Crónica del segundo día de Vagos Metal Fest 2024 (sábado 3 de agosto de 2024)
Después de una jornada de sol y brisa, con posterior frío incluso al atardecer, el sábado 3 de agosto se iba a repetir lo mismo en Vagos Metal Fest 2024. El descanso me hizo perderme a CAPELA MORTUÁRIA, una pena, aunque al menos pude ver a su batería inmediatamente después con otro de sus grupos. ¿El motivo? Unos ajustes en la programación del festival, con la salida del cartel de los suecos LEACH, obligaban a la organización a una rápida respuesta con otra banda.
No se indicaron los motivos del cambio, ni el grupo ha hecho referencia a ello en su Facebook, pero así fue. Los bracarenses MORTO ocuparon su lugar. Metalcore por Death Grind, yo diría que salimos ganando.
MORTO, este muerto está muy vivo...
¿Cuánto ruido pueden meter dos tíos en un grupo? No es un chiste de humor negro, es una pregunta simple... y no es una pregunta que nadie se haga habitualmente. Igualmente, sin habérnosla planteado si quiera, MORTO nos la respondió a golpe de Death Grind clásico. Con una trayectoria cortísima que consta de un EP y una recopilación, el grupo tiene un bagaje de unas doce canciones publicadas hasta el momento.
Así se presentó MORTO, en formato de dúo, que es lo que es, ni más ni menos. No es que fueran en cuadro por efecto de las prisas para llegar al festival deprisa y corriendo a sustituir a LEACH. Jordi Lopes, a la batería, que había tocado justo en la franja de tiempo anterior con los thrashers CAPELA MORTUÁRIA, volvía a subirse al escenario, si es que acaso llegó a bajarse. Con él, Tiago Silva, batería. Cortita y al pie, que diría Luis Aragonés, y tampoco se necesita más para hacer esta música. Y como muestra, “Nuclear Brain”, “Killed By The Riff” y “Void Of Tormentor”, algunas de las elegidas para su actuación: canciones de poco más de un minuto para escupir locura, crítica política o un poquito de gore. Mucha velocidad, pero con momentos para medios tiempos, jugando entre el Grindcore puro y duro y los matices del Death Metal.
Corto y seco, así fue el paso de MORTO, que esperemos esté en futuras ediciones del festival, ya con más bagaje y algo más de tiempo sobre el escenario, ya veremos sin con más integrantes que se sumen al grupo o bien manteniendo esta dupla. Su concierto me recordó que, para el año que viene, repetir dentro de estas sonoridades con BESTA sería un puntazo. Tras su paso en 2023 por Vagos Metal Fest antes de su evolución a un Grind menos primitivo con el lanzamiento de “Terra Em Desapego”.
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CONFESS o cómo huir de tu país para poder hacer Metal
El contexto para la banda de Thrash Groove Metal CONFESS es necesario para entender cómo funciona el mundo, porque su viaje hasta Vagos Metal Fest no ha sido fácil. De Irán, vía Turquía, hasta Noruega, y de ahí ya bajaron a Portugal. Ese fue el trayecto de Nikan Khosravi y Arash Ilkhani, y no fue cuestión de extrañas conexiones de vuelo: ambos huyeron hace años de la persecución ideológica en su país, tras haber estado encarcelados por manifestarse contra el régimen religioso que impera en aquel Irán.
Ahora, como refugiados políticos en tierras nórdicas, pueden viajar por el “mundo libre” y expresarse sin miedo a estar entre barrotes, pero curiosamente no hicieron ni una referencia a este tema sobre el escenario, más allá de las letras de sus canciones. Así, ambos se limitaron a tocar, acompañados de los nuevos miembros del grupo, noruegos todos ellos.
En cuanto a su música, a pesar de presentar cierta ruptura con el Metal más tradicional, su mezcla de distintas influencias hace que emerjan en sus canciones pequeños (pequeñitos, vale...) homenajes a formaciones clásicas del Death Metal. En los momentos más pesados, la comparación con grupos como SIX FEET UNDER o BOLT THROWER (como en “Phoenix Rises” o “Ransom Note”) en cuanto a las guitarras me venía a la mente, pasando eso sí por los innegables momentos más propios de los SEPULTURA post “Chaos A.D.”, como “I´m Your God Now!”.
"Eat What You Kill" fue el último tema de un concierto muy entretenido, superpesado y que enchufó a la gente deseosa del headbanging constante.
Los chicos de CONFESS pudieron así dar gusto a los que disfrutan del groove en cualquiera de sus formas, ya sea con un enfoque más moderno o con la esencia clásica, todo en uno, en una mezcolanza muy bien llevada.
THE OMNIFIC, tres niños reformulando el Metal Progresivo
De nuestras antípodas geográficas, Australia, provenían los tres muchachitos que conformaban THE OMNIFIC. Si MORTO habían demostrado la ruidosa tralla que pueden soltar dos músicos en el escenario, ahora venía el turno de otro extraño ejercicio: dos bajistas y un batería generando un espacio de melodías sin fin, calmadas y para todos los públicos. Todo ello, además, sin voz.
Una delicia instrumental de Metal Melódico Progresivo, técnico y con guiños a la música electrónica, todo ello dentro de una coherencia musical terrible. Sin confundirse con pasajes tediosos que no interesan a nadie, THE OMNIFIC fue capaz de manter la atención de un público boquiabierto ante su calidad. Y es que esa habilidad no era meramente instrumental, si no creativa, con pasajes que brotaban constantemente sin aburrir en ningún momento.
