Blasting Death Fest I: el ataque a Burgos de BLOOD RED THRONE, MASS BURIAL, NUCLEAR REVENGE...

Crónica del primer Blasting Death Fest, festival de Metal Extremo en Burgos (sala Andén 56)

Otra vez Burgos, otra vez Andén 56, acogía un evento relevante dentro del Metal Extremo nacional. Sin duda, con festivales como el Burgore o ahora la primera edición de Blasting Death Fest, esta ubicación se ha consolidado como un lugar referente para los sonidos más excesivos, si es que no lo era ya: Andén 56 es un lugar amplio, con buen sonido, buena iluminación y en una ubicación bonita. Una magnífica sala, aunque un tanto escasa en cuanto a servicios de hostelería próximos, al menos para las horas nocturnas.

Pero más allá del lugar, ya sea la ciudad o el local, hay que fijarse en que detrás de este tipo de festivales como Blasting Death Fest hay unas mentes pensantes -y sufridoras- que pretenden hacerlo lo mejor posible para que, al menos, se logre hacer funcionar relativamente bien el “sarao”, y que sea así valorado y apreciado, dejando un poso que haga volver a la gente. Y que se pueda crecer, porque las ciento y poco personas que nos dimos cita para asistir no le hacían justicia al festival. Ahí detrás, cimentando la propuesta, tenemos a la asociación Rigor Mortis, que si mal no recuerdo integra a los músicos de NASTY SURGEONS.

Especialmente señalado, dentro de esta formación y de la organización del festival, está Raúl Weaver, un tipo metido en tantos grupos que si empezamos a citarlos, no terminaríamos nunca. Entre ellos figura una banda que me encanta y me hizo plantearme subir y bajar a la capital burgalesa en el mismo día, MASS BURIAL, pues era uno de los grupos más deseados del festival. Y es que, un tanto cansados de la incomprensible falta de apoyo en nuestro país a su propuesta de clásico Death Metal holmiense, se limita a dar muy escasas actuaciones, ¡así que yo no podía faltar a esta! Pero además del suyo, que fue un concierto extraordinario, de los que saben a poco y dejan con ganas de más, hubo otras notables apariciones en el escenario que ya os pasamos a desgranar.

ABULTO ofreció un concierto con carencias pero con potencial

Los primeros en asaltar el escenario del Blasting Death Fest I fueron los muchachos de ABULTO, una banda palentina de “Death Metal sacrosanto”, que pretende ser ofensiva con todo aquello que tenga que ver con el cristianismo, pero con poco cuajo en su propósito. No seré yo el que coarte a cualquiera de cagarse en El Altísimo las veces que hagan falta, líbreme Dios de ello, pero cuando hay muchos tacos y la música no acompaña, el mensaje queda muy corto.

Su imagen partía del uso de sudaderas blancas, máscaras cadavéricas y unos cirios electrónicos que, de tan pequeños, pasaron prácticamente desapercibidos a pesar de estar en la primera fila del escenario. En cuando a su sonido, me pareció un Death Metal con un enfoque moderno y muchísimo groove, pero en conjunto no me resultó demasiado cautivador.

Con solo un trabajo hasta la fecha, el EP “Almacabra” de 2021, de tan solo tres canciones y una intro (“Apostasía”, que fue lo primero en sonar en su actuación), la formación tuvo que completar el concierto con temas inéditos hasta el momento, como “Cristófago (El Devorador De Cristos)”, que se presentó con un grito del bajista Prefecto GR: “¡Vais a ir todos al infierno, hijos de puta, pero no por pecadores!”. Intuyo pues que están pensando en preparar un nuevo disco.

Lo mejor de ABULTO me pareció la canción “Los Falsos Profetas” y la técnica cantando de Padre Gyo, una voz muy consistente que aguantó carros y carretas. El tipo está más que bien preparado porque el Death Metal de esta banda es de una potencia tremenda, aunque aún por encauzar por los caminos de la mejora compositiva, desde luego de una pesadez y tralla muy evidente.

El más comunicativo, Prefecto GR, que se despidió del público al grito de “¡Que viva Cristo nuestro Señor, infieles a la hoguera, hijos de la grandísima puta! ¡Morid!” para despedirnos a todos y dejarnos a la espera de los vitorianos NUCLEAR REVENGE.

