Crónica del concierto de CYNIC, OBSCURA y CRYPTOSIS en Madrid (sala Copérnico, 19 de marzo de 2024)
Interesante gira para los seguidores del Metal más técnico (y también vanguardista en el caso del cabeza de cartel) la que se “escondía” bajo la denominación “The Focus of a Valediction”. Los neerlandeses CRYPTOSIS con su Thrash Metal progresivo, los alemanes OBSCURA en la vertiente Death Metal y los estadounidenses CYNIC celebrando el 30º aniversario de su opera prima (y obra culmen para muchos, entre los que me incluyo) “Focus”.
Todo pintaba bien a priori pero lo cierto es que el resultado no fue el esperado, o al menos no el que uno espera de este tipo de conciertos. El protagonista de la velada, desgraciadamente, no fue la música en directo de los grupos como debiera haber sido sino el sonido. Concretamente, el mal sonido en líneas generales con algún matiz según la banda en cuestión. Seguramente fue un cúmulo de factores (sala, técnico, bandas,…) pero el tipo de música de todos los integrantes del cartel necesitaba un sonido a la altura de su virtuosismo técnico. Y no fue así.
CRYPTOSIS, el mejor show de la noche
Debido a la temprana hora de inicio, y tratarse de un día laborable, una sala medio vacía recibió a CRYPTOSIS cuando, con puntualidad, empezó a sonar “Overture 2149”, la instrumental que abre su increíble “Bionic Swarm”, a modo de intro. Desde ese momento, el trío nos obsequió con un gran concierto de 35 minutos escasos en los que mostraron sobre las tablas todo el potencial que tienen en estudio que, bajo mi punto de vista, es enorme.
Como ya había tenido la oportunidad de ver a los neerlandeses desgranar al completo su único disco cuando abrieron a finales de 2022 para VEKTOR, sabía de sobra la calidad de lo que nos iban a ofrecer y, efectivamente, lo volvieron a hacer. Con dos cañones de humo, un juego de luces apropiado para su temática futurista y distópica, un par de pantallas tipo televisión a sendos lados del escenario y aprovechando al máximo la de la parte trasera del mismo, “Decypher” y “Death Technology” fueron las primeras en sonar. Al igual que la otra vez, las canciones de “Bionic Swarm” que interpretaron seguían el mismo orden en el que aparecen en el disco para no romper su temática. Lamentablemente esta vez se quedaron algunas en el tintero.
Laurens Houvast y Frank te Riet volvieron a aprovechar los dos micrófonos para intercambiar sus posiciones en varios momentos y cantar o hacer coros, respectivamente, indistintamente desde el lado derecho o izquierdo del escenario. Sin duda este detalle dotó de dinamismo a su descarga pero, además, aprovechaban la mínima ocasión para acercarse al frontal del escenario y estar muy cerca de las primeras filas mientras seguían cayendo temazos del tipo “Prospect of Immortality”, de mis favoritas de su colosal debut, o la cañera “Trascendence” en la que, de nuevo, Marco Prij me encantó tras la batería.
Ellos tuvieron el mejor sonido de la noche (no fue el de su anterior visita, que fue perfecto, pero sí muy aceptable) y eso, desde luego, les benefició tremendamente a la hora de ir poco a poco conectando con los presentes que, si alguno no les conocía previamente, seguro que tomó buena nota de ellos. Así “Perpetual Motion”, disparada por los altavoces anunciaba sin remisión otro de los mejores temas de su actuación como “Conjuring The Egoist”, para el que Laurens pidió cantar su estribillo a la sala con un resultado dispar, y eso que el texto salía en las pantallas a modo de karaoke.
Su tiempo se agotaba y sacrificaron “Game Of Souls” y “Mindscape” (una pena) para ejecutar el tema que da título a su reciente EP “The Silent Call”, que no desmerece en absoluto por otra parte, cerrando su descarga tal y como lo hace “Bionic Swarm”, es decir, con “Flux Divergence” recibiendo una calurosa ovación a su entrega. Puede parecer exagerado lo que voy a decir pero, para mí, en conjunto fue la mejor actuación de las tres que hubo. A ver si sacan su segundo disco completo y ratifican las buenísimas sensaciones que, actualmente, me transmiten tanto en estudio como en directo.
