La primera vez que viajo a Londres y me importa bien poco la ciudad o, al menos, no mucho. Aunque hubo algo de turismo, esta pasada Semana Santa había que presentarse en la capital británica para disfrutar de otras cosas, quizá triviales para muchos, pero para otros cuestión de vida o muerte. Un evento irrepetible, vigésimo quinto aniversario (aunque con un año de retraso) de BOLT THROWER, uno de los estandartes del Death Metal de Gran Bretaña. Hasta ahí, sería razonable pensar que especialmente sería el público de la zona el que más expectación podría albergar, pero es una banda tan auténtica y querida que fue gente de toda Europa la que allí se dio cita para disfrutar de su fiesta. Londres, más cosmopolita que nunca gracias al Bolt Fest.
Como seguidor del grupo, viendo el irrisorio precio de la entrada, lo fascinante que aparentaba la noche y los acompañantes de lujo, era demasiado tentador ir. Si además se ayudaba a la lucha contra el cáncer, dado el carácter benéfico que el Bolt Fest tenía, todo era redondo. Desde el jueves ya se respiraba el ambiente, en distintos rincones de la ciudad nos encontrábamos bastante gente con señas inequívocas de disfrutar del Death Metal, una sensación poco frecuente en cualquier ciudad.
Después de un par de noches disfrutando de la turbia noche londinense (locales de Metal incluidos) que incluso nos ofrecieron la oportunidad de charlar y compartir unas cervezas con Herman Li de DRAGONFORCE (al que recientemente entrevistamos en HELLPRESS) llegó el sábado. Una larga cola en la entrada del HMV Forum bajo el cielo gris londinense presagiaba lo grande que iba a ser el festival. El "no hay billetes" desde hacía muchas semanas vaticinaba el reventón que presentaría el local. La sala es amplia, con palcos, bien sonorizada, con buena distribución y sin agobios, salvo para la compra de merchandising del grupo, único pero gran punto negro de la noche.
Vallenfyre
VALLENFYRE
Al acceder estaba empezado el show de VALLENFYRE, que rescata la sonoridad más extrema de los primeros PARADISE LOST, liderados por su guitarrista Gregor Mackintosh. Viendo tres cuartas partes de su concierto, quedé muy satisfecho. Pude apreciar gusto por los riffs suecos con aire a lo ENTOMBED, canciones bien construidas y desinhibición, una vía de escape del encorsetamiento de su banda madre.
El telón de Vallenfyre
El batería Adrian Erlandsson, otro pluriempleado del Metal Extremo, también debe disfrutar tocando en un grupo así. Esperemos que siga adelante este proyecto, que me sorprendió gratamente, un buen descubrimiento. Durante su concierto, tres amigos se pusieron a la cola que daba acceso a la zona de merchandising, situada en la zona de palcos (mala idea). Lo que no esperábamos era la resolución de esa expedición...
BENEDICTION
Benediction
Mientras afrontaban la odisea de conseguir algunas camisetas de recuerdo del Bolt Fest, unos veteranos como BENEDICTION saltaban al escenario, jugando en casa. No podían faltar los de Birmingham, dada la vieja amistad que le une con los héroes del festival. Al no ser un gran seguidor del grupo, no llegué a conectar con su concierto, aunque tuvo momentos donde el público se calentó bastante con algún circle pit. Estuvieron muy motivados y contagiaron su furor con las primeras filas, aunque nada comparado con la descarga posterior. Al igual que en aquel concierto que pude ver en Atarfe hace ya unos cuantos años, el grupo sonó contundente pero me volvió a dejar un poco frío.
Benediction
Tras la finalización de su concierto, regresaron los amigos (más de una hora después de su partida) habiendo conseguido las últimas camisetas disponibles, y una para un servidor de una talla no apropiada. ¿Motivos? BOLT THROWER vende una exageración: merchandising a un precio razonable, de calidad y disponible sólo en sus conciertos, lo que hace que sea harto apreciado. Hasta ahí, vale, pero ahora se ha destapado la verdad del asunto, y es que algunos desalmados compraron camisetas para, aprovechando lo ya explicado y lo exclusivo del evento, hacer reventa (sí señores, reventa de camisetas) vía Internet justo cuando se llevaba a cabo el festival. Nauseabundo. Al menos el grupo ha conocido la situación y, dado su habitual interés en hacer las cosas bien, pondrá a la venta nuevas camisetas de manera individual y previo envío de la entrada. Todo un detalle, otro más para añadir a la lista.
DISCHARGE
Discharge
Y llegaba el turno de DISCHARGE, Punk abrasivo que puso las pilas al público. Si bien no es un estilo que siga asiduamente, hay que reconocer las cosas cuando están bien hechas, y así fue el concierto de los de Staffordshire. Todos los grupos estaban invitados por algún motivo de importancia para BOLT THROWER, y en este caso me pareció entender que el primer concierto del grupo de Death Metal fue en casa de Rat, vocalista que presentaba dos crestas para la ocasión. Bonita invitación, pues, y movida. Salvo unos problemas con el sonido de la guitarra, que se solventaron con relativa rapidez, el concierto fue impecable. Energía, rabia, ruido, actitud. Un excelente aperitivo para los dos grupos que más ganas tenía de ver.
