Crónica de Vagos Metal Fest 2024, domingo 4 de agosto de 2024: BLIND GUARDIAN, PRIMORDIAL, SUFFOCATION, GWYDION, RAXAR, TERROR EMPIRE, HO CHI MINH
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- Segunda jornada: EPICA y GOD DETHRONED en Vagos Metal Fest 2024
Los avisos por ola de calor que se oían por la radio y que tan presentes eran en la piel de toro aún no eran efectivos en Portugal, al menos en la Quinta Do Ega, en esta última jornada de Vagos Metal Fest 2024. El buen clima nos respetó hasta el tercer día, con ese fresco que siempre llega allí al caer la tarde, tan agradable, siempre y cuando vayas preparado para ello.
Cerrando esta edición de Vagos el domingo 4 de agosto, como platos fuertes había instituciones de enorme calibre en distintas facetas del Metal, en concreto bandas históricas para el Death Metal técnico, el Black Metal y el Powe Heavy Metal en su vertiente europea: SUFFOCATION, PRIMORDIAL y BLIND GUARDIAN. Ahí es nada.
Quizá era el día más fuerte del festival, pero para los portugueses era algo más aún: si no entendí mal entre el alboroto desencadenado, Hansi Kürsch indicó que su grupo llevaba sin pisar tierras lusas desde hacía 17 años. También dijo que no tardarían tanto la próxima vez...
HO CHI MINH, el Metalcore para la familia vaguense
Las bandas portuguesas siguen colmando la parte baja del cartel de Vagos Metal Fest y el último día empezaba con HO CHI MIHN, un grupo de Metalcore con bastante melodía. A pesar de ser un género que me aburre soberanamente, los tíos demostraron saber desenvolverse muy bien en el directo y su vocalista hizo gala de gracia.
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“¡Como no hagáis mosh en esta canción voy a tener que bajar yo ahí, caralho!” decía… un error, porque algún joven se lo tomó muy a pecho. “No karate in the pit”, y punto. ¿Cuántas veces hay que repetirlo?
Con la base de su música ya definida, cabe decir que entre temas había introducciones de música electrónica, una influencia que incluso se colaba en algún tema, junto con estrofas con una cadencia más propia del Hip Hop que de otra cosa. Menuda amalgama la de estos aspirantes a vietnamitas, aunque amalgama coherente al fin y al cabo, en la que destacaron las interpretaciones de “This Is Hell” y “Alive”.
Para acabar de redondear su directo, no vendría nada mal un DJ metiendo las pistas para animar el cotarro, aunque viendo la reacción de un público muy receptivo con su propuesta, seguro que ni se lo plantean.
TERROR EMPIRE: papel de lija para los oídos a ritmo de Thrash Metal
Más afortunado estuvo TERROR EMPIRE, un conjunto de Thrash Metal seco y sin florituras, áspero y arrojado a la cara como una granada de mano. Música ideal para seguir erosionando esa parte del parque de Quinta do Ega, donde el ya inexistente césped ha dejado lugar a un campo de batalla para estos menesteres de la velocidad y circle pits.
A pesar de tener alguna fase musical más melódica, lo de TERROR EMPIRE fue un torbellino de hostias. “Burn The Flags”, “Snake Nest”, “Hunt The Traitor” y, si no me equivoco, “The Route Of The Damned”, fueron algunas de las piezas empleadas para poner las pilas a los asistentes, que no dejaban de dar vueltas como si fueran marionetas de Ricardo Martins, con su gorra enfundada, cual guerrillero en la selva dando órdenes a sus soldados.
Curiosamente, durante su show, la banda me recordó al sonido de sus compatriotas REVOLUTION WITHIN, y es que claro, en un país como Portugal la escena casi cabe en una mano: Nuno Olivera, actual miembro del grupo, ya había pasado por la otra formación, y de algún modo se notaba en los riffs. En definitiva, una banda más de Thrash Metal dentro del saturadísimo panorama. Buena, con momentos de enganche, pero que en general se hacía un tanto monótona.
