BARÓN ROJO - Tommy Barón

El nuevo disco de BARÓN ROJO se ha caracterizado por un secretismo que a los más catastrofistas  hacía pensar en lo peor. Una producción en la que se habían dejado los cuartos, unas muestras de unos cuantos segundos muy trabajadas, un disco de estudio... no podía ser todo tan bueno. Evidentemente estábamos ante un nuevo parto de los montes. Y así ha sido. Poco después, BARÓN ROJO anunciaba que había elaborado una versión en español de “Tommy”, la primera ópera rock de THE WHO, uno de los grupos fetiche de los madrileños.

El golpe volvía a ser demasiado duro incluso para los seguidores de la banda, acostumbrados a ver sus ilusiones engordar para morir. Una reunión que llega en el peor momento, un disco en directo que ha sido ignorado, una alergia indescriptible al estudio... Estaba escrito que “Tommy Barón” iba a ser la enésima metedura de pata de BARÓN ROJO. El problema es que los seguidores de la banda siguen siendo más fieles que los aficionados del Atleti. Con resignación salían de la tienda escondiendo en una bolsa su vergonzosa adquisición.

En el camino de vuelta a casa, el precinto del disco se abre y se observa el lujoso libreto con ilusión, “¿Y si está bien?¿Y si resulta que al final han tenido una buena idea?” La ilusión no tarda en evaporarse cuando se comprueba que entre los colaboradores del disco está Eva Amaral. Efectivamente, la que sale cantando con el del sombrero los últimos éxitos de los 40 ladrones como los bautizaron los propios De Castro.


Con la rabia contenida y casi con lágrimas en los ojos, ya en casa, el seguidor tiene que elegir entre usar el disco como posavasos y el bonito libreto como servilleta o darle una pequeña oportunidad. El espíritu navideño le conmueve e introduce el disco en el reproductor. Tras la primera escucha una frase invade su mente: “Me han vuelto a engañar, ha merecido la pena”.

Los barones, como Peter Jackson, pueden hacer lo que quieran, porque ya están de vuelta de todo. Por lo que, sabiendo que la crítica iba a destruirlos, han decidido hacer lo que siempre habían querido hacer, es decir, un guiño a una de sus bandas-padre, que, por otro lado, quedó fuera del “Perversiones”. El resultado ha sido un disco exclusivo para los seguidores de la banda y para los de THE WHO. Un “Tommy” mucho más eléctrico y metálico que el original británico, donde la parte instrumental es un lujo, con ese compacto sonido De Castro, pero donde las voces de Armando y Carlos poco pueden competir con el original Roger Daltrey.

El "Tommy" original ya suponía una pieza complicada de escuchar por su complejidad, las partes de la historia mal conectadas con las canciones y por la presencia sólo de dos o tres canciones que puedan escucharse fuera del conjunto (“Go To The Mirror”, “Pinball Wizard” y “Sally Simpson”). Tal complejidad provoca que el álbum deba ser escuchado varias veces para apreciar una auténtica obra maestra. A la obra de BARÓN se le suma la complejidad de tener que escuchar el álbum original - sin el cuál esto no tendría razón de ser- y el propio “Tommy Barón” en español en varias ocasiones. Un auténtico reto al alcance solo de oídos realmente interesados en alguna de las dos bandas.


De “Tommy” poco se puede contar que no se haya dicho ya. Del “Tommy Barón” se puede decir que es mucho más compacto que el original, mucho más duro y que, pese a todo, resulta un trabajo notable. De cualquier modo, pese a su alta calidad, hay que resaltar resbalones notables como "La Reina Ácida" con la cansina voz de Eva Amaral mezclándose con BARÓN ROJO. En esta línea, "Al Enredar" y "El Rey Del Pinball" son otros dos casos graves de confusión, especialmente esta última, que se trata de uno de los cortes bandera de la versión original. Como contrapunto a estas tenemos "Hacia El Espejo", mucho más dura y donde la voz de Carlos de Castro no desentona tanto como en otros temas. De este modo, "Sally Simpson", con Armando a la voz es otro de los grandes momentos de la obra.

Las lecciones de música que se pueden aprender de BARÓN ROJO son fantásticas. Sus raíces se enredan en la herencia de las mejores bandas de los 60, 70 y 80. Son un auténtico patrimonio nacional. Sin embargo, el seguidor no puede dejar de lamentarse de que el estudio se haya dejado totalmente de lado, entrando sólo en él para dar repasos a canciones ya conocidas. Debe de haber un último disco de BARÓN antes de la inevitable y cercana retirada. Un último llamamiento a la creatividad. Si sois seguidores de THE WHO o de BARÓN ROJO no tengáis miedo. En caso contrario, este plástico no cambiará vuestras vidas.

 

Carlos Camino

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