CANNIBAL CORPSE - Torture

Torture, disco de Cannibal Corpse
Portada de Torture

CANNIBAL CORPSE (24 años, doce discos de estudio: pónganse de pie) está en uno de sus mejores momentos. Desde un punto de vista absolutamente personal diría que el mejor aunque suponga un sacrilegio para la vieja guardia. No es falta de consideración hacia su período clásico y sus cuatro discos, ya absolutamente referenciales, con Chris Barnes. Pero siempre he sido más seguidor de Corpsegrinder Fisher que de Barnes (incluso antes de su camino hacia la ruina con SIX FEET UNDER) y creo que libra por libra, tomando la gráfica expresión del mundo del boxeo, CANNIBAL CORPSE ha alcanzado algo parecido a la perfección de su fórmula con tres discos que han borrado de un plumazo el peligro que acechó en la pasada década y que no era otro que el riesgo de repetir la fórmula hasta la náusea, grabar una y otra vez “Vile”.

Nada de eso. El último lustro ha descubierto a CC en un momento de precisión, madurez y compromiso con su música extraordinario. La actual formación (Corpsegrinder, O'Brien, Barrett y los infaltables Webster y Mazurkiewicz) ha sintetizado la fórmula de la evolución sin revolución, ha dado un toque nuevo y lujoso a la receta sin tocar los ingredientes principales, sólo condimentos y cantidades. CANNIBAL CORPSE ya no es, usando su propia iconografía, un psicópata demente que elige sus víctimas al azar y las destripa en un callejón oscuro. Ahora es una máquina de matar perfecta y casi científica, un invento demoníaco de una precisión sobrehumana que está depurando las ecuaciones que esconde el arte del horror. Esto es Death Metal del siglo XXI y es Death Metal de siempre. Y ese es el gran triunfo de CANNIBAL CORPSE a través del citado lustro: el impresionante “Kill”, el apabullante aunque más mundano “Evisceration Plague” y ahora este “Torture”, al menos tan bueno como “Kill”. O mejor. Al menos tan bueno como cualquier disco grabado por este grupo. Y sí, incluyo “Tomb Of The Mutilated”. Y sí, eso significa que tenemos entre manos un clásico de segunda generación.

La quintaesencia de la fórmula, el avance individual y colectivo (como músicos, como grupo), y la injerencia de nuevas ideas (o de las viejas, reformuladas) son factores que dinamizan sin afectar a la estructura, absolutamente tradicional. Sí, estos son los CC de siempre pero no, no es un grupo ni aburrido ni dormido en los laureles sino uno capaz de crear 44 minutos de Death Metal pluscuamperfecto, que marca un hito para el género y para los que quieran competir en este 2012 y más allá. Un hito hilado por un nivel instrumental soberbio, una calidad compositiva exquisita (la barbarie puede ser exquisita) y un sonido demoledor. Y hablo literalmente: demoledor. Labrado en los habituales Mana Studios con Erik Rutan y con paso por los Sonic Ranch de Tejas. Nada al azar y un resultado orgánico pero quirúrgico y de una dimensión enorme. Tal vez demasiado industrioso para la tradición más ortodoxa pero una atronadora afirmación sobre el sonido del Metal Extremo en el nuevo siglo.


Corpsegrinder, y repito que siento debilidad por él, es seguramente el eslabón menos impresionante de “Torture”. El resto del equipo borda un trabajo que deja sin respiración (insisto: literalmente). Sabíamos que Webster es uno de los bajistas más reputados de la escena Death y en esta enésima demostración cuenta con unos cuantos solos como vehículo y con la producción como aliada. La base de ritmo trasmite una tensión crispante, una intensidad terrorífica y una perfección majestuosa. Mazurkiewicz, al que le luce su trabajo con metrónomo en los últimos tiempos, es la gran revelación tardía de CANNIBAL CORPSE: de acompañante a estrella, de gregario a líder. “Torture” incluye el que es, de largo, su mejor trabajo (y el más rápido) en la batería hasta la fecha.