RAXAR, el quiero y no puedo del Metal Sinfónico
Hace no mucho Udo Dirkschneider hablaba de qué es lo que tiene que hacer un grupo para funcionar, obtener reconocimiento y seguir adelante creando música en la industria actual. El que fuera vocalista de ACCEPT y con una también importante carrera en solitario venía a decir que crear un concepto sobre la que cimentar la banda era muy importante.
Puede serlo, pero hay otras cosas indispensables que van antes, y a veces se nos olvidan. Practicar, ensayar, estudiar… si aún así no logras estar listo para ofrecer algo digno, hay que volver a empezar ese ciclo, así una y otra vez, hasta que tengas algo que ofrecer.
Todo ese ejercicio debe ir antes si quiera de pensar el maquillaje que vas a usar en el escenario o qué apodo te vas a poner. Parece que RAXAR no lo ha hecho. Fueron demasiado evidentes sus carencias en el escenario de Vagos. Siento ser tan duro, pero no tienen calidad musical suficiente, de momento, para subirse a un escenario de la envergadura de uno de los festivales más importantes de Portugal.
Salvando algunos buenos momentos de la vocalista Laetitia of Asshai, en general fue una actuación pobre. Canciones como “Dance Of Dragons” o “I´m The One” pasaban como podían la criba, pero otras claramente necesitarían más trabajo para llegar a generar interés, por no mencionar los coros del que creo fue último tema. Parecía una cantina, pero no en el buen sentido. La idea de crear un ambiente de taberna, que tan bien funciona en otras bandas, quedó aquí como un intento desafortunado.
Pocas virtudes demostró RAXAR para estar en este festival. Creo que la organización debería ser más exigente a la hora de completar el cartel, y es que está muy bien poner varios grandes nombres internacionales por día, pero si necesariamente tienes que poner bandas portuguesas y españolas, por evidente proximidad geográfica, tienes mucho donde elegir con grupos con algo más de más experiencia.
GWYDION, la leyenda portuguesa del Folk Metal jugaba en casa
Toda una institución en Portugal, la banda de Folk Metal GWYDION repetía otra vez en el Vagos Metal Fest y demostró que su poder de convocatoria es importante en su país. No en vano, cuando llevas trabajando desde 1995 dentro de una idea musical muy bien perfilada, al final tienen que llegarte los frutos. Después de afinar sus instrumentos, contando incluso con el riff de “Metal Daze” de MANOWAR para la prueba de sonido, los lisboetas salieron a ofrecer toda una fiesta.
Rápidamente saltaron las evidentes similitudes con bandas como ENSIFERUM y otras de corte similar en canciones como “Mead Of Poetry” o “Strenght Remains”, aunque el tono general de GWYIDION es en general menos épico y algo más festivo. En su caso, como en el de todo este tipo de bandas, hablar de los antiguos pueblos europeos requería ir acompañado de vestimentas y atuendos varios, como los kilts, cotas de malla y cuernos.
Como muestra del espectáculo que montan los lusos, hubo la ya habitual representación de remeros en estos saraos de Folk Metal en “Odhinn's Cult”. En otro momento una chancla de piscina salió volando hacia el escenario, con el vocalista pasándosela por las narices a uno de los guitarristas. Humor a flor de piel, pero también otro tipo de emociones distintas, y es que Miguel Kaveirinha rompió a llorar indicando “lo mucho que le había costado llegar hasta allí”. Desconozco los problemas por los que ha pasado, pero ahí quedó eso.
Mientras sus seguidores esperan la llegada de su sexto álbum de estudio (del que ya están interpretando “Oak, Ash & Thorn”) GWYDION se reafirmó dándose su particular baño de masas aún al sol de la tarde. Entre cánticos, crowdsurfing y bailoteos regados de hidromiel, todos tuvieron la opción de quitarse el mono. Audiencia o músicos, aún no sé quién se lo pasó mejor…
SUFFOCATION cierra su periplo europeo con un notable pero no impecable concierto
Las comparaciones son odiosas, pero difícilmente evitables. Después del descomunal concierto que la banda de Brutal Death Metal técnico había ofrecido en el Hellfest 2024, su paso por Vagos Metal Fest tenía complicadísimo igualar la experiencia a nivel sensorial vivida en Clisson. No sé si estuvieron menos precisos como banda, pero aún sin sonar mal, estuvieron peor sonorizados que en Francia, con menor definición.