Los alemanes OBSCURA, cómodos y espectaculares sobre el escenario
A diferencia de CRYPTOPSIS, a OBSCURA hacía mucho tiempo que no les veía sobre un escenario. De hecho, si la memoria no me falla, las dos veces que les había visto anteriormente fue presentando “Cosmogenesis”, por lo que ya ha llovido. Aunque no me haya cuadrado volver a verles en directo, sin embargo, sí que he seguido su carrera y oído todos sus lanzamientos posteriores. Todos ellos se caracterizan por ser, cuanto menos, notables trabajos dentro de un estilo bastante saturado, en cuanto a grupos se refiere, de un tiempo a esta parte. A pesar de todo ellos siguen destacando por encima de la media.
Aunque en Madrid no se agotaron las entradas como en Barcelona, finalmente hubo una buena entrada en Copérnico y el grueso de los asistentes creo que había accedido cuando la banda liderada por Steffen Kummerer salió a escena con las acústicas de “Forsaken”, corte que abre “A Valediction”, grabadas. Eso sí, en seguida el bajista Alex Weber se puso a tocar por encima mientras sus compañeros iban tomando posiciones para interpretar la citada canción.
Los alemanes ya habían liderado su propia gira para presentar su último disco tocando en España por lo que, ejercer de teloneros en esta ocasión, lo único que significaba era tocar menos tiempo y dejarse en el tintero temas ya que, aunque del nombre de esta gira parecía deducirse un cartel compartido con CYNIC, en realidad no fue así y los estadounidenses fueron, por la duración de su concierto, cabeza de cartel.
Pese a todo, creo que OBSCURA aprovechó con solvencia los 56 minutos de que dispuso dando un repaso a su ya dilatada trayectoria de más de veinte años. De hecho todos sus discos en mayor o menor medida, a excepción de su primer trabajo del que no tocaron nada, tuvieron representación en su actuación. Creo que esto confirma la solidez de una discografía donde sus últimos trabajos miran cara a cara sin sonrojarse a obras añejas como “Omnivium” o “Cosmogenesis”, por citar mi favorita.
“Emergent Evolution” nos condujo a su anterior trabajo “Diluvium” que “despacharían” rápidamente con “Mortification of a Vulgar Sun”, siguiente en sonar. Llegados a este punto, desde mi posición en la parte delantera, se podía concluir que el sonido había empeorado en cierto modo respecto al que había tenido su predecesor. Es verdad que no es lo mismo un trío con una guitarra que un cuarteto con dos, pero la batería sonaba muy alta y la voz y las guitarras un poco bajas para mi gusto. Según me dijeron después amigos situados en otras posiciones de la sala, el sonido fue muy similar y, sin duda, deslució en parte, sin arruinarlo, el concierto de OBSCURA.
Steffen, con su característica guitarra Signature (curiosamente ahora una ESP en lugar de su tradicional Ran, pero era idéntica) se mostró muy sonriente en todo momento, nos agradeció estar allí un martes y hasta se animó a pedir un circle pit obteniendo la respuesta algo tímida del respetable, por lo que no se volvió a repetir. Parecía claro que la gente estaba más interesada en ver cómo tocaban estos cuatro virtuosos que en dar vueltas golpeándose unos a otros. Razón nos les falta porque lo cierto es que era un placer verles tocar a todos ellos y no había que perderse detalle sí atacaban, por ejemplo, un tema tan deudor de MORBID ANGEL como “Devoured Usurper” cuyo pesado riif y gutural voz hizo las delicias de los seguidores del Death Metal más clásico. Si los de Tampa sacaran temas así actualmente otro gallo cantaría…
La descarga seguía su curso y era momento de echar la vista atrás y recalar en “Cosmogenesis” de la mano de la instrumental “Orbital Elements”, recibida con entusiasmo al ser presentada por Steffen quien en esos momentos recibió de manos de un seguidor el disco de su grupo, haciéndole esbozar una sonrisa al alemán, y que dejó a sus pies. Con este tema cumplieron dos funciones, primero dar cancha a uno de sus mejores discos y, segundo, descansar un poco la voz sin recurrir a los innecesarios solos instrumentales que aburren infinito.
Tras la presentación de su compañero a las seis, perdón, siete cuerdas, Christian Münzner, que volvió a la banda en 2020 y que lució un guante en su mano izquierda gracias al cual ha podido volver a tocar y “engañar” a su distonía focal, atacaron “Akróasis”, otro de los cortes mejor recibidos por la audiencia y con el que nos adentrábamos sin poder evitarlo a la recta final de un concierto que supo a poco, la verdad. De hecho, visto lo visto, podrían haber tocado uno o, incluso, dos temas más porque al grupo se le veía muy cómodo y a la audiencia bastante metida en su actuación.