Discharge
AUTOPSY
Como representante extranjero, estuvo AUTOPSY desde Estados Unidos, después de, si mal no recuerdo, 17 años sin pisar las islas. Todo un acierto su invitación, después de los rumores levantados y propagados de la red de redes, donde se comentaba la posible aparición de ASPHYX, VADER o, la más descabellada, los separados DISMEMBER. Y a punto estuvieron los americanos de comerle la tostada a BOLT THROWER. Brutal fue su sonido y poco arriesgada su propuesta, aunque a mi entender muy acertada. Su set se centró en esa obra maestra llamada "Severed Survival" de 1989 y a mí me dejó alucinado, porque es el único disco que tengo original y desde que me lo compré hace unos meses, lo he machacado hasta la saciedad.
Autopsy
También se le dio mucha cancha a "Mental Funeral" de 1991, su segundo trabajo, junto con algún toque de "Acts Of Unspeakable" de 1992. Solamente sonó una canción del más moderno "Macabre Eternal", esa fue su idea e intención, hacer un concierto "viejo". Supongo que, tras haber lanzado un álbum recientemente, la idea de hacer una actuación así, con poco material fresco, se debía a un intento de unirse a esa atmósfera old school que se palpaba en el ambiente.
Chris Reifert demostró con su profesionalidad por qué es un icono de la escena, tanto por su dilatada y prestigiosa carrera como por su habilidad para cantar y tocar la batería a la vez, algo harto difícil que muy pocos músicos son capaces de llevar a cabo. La banda sonó compacta, pesada y oscura, clavando los temas. Fueron despedidos entre aplausos y puedo asegurar que cruzaron el charco para dejar muy buenas sensaciones.
BOLT THROWER
Con la intro que vienen usando en los últimos conciertos, y con el recuerdo del pasado Summer Breeze, la gran atracción del festival, los dioses del Death Metal, los inigualables e infalibles ingleses BOLT THROWER salían a matar, ¡a matar! Y es que no se celebra un cuarto de siglo así como así, era una ocasión histórica y había que estar ahí. En algo más de una hora, la banda trató de resumir su dilatada carrera, con Jo Bench al bajo y Karl Willets (con su clásico balanceo apoyado en el pie del micro) a la voz, ambos tomando el frente del escenario, siendo los más participativos.
Un volumen atronador abrumó de principio a fin a los entregados fans. Dando un repaso cronológico a sus discos, la descarga empezó con "In Battle There Is No Law", de su primer trabajo del mismo nombre, un tanto desconocido para mucha gente. Uno de los puntos más emocionantes fue "World Eater", de nuevo con Willets anticipando eso de "es hora de sacar el armamento pesado". Bestial, uno de los himnos del Death Metal para un servidor y que no falta en ningún concierto del grupo. Como material que, si mal no recuerdo, no suele tocar, el grupo interpretó "All That Remains" (también del "Realm Of Chaos") y "Rebirth Of Humanity" junto con "Warmaster", del álbum homónimo.
Entre tema y tema, un agradecido Willets nos recordaba la cifra... 26 años tocando sin parar, eso es toda una vida. Jo, seguramente la mayor representante femenina del metal extremo, asentía entre sonrisas, y hasta creo que emocionada por momentos. Para los demás músicos, no creo que fuera un simple concierto, tenían que ser conscientes de lo que suponía la cifra y la situación, subidos a las tablas delante de una masa que adora su música. A buen seguro lo disfrutaron no solo con el entusiasmo que sí se demostró ejecutando con mucha intensidad, si no con la emotividad que quedó reservada para sus adentros.
Nunca falta "The IVth Crusade", y allí estuvo otro de sus más reconocidos clásicos, esta vez acompañada por "Ritual". De este álbum podría haber caído cualquiera, pero "As The World Burns" hubiera sido memorable. Siguió "War", "Remembrance" y "...For Victory" (qué bien habría estado "Lest We Forget"). De "Mercenary" hubo hueco para "No Guts, No Glory" y "Powder Burns", para dar paso al cierre con "Inside The Wire", "At First Light", "The Killchain" y la outro "When Cannons Fade". Como veis, sus canciones fueron una selección variada, mezclando algunos perennes con otros poco vistos y pasando por todos y cada uno de sus trabajos.
Queda para el recuerdo una memorable noche con unos BOLT THROWER graníticos y soberbios, un show que hubiera merecido la pena registrar en DVD (¿hasta cuándo habrá que esperar para tener uno?) y en general, unas actuaciones sobresalientes, destacando por encima la suya y la de AUTOPSY. Nos quedamos con ganas de más, de mucho más. Una lástima que no puedan prodigarse más a menudo con giras más allá del norte de Europa y tener la suerte de verles por España con la frecuencia deseada.
Los ingleses fueron capaces de reunir en un buen recinto londinense a cientos de seguidores del Death Metal en general y de su carrera en particular. Merecían tener una bonita fiesta de cumpleaños, y vaya si la tuvieron. Sin tarta, sin velas, pero con unos trallazos de impresión, unos solos que cortaron el acero más perfeccionado y unos ritmos aplastantes.
Ahora a por el 30 aniversario, en el que espero podamos repetir, aunque si pasaran antes por España, mejor que mejor.
Crónica: Carlos Herrero
Fotos: Bert Harmsen (Metal Shots)
