Crónica del concierto de BLACK TUSK y ASALTO BERSEKER en Madrid (sala Wurlitzer Ballroom, 22 de octubre de 2024)
Arrancamos nuestro periplo hacia el concierto de BLACK TUSK y ASALTO BERSEKER recorriendo calle arriba la Gran Vía madrileña. La calle que nunca duerme resulta a esa hora un hervidero de lo más variopinto. Turistas y locales recorren sus aceras pobladas de vendedores ambulantes, influencers de medio pelo y distinguidos Transformers a la caza de una foto singular.
Pero al llegar a la intersección de Gran Vía con calle de Las tres cruces doblamos la esquina para encontrar una maraña de melenudos arremolinados junto a una persiana a medio bajar. Aunque ningún cartel indica nuestro objetivo, tampoco tenemos duda. Quizá despiste al que busca un gran luminoso con el nombre de Wurlitzer Ballroom pero la realidad es que la sala madrileña se anuncia por sí sola.
Son las nueve de la noche y un grupo de nostálgicos uniformados con camisetas de IRON MAIDEN rinde homenaje al recién fallecido Paul Di'anno mientras brinda a su salud esperando a que la sala abra sus puertas. En su interior, se escucha el repique de tambores anunciando que la prueba de sonido aún está en marcha. Ya vamos con retraso y eso nunca es buena señal.
La cita estaba clara. Los estadounidenses BLACK TUSK regresan a España tras diez años sin pisar nuestro país para presentarnos su último trabajo “The Way Forward”. Aunque inicialmente iban a ser acompañados por sus compatriotas LORD DYING, los de Portland comunicaban la semana pasada que, por motivos de salud, debían caerse de la gira.
Los locales ASALTO BERSEKER, encargados de suplir la falta de LORD DYING
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El hueco fue rápidamente ocupado por los madrileños ASALTO BERSEKER y, aunque la baja de LORD DYING puede haber mermado el tirón de la gira, siempre es de agrado acompañar a bandas locales en una oportunidad como esta.
Pasaban las nueve y media de la noche cuando ASALTO BERSEKER tomaba posiciones sobre el reducido escenario para desatar su Thrash/Hardcore ante un público que poco a poco se iba acercando al escenario.
El tema elegido para arrancar fue “Entre Los Cuervos”. Un tema publicado como sencillo el pasado año y con el que demostraron un sonido compacto, dedos ágiles y potente pegada. Cambios de tempo y una salva de riffs sirvieron a la banda para reclamar su espacio mientras la rabiosa voz de David animaba a los despistados a acercarse a la línea de frente.
Tras una breve pausa para presentarse, antes de pasar al tema siguiente, los madrileños se disculpaban por los problemas técnicos. Al parecer, durante la prueba de sonido uno de sus amplificadores había claudicado, obligándoles a tirar con lo justo para sacar el bolo adelante. No pasa nada, la gloria es para los valientes y sin amilanarse lo más mínimo se lanzaron con “Camino Al Exilio”, “Vlad Draculea” y “Corona de espinas”. El sonido iba saliendo adelante con pegada y buen ritmo, pero la puesta en escena empezaba a quedarse algo corta.
Cierto es que el escenario no ofrecía mucha libertad de movimiento, pero quiero pensar que el miedo a un fatídico tirón de cables o colisión fortuita hizo que los de Madrid apenas se movieran un ápice de sus marcas impidiendo infundirles a los temas la energía y emoción requerida. A todo esto, hay que sumarle que la iluminación tampoco les fue de gran ayuda. Penumbra a la izquierda, penumbra a la derecha y un hilo de luz señalando el centro de la escena.
La sala se caldeaba, los locales arrastraban entre algunos fieles entregados y los despistados empezaban a convencerse con ASALTO BERSERKER. “Falso Anhelo” aceleró pulsaciones poniendo la sala a punto. Coros entre el público y algún animado solitario con ganas de más agitaba la melena al viento mientras las cuerdas de David y Pablo disparaban técnica y velocidad. En este punto empieza a apreciarse algún problema técnico con los amplis que gracias a la distorsión y el poco espacio habilitado no pasó a mayores.