NUCLEAR REVENGE: la venganza nuclear total incluso a falta de una ojiva

Desde Vitoria bajaron unos pocos kilómetros al sur los vascos NUCLEAR REVENGE para soltar zapatilla a base de bien. Eso sí, su aparición fue como trío y no como cuarteto, a falta de su bajista. Esta situación les generó ciertas dudas, pues no es algo habitual para ellos según comentó desde el micrófono Mikel 'Speedrinker' Revenga (Cryptic Aggressor para los amigos). Mikel en esta ocasión tuvo que hacer las veces de bajista ante la ausencia Alberto Camps (Skullreaper), cumpliendo sobradamente.

Igualmente, a falta de un músico, nos pasaron por toda la cara su Thrash Black Metal deudor de los primeros grupos germanos, y tan es así que nos dejaron un tema de los viejos SODOM dentro del repertorio.

Hicieron gala de actitud, pintas y, lo primordial para que lo primero no caiga en el mayor de los vacíos, demostraron tener unas canciones trepidantes, sucias y abrasivas, lo que demandaría cualquier seguidor de este género para poder reconocer a estos jóvenes como un talento importante dentro de nuestra escena extrema. Ellos se lo pasaron bien y supieron salir adelante de manera notable, todo ello a pesar de la dificultad que entrañaba salir a tocar a falta de un músico. En cuanto a los asistentes: lo pasamos como puercos en fango.

Los euskaldunes regaron los oídos de un puñado de fans con “Agonic Tormentor”, “Summon The Nameless Ones”, “Proclaimed Among The Wicked”, “Burn The Holy Cross” o “Victims of The Black Flame” entre otras. Todas contaron con el registro vocal roñoso de Mikel, quien también era capaz de soltar unos fabulosos aullidos agudos como contrapunto. Nos dejaron con un poco menos de cuello a aquellos ya gastamos poco a estas alturas, y en cuanto a la previamente mencionada versión de las huestes de Tom Angelripper, tuvimos un “Outbreak Of Evil” muy bien tocado.

Dentro de lo anecdótico pudimos ver cómo Xabier Palacios (Pestilence Breeder) iba con una bracera de cuero y pinchos enorme al principio del show que acabó por quitarse hacia el final del concierto, porque le sobraba un trozo importante (seguramente estaba mal colocada o se le resbalaba) y aparentemente le estorbaba más que otra cosa, quedando buena parte de esta al aire.

Tachas, alcohol, satanismo… qué buena combinación. NUCLEAR REVENGE dejó una sensación magnífica y alcanzó la masa crítica, que diría un físico atómico. Ojalá todo lo referente a megatones y radioactividad fueran buenas noticias y diversión como la que proporciona esta banda.

MASS BURIAL, catedráticos por derecho propio del Death Metal sueco

Cuando hace unos meses vi que MASS BURIAL iba a realizar un concierto en Mallorca y nadie tenía intención de montarles nada en Madrid, ni habían pasado por aquí en bastantes años, algo en mi interior me dijo que no podía dejar pasar más oportunidades: tenía que ir al Blasting Death Fest de Burgos y quitarme la espinita clavada. Nunca se sabe cuándo puede ser la próxima ocasión.

Además, al fin y al cabo, hacer un desplazamiento para tener la experiencia de disfrutar de un concierto concreto es algo que se realiza con asiduidad desde otras provincias cuando tienen que pasar por la capital para ver según que giras, y el cierto acomodamiento que se vive en la ciudad de Madrid, con tanta oferta a nuestro alcance casi cada fin de semana, hay que romperlo de vez en cuando. Si hay que moverse para poder ver a tus “héroes del ruido” encender sus motosierras filtradas por el pedal HM2 Boss, se hace y punto.

¿Mereció la pena meterse casi cinco horas entre ida y vuelta para ver a MASS BURIAL? Rotundamente, sí. Si ya había quedado contento con lo visto por parte de NUCLEAR REVENGE, lo que vino después fue de órdago con los burgaleses. Corto, intenso y ruidoso, pude beber de la bilis vomitada a espuertas por Raúl Weaver y sus acompañantes, y aún así me quedé sediento de más.