Seguramente el equipo no sea necesariamente peor en el festival de Vagos (nunca me cansaré de decir que Vagos Metal Fest siempre ha contado con muy buenos medios) pero con menos tiempo para la prueba de sonido (volvemos al problema del escenario único) la cosa se pone un poco cuesta arriba para todas las bandas. Si además eres un grupo que necesita de una claridad a nivel extremo para que se aprecien los temas correctamente sin que la brutalidad se los coma, esa cuesta se torna más empinada aún.
Igualmente, los de Long Island se vaciaron. Con el aún fresco “Hymns From The Apocrypha”, hubo bastantes temas de este último álbum, como la que pone nombre al trabajo y otras que vienen siendo habituales: “Perpetual Deception” y “Dim Veil Of Obscurity”, además de la apertura del disco y de sus conciertos recientes, “Seraphim Enslavement”.
Quizá el que más sufrió la cuestión de la calidad del sonido fue Eric Morotti, donde su batería no brilló especialmente, pero ahí estuvo su empuje constante, con unos ecos en la caja en algunos temas de lo más efectivos. Por su parte Derek Boyer volvió a ser todo actitud, arrastrando el bajo por el escenario, a veces literalmente, y dejándose el cuello. A las guitarras, Errigo y Hobbs estuvieron de nuevo cortando cual punta de diamante fuera de control en los solos y segando como una máquina de la General Motors en las rítmicas. Si bien Errigo pasa más desapercibido por ser un tipo más sobrio y menos expresivo (y no tener unas móviles rastas como su compañero) fue evidente que en “Hymns For The Apocrypha” se dejó llevar más por la locura y se desatenazó un poco respecto a su estado habitual.
En cuanto a las voces, Ricky Myers trató de nuevo de ganarse al público, que aún echa de menos al mito Frank Mullen, y creo que lo consiguió sobradamente por su envergadura física y sus dotes de mando. Incitó constantemente al circle pit: “¡Enseñadme todo lo que tenéis, joder!”. El uso de su mano “cortando el bacalao”, movimiento que popularizó precisamente el ausente Mullen, también nos puso firmes.
Pero al margen de cuestiones de imagen, su voz tampoco es moco de pavo: hasta le sacó una sonrisa a Boyer con uno de sus gritos guturales más prolongados en “Catatonia”, que fue presentada por Myers como “la primera canción que compuso SUFFOCATION en su historia”, aunque por fechas de publicación resulta un dato un tanto extraño. “Jesus Wept”, “Pierced From Within”, “Infecting The Crypts”… allí hubo tralla para todos, aunque dejándose (como es normal en una carrera de tal calibre) cositas sin tocar.
Como última anécdota, Hobbs justo al acabar el concierto volvió a aparecer fumándose un cigarro sobre el escenario y con las gafas puestas para la foto de despedida… ¿Toca con lentillas o cómo lo hace? No sé ni cómo le pudo dar tiempo a hacer el cambio, si es que es así… Si me dice que toca sin ver a la perfección sin lentillas ni gafas, tampoco me sorprendería tanto: es tal bestia de las seis cuerdas que lo vería totalmente factible.
Con esta foto SUFFOCATION se despedía de los festivales europeos en su temporada de 2024, habiendo dejado muy buen sabor de boca a este lado del Océano Atlántico.
PRIMORDIAL derramó la pesadumbre del Black Metal narrativo ante nuestros oídos
Después de ver las procesiones católicas proyectadas en bucle en las pantallas del festival contrastar con las músicas del Vagos Metal Fest, pudimos escuchar en la prueba de sonido de PRIMORDIAL una breve y bonita interpretación de un tema popular irlandés para probar un micrófono. Hasta aquí se llevaron aplausos los irlandeses, un anticipo de los que estaban por venir, aunque creo que fue un roadie y no un miembro de la banda el que se arrancó a capela… y le siguió ya una extensa introducción de cánticos místicos pregrabados sonando en la penumbra de Quinta do Ega que tensaron el ambiente, anticipando lo que se nos venía encima.
