Crónica de DEEP PURPLE en Alma Occident Festival Madrid (13 de junio de 2024)
Suelo empezar las crónicas de los conciertos que cubro con una pequeña introducción sobre los grupos objeto de la misma, algún dato sobre el evento o similar. En este caso la verdad es que no sé qué decir. ¿Qué puedo decir yo, a estas alturas, sobre una banda como DEEP PURPLE? Lo cierto es que nada. Su música, desde hace casi seis décadas, habla por sí sola y los más de cien millones de discos vendidos, también. Simplemente apuntar algo que, desde hace algún tiempo, nos ronda por la cabeza a muchos y que se suele comentar en conversaciones de bar. ¿Qué va a pasar cuando estos “dinosaurios” del Rock desaparezcan? Seguramente nada a nivel global, pero la vida de los que amamos esta música, y hemos crecido con ellos (varias generaciones lo han hecho), será un poco más triste. Por eso, cada nueva oportunidad que nos brinda la vida para verles hay que aprovecharla. Quién sabe si será la última.
Alma Festival de Madrid
Encuadrados en la programación del ecléctico y variado festival Alma Occident, que este año tenía sede también en Madrid y no exclusivamente en Barcelona, los británicos eran el penúltimo grupo de esta primera edición madrileña. El enclave, el auditorio del parque Enrique Tierno Galván, resultó ser perfecto para albergarlo y lo cierto es que me recordó en cierto modo al Jardín Botánico de Alfonso XIII donde se realiza el ciclo de las Noches del Botánico. No es tan “cool” como este, pero las sensaciones con las que me fui del recinto (en el que ya había estado anteriormente en otro evento) fueron bastante similares. Un gran escenario con una pantalla gigante trasera, muy buena visibilidad desde cualquier sitio al estar escalonado y un sonido realmente increíble fueron las claves para disfrutar de los colosales DEEP PURPLE, una vez más.
Los gigantes entran a escena
No había teloneros por lo que hubo que esperar hasta las diez de la noche, así además el gran juego de luces de que dispuso el grupo brilló en todo su esplendor, para ver cómo Ian Paice salía sonriente a escena saludando, seguido por el resto de sus compañeros, acometiendo los primeros compases de la inmortal “Highway Star” mientras el auditorio estallaba en un griterío ensordecedor. Rockeros de toda la vida, pero también chavales jóvenes y hasta niños pequeños con sus padres, nos dimos cita llenando hasta la bandera el recinto (¡cómo me alegro de que tuvieran esa respuesta!) para no perdernos a estos gigantes de la música. No importaba si era la primera vez que los veías o no se contaban ya con los dedos las manos, la emoción era bastante palpable en las caras de todos.
El repertorio de DEEP PURPLE
La gran pregunta que muchos nos hacíamos era qué repertorio nos habían preparado Gillan, Glover, Paice, Airey y McBride. Responderé a la gallega: ¿realmente importa? Soy bastante quisquilloso con ese tema (y con otros, para qué mentir) pero en este caso haré una excepción. Me explico. Si se hiciese una encuesta entre los asistentes seguramente habría casi un repertorio por cada uno de nosotros. ¿Cómo no iba a haberlo con la ingente cantidad de discos editados (23 nada menos), y que siguen editando estos señores? Por supuesto siempre habría alguna fija en la quiniela pero las variaciones podrían ser casi infinitas porque, ¿a quién no le apetece escuchar un tema menos conocido o trillado? ¿O una rareza rebuscada que hace mucho tiempo que no tocan? Eso cuando no eres, como el que suscribe, admirador de sus últimos trabajos editados y deseas que caiga algo de esos discos tan inspirados de este siglo… Ah, sin olvidar que hay un disco en ciernes titulado “=1”, del que han salido a la luz dos adelantos francamente buenos (increíble que “Pictures Of You” no la tocaran), motivo de esta nueva gira “=1 More Time Tour”. Demasiado dónde elegir por lo que mejor dejarnos sorprender... ¡Y vaya si lo hicieron!
De hecho muy poco tardaron en descolocarnos porque tras “Highway Star” se marcaron un “A Bit on the Side” en primicia. Lo curioso es que no fue la única de la velada ya que también tocaron “Bleeding Obvious” en la recta final y, un poco antes, “Portable Door”, esta última había sido el primer adelanto por lo que ya la habíamos podido escuchar con anterioridad. Pero ¿qué podemos decir de las dos que no habían visto la luz del sol y fuimos los primeros en escucharlas en vivo? Pues simplemente que suenan a PURPLE cien por cien. Creo que con eso basta y no hay que decir nada más. No desentonaron lo más mínimo entre otras joyas clásicas que sonaron esa noche y eso ya lo dice todo. Aquí no hay experimentos raros, simplemente la esencia del grupo adaptada a los tiempos y las posibilidades vocales de un Ian Gillan que, aún con todas las carencias propias de la edad (ojo que se acerca a los ochenta años y no es que haya llevado la vida más saludable del mundo), sigue sentando cátedra cada vez que abre la boca. Que siga cantando a mí me parece casi un milagro.