Llegó el momento de decir adiós. Con “Preso Del Silencio” pusieron el broche a un escueto setlist sin tiempo para los bises que, ojo, la sala les pidió. Los madrileños convencieron, sí, pero no enamoraron. Hay margen para la mejora y calidad de la que tirar.
BLACK TUSK, comprometidos y profesionales, regalan su mejor versión
Arranca el crono y con el tiempo justo empieza el cambio de set. La cosa va rápida y sin apenas tiempo para pedir una cerveza en la barra, los de Savannah toman el escenario al asalto dejando claro que son los jefes de la noche.
"Buenas noches, Madrid" y… tonterías las justas. Disparan “Brewing The Storm” como un cañonazo al pecho de sonido crudo y directo. No hay espacio para los preámbulos, hemos venido a darlo todo.
Sin tiempo para respirar lanzan “Dance On Your Grave”, tema albergado en el último álbum de la banda, "The Way Forward" y que presentan esta noche. Pura fricción y acero al rojo vivo. Las guitarras humean mientras el set de James May corta el escenario como cañones navales.
Continúan sin descanso con “Embrace The Madness”, “Closed Eye” y “God's On Vacation”, como si de una sesión de estudio se tratase, repasando temas clásicos sin perder de vista el material más reciente. El aforo no es de locos, pero ya no queda espacio frente al escenario y el calor humano empieza a sentirse antes de que Chris "Scary" Adams se acerque al público preguntando: “¡¡¿¿Queréis más velocidad??!!”.
“Scalped”, “Beyond The Divide” y “Out Of Grasp” a una velocidad vertiginosa. Voces corales como perros rabiosos se interrumpen para apreciar la sudada monumental que lleva Derek Lynch encima. Parón técnico para hacerse con una toalla y seguimos con la noche, pues esto no ha hecho más que empezar.
Es increíble comprobar cómo el minúsculo escenario se convierte en espacio suficiente para el deambular de la banda. Saltos, pataleos, que si para un lado enfrentado en parejas… El único problema es quedarse quieto y eso no puede pasar.
La banda repasa sus temas más potentes como “The Crash” o “Ghosts Roam” sin perder ritmo ni velocidad. Cada minuto sobre el escenario se gustan más y el público lo sabe, regalando tímidos pogos pese al poco espacio que ofrece el recinto.
Un abismo sonoro entre escucharlos en estudio y vivirlos en directo. Conectan entre ellos, conectan con el público y sus riffs trascienden los cuatro muros que los separan del exterior.
En este punto están desatados. Andrew y Chris parecen uno solo, Derek reclama su espacio al borde del escenario y si James no sale volando es porque lo tienen encerrado entre una torre de amplis.
Se despiden cortésmente con “Breath Of Life” antes de buscar su bien más preciado: “la toalla”, mientras la sala les reclama sus ansiados bises. No hay tiempo que perder, los horarios apremian así que de un salto regresan al escenario para encarar la recta final.
“Gallows Hill”, “Crossroads And Thunder” y “The Way Forward” finiquitan una noche de locos con una banda entregada a un público encantado de tenerles.
Me gustaría recalcar que la banda viene de girar por Centroeuropa, donde se les ha visto en salas de medio y gran tamaño ante un aforo enorme. Para los que desconozcan la sala Wurlitzer Ballroom, esta consiste en un reducido espacio donde puede meter poco más de cien personas y el pasado martes no llegó a completar su aforo. Muchas bandas harían su trabajo sin ilusión y justitos para salir del paso y seguir hacia aforos mejores, pero los de Savannah se entregaron al público asistente como si de un estadio de fútbol se tratase. Esa entrega y profesionalidad de BLACK TUSK son las que se merecen el cariño y reconocimiento de todos los amantes de la música.
Promotora: Red Sun Barcelona
Más sobre BLACK TUSK en su Bandcamp.
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