A pesar de lo corto que fue, o lo corto que a mí se me hizo, pasaron por todos sus lanzamientos, excepto el EP “Premature Inhumation” y el split con los malasios HUMILIATION, que ya habría sido la repera. Un total de doce canciones: “Unit 731”, “Gangrene”, “Post Mortem Decapitation”, “T.T.T.R.”, “The Wendigo”, “Breeding Plagues”, “Soul Necrosis”, “Cyanide”, “Soulless Legions”, “Mass Burial”, “Intense Genital Punishment” y “Mortal Goregasm”, tocadas a toda hostia y todo ello cayendo sobre nuestras cabezas con un sonido casi perfecto.

Entre canción y canción, Raúl Weaver pudo dirigirse a los pocos afortunados presentes para animar el cotarro: “¡Acercaos hostia, que somos pocos!” o introducir temas recordando con chanza el tiempo que llevan ya grabados “Este es del segundo disco, que también salió antes de ayer…”, sus ya habituales “vamos con una un poco más punki, quiero ver pogos moviendo las crestas” y el “venga, que esta es más bailonga”. Que nunca nos falte el buen humor dentro de las descargas tan brutales como esta.

Al final del show, pude charlar un rato con Raúl sobre cómo era capaz de saberse las letras de tantísimas bandas, y ya me estaba hablando de sus siguientes pasos con MASS BURIAL y VILE SCAVENGERS… todo con la humildad de una mente creativamente frenética como la suya. Desde aquí mi gratitud por ofrecer tanta música en estudio y, cuando puede, en directo, sobre todo con NASTY SURGEONS.

Espero que haya más ocasiones de ver a Weaver junto a Azofra, Fernández y Ojer rociando cual arma química este Death Metal de Estocolmo con tanta calidad sobre las tablas. MASS BURIAL es una banda que se mostró en Blasting Death Fest perfectamente compenetrada y con presencia en directo, y esto unido a sus magníficas canciones me dejó una idea fija en la mente: esta noche estuvimos ante uno de los mejores grupos del panorama español extremo en un momento y además en un momento dulce. ¡Conciertazo para el recuerdo!

MORDOR RUIDO representó al Grind clásico en el Blasting Death Fest

Mi desconocimiento, hasta el anuncio de su inclusión en el cartel del festival, era total con MORDOR RUIDO. Pensaba que era una banda de nuevo cuño, pero resulta que lleva en pie ni más ni menos que desde 1991 haciendo un Grindcore de la vieja escuela, con carga política y una actitud crítica total a todo lo establecido. Además, para más inri, ha tenido miembros en su formación que he podido conocer en persona por terceros amigos en común.

Lo de estos madrileños fue la bestialidad sonora con crítica social, el Grind abrasivo y actitud Punk… MORDOR RUIDO se descubrieron ante mi como una buena banda que recoge (y compartió en días pasados) el testigo de mitos como NAPALM DEATH o TERRORIZER, y precisamente dejaron un guiño a este icono haciendo una versión del álbum “World Downfall” muy fiel a la original, aunque no puedo concretar cuál era.

En ráfagas cortas y directas al pecho, nos dejaron perlas como “Empieza A Mamar”, dedicada a los tiempos en los que en España aún había servicio militar obligatorio ("hacer la mili", para los que no lo hayan vivido) “El Kánzer” o “Ruido De Orcos”, temas de sus primeros días, aderezados con otros de más reciente creación como “Kaos”. Una de sus canciones recibió como intro una parte de la película “Pactar Con El Diablo”, con ese monólogo impresionante de Al Pacino, bonito detalle para romper un tanto la caña sin parar.

Además del único miembro original, Tachus, un cantante ideal para el estilo, pudimos ver a un bajista como Miguel, que daba un contrapunto vocal con coros berreados bastante graves. Junto a ellos, también metía algún coro el guitarrista Fer Payer, aunque estuvo más pendiente en todo momento de tocar la guitarra.

Cerrando el cuarteto, que como resultado daba una banda en buen estado de forma, estaba Ramón Mur (NASTY SURGEONS) a los parches. Ya sabía de su buen hacer, pero este día pude comprobar que sus blast beats capturan el viejo sabor de los 90, muy ligeros y veloces, paro a la vez con cierta pegada, haciendo gala de una muy buena técnica para el Grindcore.