Pero donde reside buena parte de la excelencia de “Torture” es en las guitarras. Con una intensidad salvaje y las pequeñas pero brillantes dosis de exploración. Riffs memorables, accesibles y vertiginosos, entre los más afilados (cuando tienen que serlo) y los más graves (cuando corresponde) que haya grabado el grupo, incluso con algún coqueteo melódico en secciones con un tono más atmosférico y épico de lo habitual en las que O'Brien recorre de puntillas su pasado en NEVERMORE. Hasta los solos son a veces más clásicos y emocionales que el habitual caos deconstruído a lo SLAYER/MORBID ANGEL. La pulsión de las guitarras es venenosa, frontal. Así es “Torture”: una especie de maleficio sonoro de dimensiones pantagruélicas.

Ni una sola canción pasa desapercibida, ninguna parece de relleno ni renuncia a su cuota de personalidad. Hay fragmentos de este disco que seguirán en tu cabeza después de cada escucha y hay detalles en constante descubrimiento por la conjunción de pericia técnica, composición calculada y brutalidad simiesca. “Torture” es un ejercicio de trascendencia, de la demencia a la psicopatía, con el que CANNIBAL CORPSE ribetea sus propias fronteras: hacia el límite de la brutalidad, pocas veces tan febriles y adictivos, nunca tan sádicos. Entre grooves brutales, arrebatos Thrash, atmósferas oscuras, invitaciones al mosh pit y agresión pura pero perfectamente calculada, el sonido de CC alcanza un nuevo nivel sin dejar de estar repleto de recuerdos a su propia tradición, algunos los más vívidos en muchos discos, pura old school. No me siento inclinado a destacar esta o aquella canción de entre semejante erupción de lava infernal pero sí quiero que conste que casi cualquiera de las que componen el disco está lista para engrosar el setlist del grupo y que algunas de ellas lo tienen todo para formar en sus (gruesas) legiones de clásicos.


La carnívora “Demented Aggression” es desde luego una de ellas, un frenesí sanguinolento que abre el disco y marca una pauta vertiginosa que ya no cesa. “Sarcophagic Frenzy” es soberbia y “Scourge Of Iron” es una aplastante oda densa y crujiente. “Encased In Concrete” tiene un corazón absolutamente añejo y “As Deep As The Knife Will Go” alcanza cotas de precisión y barbarie absolutamente épicas. La maraña técnica de “Intestinal Crank” conduce a un a sucesión extraordinaria de perlas brutales: “Followed Home Then Killed” y “Cage… Contorted” contienen las atmósferas más amenazadoras y masivas que jamás haya grabado CC y “Crucified Avenger”, “Rabid”, “Estrangulation Chair” o la devastadora “Torn Through”, y su cima de velocidad nunca antes hoyada por los blastbeats de Mazurkiewicz, son simple y llanamente odas al Metal extremo, ejercicios de Death Metal de un nivel de poder subyugante. Una mezcla de fuerza casi sobrehumana, instinto y fanatismo. Fe en una fórmula patentada hace más de dos décadas pero que todavía deja margen para el desarrollo y un perfeccionamiento casi divino.

Una fórmula que muchos han seguido pero que casi nadie ha llevado a este punto de expresividad obscena. “Torture” es cruel, sobrecogedor. Es un hito para CANNIBAL CORPSE, uno de sus mejores discos y, por lo tanto, un trabajo con acomodo entre las grandes obras de Death Metal, desde luego un clásico de esta segunda era dorada del género. Con la portada como único punto notablemente mejorable, estará sin duda entre los mejores discos de 2012 aunque su verdadera medida va más allá, el rasero para valorarlo mira hacia otras épocas y hacia discos imborrables. Es así de bueno y yo le pongo un diez. Y a quien escuche el disco y le parezca excesivo sólo puedo decirle que ahora mismo es lo que me pide el cuerpo. Estoy rendido a los pies de “Torture”. Otra vez: literalmente.

 

Juanma Rubio

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