “Golem”, sin importarles apenas que ABBATH les hubiese dejado un espacio reducido sobre el escenario como si se fueran unos simples teloneros. Así pues, 1349 no bajó en ningún momento la intensidad de su concierto, continuando su andadura triunfal con la crudeza de una “Atomic Chapel” que no dejó indiferente a nadie. Estábamos disfrutando de la que probablemente se recordará como una de las mejores descargas de Black Metal del año 2020.

A continuación ejecutó una magnífica “Dødskamp”, pieza que fue encargada a la banda por Innovation Norway, Visit Norway y el Museo Munch. Dichas instituciones pidieron a cuatro grupos de diferentes géneros musicales que interpretaran desde su punto de vista musical la obra del pintor Edvard Munch. La sala entró en ebullición tras la ejecución de este corte y acto seguido, nos hizo descender hasta el mismo infierno de la mano de la maldad infinita de “Abyssos Antithesis”, que dio por finalizada una formidable actuación de los blackers noruegos.

ABBATH

Pocos minutos antes del concierto de ABBATH destaparon el telón negro que cubría el imponente logo de la banda colocado justo en la parte delantera de la batería y que casi llegaba de punta a punta del escenario. Faltaban escasos minutos para descubrir al fin en qué estado se subiría Abbath a las tablas tras su deplorable actuación en Argentina meses atrás. Sin más dilación, las luces se apagaron y la formación arrancó su actuación entre un espeso humo denso de la mano de “Hecate”, que sonó decadente y corrosiva.

La formación continuó desgranando cortes de la discografía en solitario del vocalista como “Count The Dead”, que se ha convertido en todo un clásico para los de Bergen, seguida de una atormentada “Bridge Of Spasms”,  cruda y poco nítida. A continuación sonaron seguidos las imponentes “Harvest Pyre” y “The Artifex”, dos de los cañonazos más rotundos que posee “Outsrider”, el segundo trabajo de estudio de ABBATH.

Levantaron un poco el pie del acelerador durante la ejecución de una amarga “Ashes Of The Damned” durante la que ondeó una bandera noruega entre las primeras filas. A continuación dieron paso a la hipnótica “Warriors”, único corte de I que interpretó la formación, y que recibió una calurosa ovación que terminó fundiéndose con el mítico clásico de IMMORTAL “Against The Tide (In The Arctic World)” que retumbó victorioso entre las paredes de la sala Salamandra.

ABBATH volvió a fijar la mirada en su discografía en solitario para desgranar la malvada “Calm in Ire (Of Hurricane)”, a la que le siguió una desgarrada “Outstrider” que dio paso nuevamente a dos composiciones consecutivas de su mítica época en IMMORTAL. Las elegidas fueron nada más y nada menos que los grandes clásicos “In My Kingdom Cold” y una “Tyrants” que desencadenó la euforia entre los presentes.

“To War!” y “Winterbane” fueron las composiciones que coronaron una sólida a la vez que breve actuación de ABBATH con la que cerró muchas bocas que le daban prematuramente por muerto.

Afortunadamente, el bueno de Abbath parece que ha sabido reconducir una situación límite, tras haber tocado fondo meses atrás en Buenos Aires. Esperemos que siga por este camino, que se aleje de las polémicas y nos brinde muchas más veladas de sucio Black Metal noruego como la del pasado viernes. ¡Abbath está de vuelta!