¡Y qué maravilla fue! PRIMORDIAL sonó de lujo, de manera clara, definida y con todos sus músicos arrojando lobreguez a cada nota. A pesar de ser un conjunto soberbio en todos los apartados (de algo tiene que servir mantener buena parte de la formación original desde su creación en 1993) si hay alguien que acapara los focos, ese es su vocalista Nemtheanga. “¡Atad en corto a vuestros enemigos!” nos decía ya desde el principio del concierto, mostrando una amenazadora soga, sostenida durante buena parte del mismo entre sus manos.
Este tío volvió a destaparse como un narrador sin parangón de los cuentos oscuros y de la crónica histórica más atroz, y no solamente por sus dotes como intérprete o su maquillaje: demostró tener una voz supercuidada en el apartado de la dicción. Quizá le ayudó a ello regar su garganta con una botella de vino tinto dispuesta para la ocasión en el escenario… brebaje que no vi compartir con Pól MacAmlaigh ni Ciáran MacUiliam, compañeros en mil batallas.
Hacía ya bastantes años que no tenía contacto con la banda, pero ahí estaba, otra vez, a un nivel superlativo, como si nada hubiera cambiado. Hubo espacio para interpretar temas clásicos o ya asentados como “As Rome Burns”, “To Hell Or The Hangman” (la terrible historia de como un padre ahorca a su propio hijo), “Coffin Ships” y “No Grave Deep Enough”, además de las más novedosas “Victory Has 1000 Fathers, Defeat Is An Orphan” o la propia “How It Ends” de su último trabajo. Y todo ello con una influencia flotando en el aire: el sello evidente de la etapa más épica de BATHORY.
“A todos los imperios caen antes o después y ahora os ha llegado el momento…”. Así nos presentaba la que ciertamente iba a ser última canción de la noche, “Empire Falls”. Entre las varias sentencias pronunciadas en la noche de Vagos, también nos recordó el vocalista de PRIMORDIAL una muy batalladora durante este último tema: “¡Nunca moráis de rodillas, hermanos y hermanas!”.
Tras numerosas referencias a la procedencia irlandesa de la formación, tal y como hizo Nemtheanga, el gobierno de su país quizá debería reconocer de algún modo al grupo, si es que no lo ha hecho ya, como un representante de la cultura e historia de Irlanda, más allá de los prejuicios católicos que puedan tener arraigados en su sociedad. Muy orgullosos deberían estar allí, con un grupo haciendo bandera con esa narrativa vinculada casi constantemente con su historia.
La actuación convenció sobradamente al público portugués, que acabó obnubilado por las virtudes del grupo, tanto es así que el concierto de PRIMORDIAL se hizo corto. Si así fue, es porque alcanzó la magia en varios momentos del espectáculo, y dejó una sensación de plenitud total a los asistentes entre sombras, melancolía y pequeñas lecciones de historia. A la postre, su concierto estuvo entre lo más selecto en Vagos Metal Fest.
BLIND GUARDIAN: del bardo pavisoso al rugiente dragón en vivo de Vagos
El caso de la evolución de los conciertos BLIND GUARDIAN en la última década es realmente extraño, digno de estudio. Cuando parecía claro que no iba a haber forma humana (o élfica) de lograr ser una banda realmente competente en directo atendiendo a su devenir desde los últimos años 90, es un hecho que desde hace ya algún tiempo el trío calavera Kürsch, Olbrich y Siepen le ha dado la vuelta a la tortilla, dejando a un lado lo soso de sus actuaciones y su excesiva parsimonia.
La teoría podría indicar que una versión lozana del grupo, como la que conocí en vivo de BLIND GUARDIAN en el año 98 (previo a la crisis de sordera de Hansi, ahí es nada) debía ser realmente poderosa, enérgica y levantar pasiones por su actitud en directo. Aunque entonces ya estaban rodeados de devotos y fanáticos incondicionales que jaleaban cualquier show, fuera como fuera, lo cierto es que sus conciertos iban poco más allá de lo correcto. Ahora, como decía, son vibrantes, creíbles: un concierto de Heavy Metal con todas las de la ley.