Ya que estoy con el vocalista. Es digno de mención que se atreviera con dos temas no demasiados habituales como “Into the Fire” y, otra de las sorpresas de la noche, “Hard Lovin' Man” con la que arrancaron los bises pero realmente lo que es digno de mención es que siga dando todo lo que puede en cada tema que afrontó. No voy a decir lo que no es tampoco. Va muy justo de voz y tuvo que sentarse al lado de la batería de Paice en varios momentos, llegando incluso a tocar la pandereta desde esa posición. Por supuesto hubo solos de guitarra y teclado bastante largos para darle descanso y, como suele pasar en los grupos de su palo, las canciones fueron alargadas con desarrollos instrumentales respecto a su versión original aprovechando estos momentos para ausentarse del escenario también. Y dicho todo esto, su actuación me pareció soberbia porque cuando alguien da todo lo que tiene, no se le puede pedir más. Su timbre característico sigue ahí, clavándosete en el cerebro, aunque sus agudos imposibles de juventud se hayan vuelto actualmente imposibles de verdad para él. No me importa, sólo verle con su aspecto de inglés en Benidorm ya me alegró la noche y, si me apuráis, hasta la semana.
Músicos históricos
El vocalista, en este tipo de grupos con una trayectoria tan larga suele ser siempre, salvo honrosas excepciones que se cuentan con los dedos de una mano, el “eslabón” más débil de la cadena. ¿Qué pasa con el resto de “eslabones”? Pues pasa que, simplemente, tiraron de galones y demostraron por qué son historia viviente del Rock. Jon Lord, como dice un amigo mío, puede descansar en paz sabiendo que su lugar lo ocupa Don Airey porque su sonido e interpretación, como siempre, fue absolutamente magistral tras su Hammond. De quitarse el sombrero. Por su parte el amigo Roger Glover, sin aspavientos y con tranquilidad, mantuvo su habitual solidez al bajo. Y es que el tándem que forma con Ian Paice es una de las bases rítmicas más consistentes de la historia. Volvieron a demostrarlo.
Los dos miembros restantes merecen un párrafo aparte. El recién llegado Simon McBride asumió con una pasmosa facilidad la titánica tarea de calzarse las botas de Ritchie Blackmore y de Steve Morse. Ahí es nada la presión. Sin embargo, le vi tocar con un desparpajo que me dejó asombrado. Es un superclase tocando, de eso nadie tiene dudas y ahí está su currículo para atestiguarlo, pero es que además de respetar las partes de sus predecesores fue capaz de hacer suyas las canciones en las partes improvisadas dándoles su propio sello. Increíble fichaje el de DEEP PURPLE al hacerse con sus servicios. Como decía aquel viejo anuncio, joven pero sobradamente preparado. Me ha sorprendido leer críticas hacía él debido a que su estilo es más parecido al de Blackmore que al de Morse. Me vais a perdonar pero si la crítica es tocar al estilo de uno de los mejores guitarristas que ha pasado por este mundo pues apañados vamos. Para gustos, colores pero…
Por último, y no por ello menos importante sino más bien al contrario, tenemos al baterista Ian Paice. Para mí, su persona encarna el espíritu del grupo y el pilar fundamental sobre el que se sostiene toda la estructura en directo del quinteto. No sólo sigue tocando de una forma que me flipa por su aparente sencillez (de sencillo no tiene nada tocar como él toca) y tremendo feeling sino que, junto al teclado de Don Airey, tejió un entramado musical sobre el que se desarrollaba todo lo demás. Es el único que ha permanecido en todas las formaciones del combo a lo largo de su historia y, realmente, creo que el tiempo ha demostrado que es el único verdaderamente imprescindible para que el grupo siga sonando a DEEP PURPLE. Majestuosa su demostración tras los parches.
Los que consideramos que sus discos de este siglo no son en absoluto obras menores, recibimos con alegría que se acordaran de “Now What?!” y de “Whoosh!” a través de una brillante “Uncommon Man” y de una escueta “No Need To Shout”, respectivamente. Puro DEEP PURPLE, sin más, con un Airey estratosférico en ambas. Una pena que no tuviera cabida en su repertorio nada de “Infinite” porque es otra auténtica maravilla y no hubiera desentonado algún tema suyo en el valiente repertorio que se estaban marcando. Y sí, digo “valiente” porque creo que tocar más de un tercio de temas del repertorio de los últimos once años es jugársela mucho. Sin embargo, creo que se han ganado el derecho de hacer lo que les dé absolutamente la gana porque, si alguien como ellos no puede, ¿entonces quién?
Por supuesto todos estos temas fueron estratégicamente intercalados entre otros de discos clásicos como los ya citados, la siempre alargada en directo “Lazy”, una alucinante “Anya” de “The Battle Rages On” o la archiconocida “Space Truckin'”, por lo que el nivel se mantuvo en todo momento. Además, estoy bastante convencido de que la mayor parte de los presentes sabemos qué tipo de conciertos ofrecen los británicos y que el mero hecho de verles tocar ya merece la pena. Además, con el cristalino sonido que tuvieron desde el principio hasta el final de su actuación, la experiencia, que dirían los modernos, se elevó hasta el infinito.
