STRIKER, potente pero fugaz en Barcelona

Concierto de STRIKER - 20 de noviembre de 2018, Barcelona (sala Rocksound)

Cuando STRIKER editó en 2010 “Eyes In The Night”, su brillante disco debut, parecía que los de Edmonton se iban a comer el mundo, convirtiéndose en la punta de lanza de una nueva generación de bandas que practicaban Heavy Metal de corte clásico. Ya han pasado ocho años desde la publicación de aquel trabajo y parece que la formación, contra todo pronóstico inicial, sigue sin conseguir dar el salto que se esperaba de ella, ya que sigue tocando y, en el caso que nos ocupa, sin legar a llenar salas de pequeño aforo. Muy seguramente, lanzar un primer disco de tan alto nivel ha jugado en su contra a la hora de valorar sus trabajos posteriores, con todo lo que esto conlleva.

Los canadienses siempre se han mostrado afables de cara a sus seguidores, es habitual encontrarlos en su puesto de merchandising, antes y después de sus actuaciones, vendiendo sus discos y camisetas, y entablando conversaciones distendidas con todo aquel que se acerque a ellos. Así que después de una gran tormenta que azotó la ciudad minutos antes y sin ninguna banda telonera que calentara el ambiente, STRIKER subió al escenario para, en un principio, presentar ante el público barcelonés “Play To Win”, su trabajo más reciente.

Como viene siendo costumbre, arrancaron intensos y con un volumen atronador de la mano de “Heart Of Lies”, una de las pocas piezas que presentaron de su último disco de estudio, del que sorprendentemente solo interpretaron un par de temas.

Sin mediar ni media palabra con el público, la banda continuó con “Born To Lose” y “Phoenix Lights”, pertenecientes a su disco homónimo y a “Stand In The Fire” respectivamente. Curiosamente, estos trabajos tuvieron un porcentaje mayor de representación en el set list que “Play To Win”, el disco que STRIKER está presentando en esta gira europea.

La primera mirada a los clásicos la fijaron cuando la banda ejecutó las potentísimas “Lethal Force” y “Crossroads”, que sonaron un tanto embarulladas y algo deslucidas por culpa del sonido. A pesar de esto, el público apoyó bien a la banda entonando los estribillos de dichos temas. Acto seguido, el repertorio volvió a centrarse única y exclusivamente en los discos “Striker” y “Stand In The Fire”, de los que ejecutaron sin piedad cinco cortes seguidos. Los elegidos fueron “Locked In”, “Former Glory”, “Too Late”, “Out For Blood” y “Pass Me By”. El sonido atronador deslució sobre todo los temas de corte más melódico como “Too Late” o “Head First”, que fue la siguiente en caer dando por finalizado el capítulo de composiciones nuevas que tenías previstas para presentar esa noche.

Actuación de STRIKER tan potente como fugaz

Uno de los momentos más esperados de la velada llegó con “Full Speed Or No Speed”, encadenada con la poderosísima “The White Knight”, únicas representantes de “Eyes In The Night”, su álbum más laureado y con las que muchos asistentes decidieron agolparse en las primeras filas para volverse locos durante la interpretación de dichos cortes. Tras una gran ovación, la banda se retiró para volver al cabo de poco tiempo para interpretar el último tema de la noche, el elegido fue “Fight For Your Life”, que supuso el final a un efímero concierto de poco más de una hora de duración.

Los canadienses se despidieron con brevedad y poca efusividad de un público que no tuvo oportunidad de pedir una canción más, ya que rápidamente empezó a sonar música a todo volumen por los altavoces. El concierto de STRIKER fue tan potente como fugaz y con un repertorio tan corto como discutible, dando la sensación de que sus composiciones sonaran un tanto hipervitaminadas, algo que hizo que algunas de ellas se vieran un tanto lastradas, principalmente las más melódicas. Los canadienses son un diamante en bruto que, tras ocho años de carrera, parece no haber sabido pulirse para brillar con la intensidad que merece.

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Crónica y fotos: David Aguilar

Edición fotográfica: Herestia