La tremenda “The Anticosmic Overload”, en la que eché un poco de menos a los bateristas anteriores sin querer desmerecer la correcta labor esa noche de Gabe Seeber, dio paso a una sensacional “Septuagint”, única representante de “Omnivium”, en la que las voces limpias del vocalista apenas se escuchaban. Sin tiempo para más, y agradeciendo de nuevo nuestra presencia, se despidieron con “When Stars Collide”, otro de los mejores temas de “A Valediction”, dejando claro su confianza en este último trabajo. Por pedir un imposible, ojalá tarde poco en venir de nuevo a España y lo haga con los dioses THULCANDRA de teloneros (me encantaría que fuera al revés pero no estoy tan loco) para que Steffen haga doblete como en EE.UU. De sueños también se vive...
El aniversario de CYNIC
Trabajo frenético en el escenario para quitar la batería de OBSCURA y demás equipo de los teloneros para empezar a colocar y probar las guitarras Kiesel sin clavijero (ahora están más de moda pero verlas en 1993 era más que atípico) y sus controladores de amplificadores digitales de Cynic. De hecho tenían una media hora para hacerlo pero en veinte minutos se apagaron las luces por lo que, con diez minutos de adelanto sobre el horario previsto, se proyectaron en la pantalla trasera de la sala algunos de los adjetivos y frases con los que se ha descrito “Focus” y fotografías de los miembros de CYNIC de la época en la que se gestó, mientras los músicos tomaban posiciones.
Imagino que no había nadie en la sala que no supiera que iban a interpretar este influyente trabajo íntegro pero, por si acaso, mostró en la pantalla la frase “30th Anniversary Refocus/ Remembrance Cynic Madrid” para dejarlo cristalino. Curioso me resultó que pusieran “Refocus”, aludiendo a la remezcla y remasterización que han realizado por esta efeméride del disco. Tras escucharlo creo que no han regrabado ninguna parte por lo que, lo llame Paul Masvidal como lo llame, “Focus” era lo que iban a interpretar.
A diferencia de otras fechas más o menos recientes al otro lado del charco, para esta parte de la gira iban a contar con el líder de OBSCURA para encargarse de las voces guturales que en su día grabó Tony Teegarden. De este modo, con un iPad y en un segundo plano total (encima el humo además impedía verle con claridad), Steffen Kummerer aportó lo que pudo a esta labor. La verdad es que tras ver vídeos de la manga americana me quedó la sensación de que la ausencia de Max Phelps se notó muchísimo a nivel vocal y escénico porque, aun estando seguro de que su sustituto a la guitarra, Mike Gilbert, es un fuera de serie (dudo que Masvidal se rodee de mediocres, obviamente) no me terminó de cuajar.
Tampoco vino a Europa Ezequiel Kaplan que aportó voces y teclados en otros conciertos recientes y, no sé si por este hecho o por el propio sonido del grupo y su técnico, pero las partes vocales de Paul fueron prácticamente inaudibles durante todo el tiempo que duró la interpretación de “Focus”. Un amigo definió el sonido con una frase tan real como lapidaria. Es como si estuviera escuchando las demos instrumentales del disco. Con eso está todo dicho.
Por terminar el repaso a los acompañantes de Paul, la base rítmica compuesta por Matt Lynch y Brandon Giffin, tenía la imposible labor de sustituir a los dos Sean, Reinert y Malone. Evidentemente, y pese a ser grandes músicos en sus respectivos instrumentos, no lo lograron a mi modo de ver. Me pasa a veces con determinados artistas que, aunque claven las partes instrumentales que tocaban los originales no me transmiten, por el motivo que sea, lo que en su día consiguieron estos. Habiendo visto en directo con anterioridad a los dos fallecidos, y teniendo en cuenta todo lo dicho anteriormente, me invadió la sensación de estar presenciando la actuación de un grupo de versiones de CYNIC más que una nueva reencarnación del mismo.
De cualquier manera, un estallido de júbilo se escuchó al sonar los primeros acordes de “Veil Of Maya” a pesar de que de las partes vocales de Masvidal sólo se escuchó las tres palabras del título pues tuvieron el peor sonido de toda la velada. Parece increíble pero así fue. Las partes guturales se oían más y algo mejor pero, en la mezcla, todo sonó muy embarullado. Pensé, mejorará en las siguientes canciones porque peor es complicado. Pues me equivoqué porque ni la tremenda “Celestial Voyage” ni la no menos buena “The Eagle Nature”, con esa parte central alucinante, mejoraron esa sensación. Una pena tanto vocoder para sintetizar la voz del líder y que no se escuchara lo más mínimo.