En definitiva, un gran concierto de MORDOR RUIDO, que no dejó títere con cabeza y nos permitió conocer a unos cuantos a una de las bandas que llevan más tiempo en nuestro país metidas en el fango del Grind.

BLOOD RED THRONE, el ya clásico del Death Metal noruego calentando para su gira asiática

Los noruegos BLOOD RED THRONE, recién aterrizados de Suiza, quisieron actuar también en España antes de su marcha a Asia, donde tenían prevista una gira. Quizá estos shows europeos estaban previstos a modo de calentamiento. Seguramente fuera más por gusto que por necesidad de ponerse a tono, porque en Blasting Death Fest vimos una formación superprofesional, engrasada y con una gran actitud para enfrentar el directo.

Su música nunca acabó de atrapar mi atención en tiempos pasados ya desde sus primeros discos (y es que llevan sobre el trono de sangre desde 1998, al menos Daniel Olaisen, el más veterano y único miembro original del grupo) pero hay que reconocerles esto: su preparación es máxima. Les dio igual actuar delante de los cien locos del Death presentes en Andén 56, porque hicieron exactamente lo mismo que cuando han tocado en salas abarrotadas como en el Netherlands Deathfest de 2022, donde fue la vez anterior que pude verles.

Uno de esos detalles que marcan la diferencia a la hora de preparar un concierto en el que vas a poder moverte con libertad, con un escenario más que decente, es ir preparado para tocar con dos pies de micrófono, como usó el bajista y cantante Stian Gundersen. Así, aunque utilizó predominantemente el de la izquierda, de cuando en cuando se pasaba al otro lado, esquivando convenientemente la maldita columna, para dotar de más dinamismo su interpretación.

Ivan 'Meathook' Gujić, segundo guitarrista en esta encarnación de BLOOD RED THRONE, dio también una lección que cómo se lo pasa en grande un músico en el escenario, haciendo poses, poniendo caras, haciendo como si se arrancase un pezón, bebiendo cerveza… sobre todo bebiendo cerveza. Entre él y Gundersen, se bebieron unas cuantas latas, y sus efectos se fueron notando ligeramente según avanzaba el concierto, en el que sonaron “Tempest Sculptor”, “Homicidal Ecstasy”, “Arterial Lust” y “Unleashing Hell” entre otras canciones de su extensa carrera.

Gundersen estaba cada vez más gracioso, pidiendo a la gente que se hiciera un circle pit “como el de Suiza que tuvimos ayer” y, en varias ocasiones, intentando convencer al público de que lo hicieran alrededor de una de las columnas de Andén 56. “Circle pit around the pilar!”. Además, señalaba a gente concreta entre el público diciendo “¡Tú, estás al cargo!”. Finalmente es algo que acabó por lograr, y cuando vió que unos pocos locos le hacían caso no pudo evitar reírse con cara de sorprendido.

BLOOD RED THRONE dejó buen sabor de boca, aunque sus canciones no sean las más emocionantes y memorables del mundo, dejó a las claras que es una banda curtidísima y en Burgos todos quedaron satisfechos con su entrega.

A la espera de una próxima edición del Blasting Death Fest

A pesar de lo decepcionante de la asistencia, también tocada pero no hundida por el show en Bilbao de THANTIFAXATH o el festival Barroselas, creo que todo el mundo quedó, si no contento, al menos satisfecho con lo disfrutado.

Quizá otro cabeza de cartel hubiera atraído a más gente al Blasting Death Fest en esta primera edición, podemos estar de acuerdo, pero es innegable que las bandas presentes dieron conciertos de altura notable, con un sonido próximo a la perfección.

Aquellos seguidores del Metal Extremo que dudasen sobre asistir a este evento y aún no hayan tenido contacto con el Burgore, quedan citados para el festival que tendrá lugar el 7 de septiembre de 2024, también en Andén 56, también en Burgos, ¡y también con el ruido por bandera!

Más sobre y otros eventos de Metal Extremo en Burgos en el Facebook de Burgore Death Fest.

Sigue a HELLPRESS en Whatsapp para más noticias.