El momento de “Smoke On The Water”
Para retirarse momentáneamente tras 75 minutos casi sin pausa eligieron uno de los temas más famosos y con uno de los riff más reconocibles si vives en el planeta Tierra, ya no del Rock, sino de la historia de la música. Evidentemente me refiero a “Smoke On The Water”. Que es un gran tema es tan indiscutible como que está tan “sobada” que a muchos nos produce cierto rechazo. Sin embargo es obligatorio que suene mientras sigan en pie como grupo en todos y cada uno de los conciertos que les queden por dar, que ojalá sean muchos. Porque, cómo le explicas a tu hijo, que es la primera vez que los ve con toda su ilusión, que no la tocan porque está trillada no, lo siguiente. No se puede, así que volvió a ser como siempre uno de los momentos álgidos del concierto y el de mayor comunión entre público y banda.
No tardaron apenas nada en volver a aparecer en escena para sorprendernos, como decía antes, con la citada “Hard Lovin´Man” y ya rematar la faena con una dupla fija en sus descargas desde hace muchos, muchos años. La primera de ellas fue la versión de Joe South, es decir, “Hush”. Una canción que el quinteto ha hecho tan suya que todos seguimos pensado que es un tema propio. Funciona tan bien en directo con todo el público coreando los “na, na, na, na, na, na, na, na, na, na, oh” que a nadie le importa que una versión ocupara el espacio de las muchas canciones de los británicos que se quedaron, obviamente, para otra ocasión. En ella Simon y Don protagonizaron un duelo alargándola hasta que Gillan volvió a entrar bailoteando para terminarla y recibir la merecida ovación.
Despedida de DEEP PURPLE por todo lo alto
El colofón corrió a cargo de la celebradísima “Black Night”, que todos bordaron y donde guitarrista y teclista volvieron a despacharse a gusto metiendo pequeñas improvisaciones en ella alargándola como de costumbre. No soy muy amigo de este tipo de alargamientos pero lo hicieron con bastante sentido, a excepción de unos momentos en los que se les fue la mano con la psicodelia para mi gusto. En su parte final McBride nos hizo corear lo que iba tocando con su guitarra hasta volver a desembocar en la melodía principal y cerrar el tema y, con él, una actuación de 95 minutos que supo a poco porque podríamos haber estado horas escuchándoles.
Seguro que muchos nos fuimos deseando que hubieran tocado tal o cual canción de la infinidad que se quedaron en el tintero (en mi caso me hubiera encantado escuchar “Perfect Strangers”, qué le vamos a hacer) pero creo que ninguno de los que fuimos al parque Enrique Tierno Galván salimos decepcionados con lo que ofrecieron estos titanes de la música. Más bien diría que salimos agradecidos por haber visto una vez más, quién sabe si será la última, a una leyenda como lo es DEEP PURPLE cuyo hueco, como el que dejaron LED ZEPPELIN y BLACK SABBATH en su momento, será imposible de llenar cuando falten.
Más sobre DEEP PURPLE en su web oficial.
Sigue a HELLPRESS en Whatsapp para más contenidos y noticias de Hard Rock y Heavy Metal.
muy buena crítica, la mejor que he leído del concierto en Madrid donde al terminar algunos miembros del club oficial (Club Adictos a Deep Purple) fuimos a saludar a los músicos al backstage. Como bien dice David Ortego, sonaron de fábula con un atrevido repertorio y acertado fichaje el nuevo guitarrista Simon McBride. Diez mil gargantas coreamos los clásicos y las de la nueva hornada. Long live Purple!!!
Estuve en Bilbao este sábado,y creo que tocaron el mismo repertorio;eché de menos la potencia vocal de Gillan,pero sabemos de sobra que es imposíble- ahí está Joe Lynn para entenderlo así-. Me hubiera gustado escuchar el Perfect Stranglers y algunos otros temas pero optaron por los de la última década,y se entiende que apuesten por el presente más que por el pasado. McBride perfecto…Airey tocó hasta el himno del Athletic…- no soy de ese equipo- y se metieron al público en el bolsillo,pero me preguntaba si no sería la última vez que les vería en directo. Por último,el sonido del Bilbao Arena no está a la altura de la banda. Saludos
Excelente visión del concierto en ese lugar de España y que fué exactamente lo que pasó en el concierto de ayer en Santiago de Chile ayer 17 septiembre 2024. Acá el tecladista también se hechó al bolsillo al publico al interpretar Gracias a la Vida de Violeta Parra al estilo Deep Purple. Se notó la mezcla de canciones iconicas elegidas como las más recientes. También hubo largos de guitarra y teclado para darle descanso a Ian . En fin, muy similar y también los sentimientos de alegría de haber escuchado a una banda legendaria de alto nivel.