BLESSED CURSE - Blessed Curse

BLESSED CURSE: bendita maldición. Un nombre un tanto naive que no me hacía tener muchas esperanzas en un grupo del que después descubrí que lleva años y años pateando la escena Thrash USA primero como ATROSITY y después como el más reconocible, y también mucho más cliché, DEVASTATOR. De ahí a BLESSED CURSE para hacer referencia a los sinsabores y placeres que combina la dedicación a la escena metálica californiana: horas de carretera, montones de kilómetros y penurias para rendir homenaje al Metal y a su tradición como forma de vida. Aceptemos entonces el nombre: bendita maldición y aceptemos entre los nuestros a este trío que tiene exactamente la actitud necesaria para ganarse nuestros corazones. Al menos el mío.

Leo su bio y veo que este grupo ha abierto para leyendas de la talla de KREATOR, NAPALM DEATH, SODOM, OVERKILL… y que ha compartido escenario con compañeros de la nueva ola Thrash como MECILESS DEATH, WARBRINGER o FUELED BY FIRE. Ni más ni menos que el rango de grupos a cuyo estatus quiere, y puede, acercarse BLESSED CURSE. El contrato con Cyclone Empire es desde luego un paso y su primer vástago es este disco de nombre homónimo y que básicamente recopila el material demo grabado por el grupo todavía como DEVASTATOR. Con algunos temas nuevos, producción potente y una versión de BLACK SABBATH (“Children Of The Grave”) de la que no opino porque va incluida en mi copia promocional.

Así que este disco es más un compendio de casi una década de esforzada labor thrasher que un disco debut, que por supuesto también lo es, y se permite una duración quizá excesiva: trece canciones, más de 65 minutos. No negaré que un pequeño tijeretazo habría ayudado al resultado final (en busca de avidez y no de empacho) ni tampoco que BLESSED CURSE ha dado en la diana al elegir al productor Juan Ortega, que desde luego conoce el suelo que pisa en lo que a Thrash se refiere y que ha dado al disco exactamente el sonido que necesitaba: apasionado, potente y con ese feeling correoso, esa urgencia oscura tan propia de la edad dorada del estilo.


Porque eso es este disco y eso son estos músicos desde que comenzaron a tocar siendo apenas adolescentes: un ejercicio de rendición a la noble tradición del Thrash Metal, un recordatorio con cargas de dinamita de los fundamentos del género y un aireo orgulloso de lo divertido y lo grande que es el Metal cuando se acomete con pasión, energía, calidad y sin más pretensión que hacer ruido del bueno. Ruido del peligroso: los buenos tiempos. En el cauce de “Blessed Curse” navegan los ecos absolutamente obvios de KREATOR, OVERKILL, SLAYER, TESTAMENT, MEGADETH, DEATH ANGEL, HEATHEN o, y esto siempre es un enorme placer, los primeros METALLICA. Speed/Thrash ochentero pero no facilón ni de corto recorrido ya que se explaya con éxito en canciones que superan los seis minutos sin muestras de fatiga. Nivel técnico óptimo, oleadas de alta potencia metálica, tremendos cambios de ritmo, grooves crujientes y rompecuellos… Y el habitual problema de que las composiciones son buenas pero no extraordinarias. Falta el punto de grandeza de los discos excelentes, ni hablemos de los clásicos, y hay un obvio tono de recurrencia que no molestará en cualquier caso, más bien todo lo contrario, a los fanáticos del estilo. BLESSED CURSE está entre los buenos del revival Thrash. Está de hecho por encima de algunos que se han ganado un muy notable nombre en los últimos años.

Los riffs son clásicos pero no manidos y hay una buena labor de la base de ritmo (bien el bajo) y buenas líneas vocales. Faltan estribillos verdaderamente matadores en una interpretación que tiene un poco del primer Hetfield (nostalgia…) y un mucho de Petrozza. Las canciones no alcanzan fórmulas progresivas pero desde luego se desenvuelven en un buen nivel técnico y un desarrollo completo, equilibrado y vigoroso: buenas canciones, desde luego. “March Of The Wicked” alcanza tintes de himno ochentero con esa actitud que convertía lo violento y lo oscuro en valores innegociables, fundacionales. Esto es Metal de pura raza y ahí quedan también “Slaughthered Like Pigs”, “The Devil's Mark” o “Eternal Hate / Blessed Curse”. Thrash del bueno, Thrash del de siempre, Thrash del que yo al menos no me canso jamás.

Es cierto que con un par de canciones menos el resultado final parecería más redondo y no deja de ser obvio que esto es tan sólo un reflejo (pálido en cierto y evidente sentido) de los grandes tiempos del Thrash (y, creo, del Metal). Es cierto que en definitiva no se puede hablar de un disco ni rompedor ni extraordinario. Pero BLESSED CURSE ha grabado un puñado de canciones de esas que te hacen sentir orgulloso de esta música, de esta actitud y de este universo único y maravilloso que es el Heavy Metal. Es un buen grupo, tiene potencial y trazas de resultar apabullante en directo. Y tiene por ahora mi bendición. Maldita bendición…


 

Juanma Rubio

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