El set de los alemanes, esta vez al completo (la última vez que les vi fue en 2022 y faltó Marcus Siepen por COVID) se centró de nuevo en clásicos, aderezados con unas gotitas de su producción discográfica posterior a “A Night At The Opera”. Una apabullante “Imaginations From The Other Side” dejó paso a “Blood Of The Elves” y la coreadísima “Nightfall” fueron la tríada elegida para arrancar el concierto. Llegó el momento de presentarse, con Hansi soltando un dato escalofriante: BLIND GUARDIAN no pisaba suelo portugués desde 2009… y hace unos años STRATOVARIUS dijeron que habían pasado 16 años en las mismas circunstancias. Conclusión: ¡de qué poco nos podemos quejar en España en este sentido!
Tras prometer que la próxima vez no tardará tanto en llegar, nos soltaron “The Script For My Requiem”, “Violent Shadows” (con un falsete muy bien ejecutado al final del tema) y “Skalds And Shadows” para “calmar un poco la cosa”. Brillante interpretación de esta balada que recuerda al tono Folk de otros hits “románticos” del grupo. Después se retomó el vértigo con “las más épicas y rápidas” según Hansi: “Time Stands Still (At the Iron Hill)” pero rápidamente se bajó otra vez de revoluciones, y es que “Bard Song (In The Forest)” no puede faltar nunca, claro.
“Lost In The Twilight Hall”, “Majesty”, “Sacred Worlds”, “Valhalla” y “Mirror Mirror” acabaron por dar carpetazo a un tremendo concierto en el que brillaron solamente los tres miembros clásicos del grupo. El batería Frederik Ehmke y sus acompañantes para el directo al bajo y teclado tienen una cuota de protagonismo muy menor, pero es perfectamente comprensible y, además, el concierto funciona genial según está planteado.
Como única apreciación, me gustaría un lavado de cara importante, aires nuevos en el set. Después de haber girado en los últimos años bastante con estas canciones, hay que retomar cosas como “Bard Song (The Hobbit)”, “Theater Of Pain”, “Ashes To Ashes”, “Run For The Night”, “Goodbye My Friend”, “The Last Candle”, "Battlefield", "Under The Ice" o “When Sorrow Sang”… grandes canciones sepultadas por otras más conocidas, a base de perpetuarlas una y otra vez.
La noche cerrada en la Quinta do Ega me dejó muchos recuerdos de juventud, algunos desbordantes e intensos, vinculados a momentos y personas (alguna incluso que ya no se encuentra entre nosotros) llegaban a mi mente con una canción u otra…
BLIND GUARDIAN ha sido parte importante de la banda sonora de nuestras vidas, pero lo bueno es que no se sostiene la banda solamente por apelar a la emotividad, a esta añoranza de tiempos pasados: el de Vagos Metal Fest fue un conciertazo de impresión y punto, probablemente lo mejor de todo el festival.
Vagos Metal Fest: engranajes en marcha de cara al verano de 2025
Reponiendo fuerzas fuerzas para el viaje de vuelta hasta Madrid, concluía otro año más del Vagos Metal Fest: tres días de calma metálica, aire fresco, buena cerveza y ambiente familiar como pocos, elementos que a buen seguro volverán a estar presentes en agosto de 2025.
Como reflexión, en el futuro inmediato el festival tiene que decidir si se conforma con estos carteles o va a reforzarlos con más bandas de peso internacional para mantener ese estatus de mejor festival dedicado al Heavy Metal y todas sus variantes en Portugal.
Ya hay evidentemente formaciones muy potentes por la parte de arriba del cartel, pero si hay que apostar por lo local, con una "clase media" basada fundamentalmente en bandas portuguesas y españolas, hay que ser más selectivo y lograr que los aciertos totales, como los cartagineses INJECTOR, no parezcan fruto de la mera casualidad.
Dicho esto, ya tengo ganas de repetir experiencia en el prometedor 2025: MOONSPELL, DECAPITATED y nada más y nada menos que MAYHEM perfilan un horizonte de lo más interesante. Gracias por leer la crónica de estos tres días y, si tienes ese come come interior que te dice ¿y si vas al Vagos Metal Fest 2025? no dudes en escucharlo y hacerle caso: nunca un ser tan aparentemente detestable como el "gusanillo" te había dado un consejo mejor.
¡Hasta el año que viene, Vagos!
Más información sobre el festival Vagos Metal Fest 2025 en su web oficial.
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