Tras confirmar que desde mi posición el sonido en “Sentiment” seguía siendo un total despropósito decidí irme para atrás, cerca de la mesa de sonido, para corroborar desesperado que en esa ubicación el asunto no mejoraba en exceso. No quedaba otra que resignarme a ver pasar los temas sin pena ni gloria salvo por algún momento puntual de Steffen o solo de Masvidal que me sacaba del letargo. Efectivamente, lo que parecía imposible, estaba sucediendo. Me estaba empezando a aburrir con los sensacionales temas que componen “Focus”. Y ni “I'm But a Wave to…”, con su inquietante inicio, ni “Uroboric Forms” ni, por supuesto, la instrumental “Textures”, precedida por la primera intervención “chapurreada” medio en español de Paul recordándonos la sangre española de sus abuelos (que son de Viladrau, Girona) y su intención de venirse a vivir a nuestro país, consiguió que me metiera en el concierto.
Sólo restaba escuchar “How Could I”, que siguió por los mismos derroteros, para dar carpetazo a “Focus” y pasar a la segunda parte del repertorio que están haciendo en esta gira la cual consiste en dejar pinceladas del resto de trabajos editados tras volver a reunirse en 2007 y que, contra todo pronóstico, resultaron mucho más convincentes objetivamente que lo escuchado hasta ahora. Ver o, mejor dicho, oír para creer porque para mí están a años luz de las de su primer disco.
Con Paul Masvidal solo en escena, acústica sin clavijero (por descontado) en mano era el turno de “Integral Birth” en formato acústico o, lo que es lo mismo, "Integral", del disco “Re-Traced”. Fue su sentido homenaje a sus compañeros fallecidos cuya imagen presidió el fondo del escenario. Y, como por arte de magia, ahora por fin se escuchó la voz en condiciones. Algunos pensaréis, hombre, si no se oye con una acústica solamente... Y puede que tengan razón, pero no daba un duro por nada visto lo visto.
Ya con el resto de músicos de nuevo en escena, excepto Steffen que estimaron que ya no se requerían sus servicios, retomaron la actuación con el tema que da título a “Kindly Bent To Free Us”. La voz seguía escuchándose mucho mejor que con anterioridad pero es un tema que nunca me dijo nada y tampoco lo hizo esta noche. El problema es mío, seguramente, pero este trabajo me parece muy flojo en líneas generales por lo que no disfruté de su interpretación.
La actuación se tornó mucho más progresiva en este tramo pero claro, sin ningún elemento Death Metal en su música. A mí esta faceta del grupo nunca me terminó de convencer en exceso, supongo que por venir de dónde veníamos, pero está claro que un lapso de quince años da para cambiar mucho la visión de un artista. Y debe ser eso lo que a Paul Masvidal le pasó cuando grabó cortes del tipo “In a Multiverse Where Atoms Sing”, única representante de su último disco hasta la fecha, o “Carbon-Based Anatomy” que hizo lo propio con el EP homónimo de 2011.
Estábamos llegando al final del concierto y, para finiquitarlo, Paul optó por recalar en “Traced in Air”, del cual no habían tocado nada aún, con un par de cortes del mismo. El primero de ellos fue “Adam's Murmur”, bastante bien recibido por una audiencia creo que muy receptiva también en esta segunda parte, mientras que la elegida para cerrar definitivamente su actuación fue “Evolucionary Sleeper”. Esta canción es, posiblemente, la que más me gusta de su “segunda” época por lo que, por un momento, conseguí meterme en la actuación. Lástima que fuera tan tarde y cuando todo se terminaba.
Si estás leyendo esto y disfrutaste del concierto en general y de los estadounidenses en particular, me alegro mucho por ti, porque yo no fui capaz por mucho que lo intenté y tanto sólo CRYPTOPSIS, y en parte OBSCURA, cumplieron con las expectativas que llevaba. No se dieron las circunstancias necesarias para ello y, como he comentado, creo que la versión de CYNIC que presenciamos fue un poco “low cost” por mucho que se esforzara. Me gustaría decir lo contrario pero faltaría a la verdad o, al menos, a mi percepción de lo vivido. Otra vez será.
Promotora: Madness Live!
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