DREAM THEATER nos hace viajar 20 años atrás con "Scenes From A Memory"

Crónica del concierto de DREAM THEATER en Barcelona - 29 de enero de 2020 (Sant Jordi Club)

Parece mentira que hayan transcurrido casi veinte largos años desde que DREAM THEATER desembarcara en la barcelonesa sala Zeleste, actualmente Razzmatazz, para presentar su laureado “Metropolis Pt. 2: Scenes From A Memory”, álbum conceptual que se convirtió en la secuela de “Metropolis Pt. 1: The Miracle And The Sleeper”, composición incluida en su magnífico “Images And Words”. Así pues, los reyes del Metal Progresivo volvieron a pisar Barcelona para interpretar íntegramente dicho clásico de nuevo, en una emotiva velada anunciada como “An Evening With DREAM THEATER” en la que personalmente eché mucho de menos a Mike Portnoy, único miembro que faltó para completar la misma formación que grabó aquel mítico álbum.

Temas de “Distance Over Time”

Las luces del Sant Jordi Club se desvanecieron dando entrada a una introducción amenizada por imágenes que mostraban portadas de los discos de DREAM THEATER proyectadas en la pantalla gigante colocada justo detrás de la monumental batería de Mike Mangini. A continuación el grupo arrancó el primer acto del show de la mano de una “Untethered Angel” en la que James LaBrie tuvo alguna que otra salida de tono. Afortunadamente su voz fue calentando a medida que avanzaba el concierto, interpretando sólidamente cortes como la colosal “A Nightmare To Remember”.

DREAM THEATER aprovechó esta primera parte del espectáculo para presentar mayoritariamente piezas de “Distance Over Time”, su último trabajo de estudio, como fue el caso de “Paralyzed”, en la que James bromeó acerca de la agradable temperatura del invierno barcelonés, o una “Barstool Warrior” en la que brilló el solo cristalino de guitarra por parte de John Petrucci. Así pues, “In the Presence of Enemies, Part I”, con una gran ejecución instrumental en el inicio, y “Pale Blue Dot” dieron por concluida la primera parte del show tras aproximadamente una hora centrada en la historia más reciente de la formación estadounidense.

Segundo acto con “Metropolis, Part 2: Scenes From a Memory”

El público barcelonés tuvo que esperar veinte largos minutos que duró el descanso de DREAM THEATER antes de que dieran inicio al segundo acto, el que incluía la interpretación integra de “Metropolis, Part 2: Scenes From a Memory” para conmemorar su vigésimo aniversario. En la pantalla gigante presentaron, como si de una película se tratara, a los personajes que protagonizan la historia del disco conceptual.

Acto seguido, proyectaron imágenes de un reloj que iniciaba la introducción con la mítica cuenta atrás de “Regression”, coreada por gran parte de los asistentes y que dio paso a la espléndida instrumental “Overture 1928” que sirvió de preludio de una “Strange Déjà Vu” que sonó muy compacta y que los seguidores del combo progresivo ovacionaron cálidamente una vez finalizada.

James Labrie y Jordan Rudess se quedaron solos sobre las tablas para interpretar el inicio de una tierna “Through My Words” que empalmaron magistralmente con una “Fatal Tragedy” en la que James sufrió de lo lindo tratando de llegar a los tonos altos que veinte años atrás plasmó en el álbum y en la que Jordan se acercó hasta el mismo borde del escenario enfundado en un keytar que le permitió moverse más allá de los giros que realiza con su teclado habitual.

Grandes momentos

“Beyond This Life” desató a los DREAM THEATER más crudos y desenfrenados, sonando potentes y empalmando dicho tema con el siguiente corte que fue una íntima “Through Her Eyes” que nos dejó imborrables recuerdos con John a la guitarra acústica y James cantando sentado en un taburete en el centro del escenario. Tras una magna ovación, la banda ejecutó una maravillosa “Home” en la que el vocalista pidió ayuda al público para cantar el desesperado estribillo.  En canciones como esta, fue en las que más eche de menos a Mike Portnoy arengando a sus seguidores tras los parches, ya que los tímidos intentos por parte de Jordan no desataron la locura como solía conseguir con sus gestos el batería neoyorquino.

La ejecución instrumental de “The Dance Of Eternity” fue impecable, destacando a un John Myung, por quien parece que el tiempo no pasa, que estuvo inconmensurable al bajo, inamovible en su sitio frente a Jordan pero imprimiendo muchísimo peso escénico con sus movimientos y carreras por el mástil. Dicha canción se fundió juntamente con una nueva ovación con una exquisita “One Last Time” que hizo las delicias de los asistentes.

Se volvieron a quedar solos James y Jordan durante el inicio de una “The Spirit Carries On” a la que poco a poco se fueron uniendo el resto de músicos para terminar desembocando en un gran final de canción que se convirtió en uno de los momentos más sentidos y emocionantes de la velada. Le le siguió una liberadora “Finally Free” que supuso la guinda del segundo acto y en la que Mike dio un auténtico recital aporreando sus monumentales timbales.  Este acto se alargó hasta casi la hora y veinte minutos de duración pero se pasó en un abrir y cerrar de ojos, gracias a todos los sentimientos y recuerdos que la banda consiguió hacer aflorar durante su formidable interpretación.

La formación se retiró para volver al cabo de pocos minutos e interpretar el último tema del repertorio que no fue otro que un sorprendente “At Wit's End”, perteneciente a su nuevo disco de estudio. Personalmente me pareció una mala elección para finalizar un muy buen concierto y más todavía cuando hubiese podido clausurarlo por todo lo alto con alguno de sus grandes clásicos como por ejemplo “Take The Time”, “Lie” o la poderosa “Burning My Soul”, por no pedir la fenomenal a la par que desgastada “Pull Me Under”. De todos modos, de poco nos podemos quejar de una noche en la que DREAM THEATER consiguió hacernos viajar veinte años atrás en el tiempo para conmemorar uno de los trabajos más queridos de la carrera de la banda. ¡Gracias!