Los fans de RUSH, ANGRA, DREAM THEATER, Satriani o Vai (sí, y eso que este grupo no llevaba una sola guitarra) encontraron en el trío de Melbourne una maravilla total y fresquísima que paladear. Además del show en cuanto al nivel técnico individual, tuvimos un momento para las risas con el baile que se marcó el batería Jerome Lematua en un pasaje sin percusión, y que fue el único con un micrófono disponible para presentar a la banda y los propios temas.
En cambio Matt Fackrell y Toby Peterson-Stewart se mostraron bastante distantes con la audiencia, quizá hiperconcentrados en lo que debían hacer, sin querer fallar ni una sola nota en sus bajos de más de cuatro cuerdas, mientras se movían por el escenario, tocando por encima de las meramente testimoniales pistas de electrónica ambiental que enriquecían su sonido.
A la postre, THE OMNIFIC fue el sorpresón de Vagos Metal Fest 2024, a pesar de lo corto del show, que constó solamente de “The Omnific ≈ Bass”, ”Merlin's ID”, “Objets De Vertu”, “Base Camp” y “Double Malt Ditty”, en poco más de media hora. Si queréis revivir la experiencia, hay un vídeo completo de su actuación en YouTube, y de igual modo lo disfrutarás si es que no estuviste.
INJECTOR nos dejó con ganas de más Thrash futurista fantástico
Los cartagineses siguen de dulce. Si bien no pude verles en el Rock Imperium por coincidir con algún concierto en los escenarios principales, en Vagos Metal Fest tuve el placer de reencontrarme con ellos después de aquel concierto post pandemia presentando “Hunt Of The Rawhead” en Madrid en un doble pase para prensa y público en mayo de 2021.
En tres años, ya ha llovido, se ha secado y ha vuelto a llover... y en INJECTOR ha habido cambios, lógicamente. Para empezar, el batería actual es Juanjo desde septiembre de 2023, que no ha lanzado aún nada con la banda, y un cambio más importante aún: un setlist renovado. Quizá por tener tan poco tiempo se despacharon con más temas antiguos que nuevos, dejando de su último disco solamente “March To Kill” y “Dreadnought Race” como arranque y fin del concierto.
Entre medias tuvimos “Warning”, “UTLOA” y “Enemy Of The Sun”, y claro… eso fue un suspiro. Lo que ha perdido este festival al dejar un único escenario no es baladí. Al menos, fue tiempo bien aprovechado: el grupo jugó todas sus cartas y dejó sus señas de identidad concentrando su fiereza en tan pocas canciones.
De nuevo vimos como Mafy se dejaba la piel en un correcalles con su bajo a cuestas, y a Dani desgañitarse como una bestia. Thrash Metal de primer orden el de INJECTOR, que está a las puertas de lanzar su cuarto disco, y aún a la espera de la reedición por Clifford Steel de los dos primeros discos en vinilo, aunque a estas alturas no sé si han desechado la idea.
Intuyo que la próxima vez que me tope con ellos sobre un escenario ya será con un nuevo álbum bajo el brazo, espero que repitiendo ilustrador para la portada, con las mismas historias de ciencia ficción distópicas y un enfoque similar musicalmente hablando. Hasta entonces, me conformaré con ese mínimo pero enérgico chute de Thrash Metal que nos brindaron en la pradera de la Quinta Do Ega.
SAOR, la elegancia del Black Metal en Vagos Metal Fest 2024
Los escoceses SAOR habían despertado gran expectación a tenor de la cantidad de público que se congregó para escuchar su Folk Black Metal. Desgraciadamente para ellos, el sonido no estuvo acorde a la altura de su propuesta ni de las ansias de verles descargar.
Aún así, su actuación estuvo entre lo más interesante del festival luso. Recrearon, a pesar de no tener total finura, su atmósfera paisajística: el fresco verde de su naturaleza, las sombras en los valles y las nieblas en las cumbres. Eso es lo que sugiere la música de SAOR, lo que se transmite en directo, y para ello un factor determinante son las voces femeninas interpretadas por Elisabeth Zlotos, así como sus instrumentos de viento como flautas y gaita.
Elemento determinante y esencial en su música, sí, pero no como reclamo central del grupo, al menos en cuanto a la puesta en escena. Y es que Zlotos se pasó todo el concierto en una tarima en la parte de atrás con sus instrumentos, dejando todo el protagonismo a la sección eléctrica: las guitarras de Nicolas Bise y Martin Rennie y, por encima de ellos, la voz y bajo de Andy Marshall, líder del grupo.
Entre todos impulsaron la emotividad de esas largas composiciones, atmosféricas, hasta nosotros. Momento de trance, como digo tantas veces, y eso a pesar de las imperfecciones por la falta de claridad que les ofreció en su caso el escenario de Vagos Metal Fest.
En definitiva, fue patente que SAOR ha crecido mucho, hasta se han permitido hacer recientemente conciertos especiales décimo aniversario de su segundo trabajo “Aura”, así que esperemos que esa atención que van acaparando se traduzca en más apariciones en directo en festivales de aquí y de allá, y podamos verlos con cierta asiduidad en las salas de España.
MAO MORTA, la institución del Rock portugués
Si el año pasado tuvimos el grupo de Punk Rock más relevante de Portugal, TARA PERDIDA, este año tocaba otra nota discordante respecto a la tónica general de Vagos Metal Fest 2024.
Experimentación, estructuras extrañas y sonido de Rock clásico para todos los públicos, todo mezclado a la vez, es una mezcla difícil de sacar adelante con éxito. Pues eso es MAO MORTA, toda una institución en el país vecino. El grupo sobrevive aparentemente a contracorriente de todo desde 1984, gracias en parte a la personalidad de su vocalista Adolfo Luxúria Canibal.
Este señor, con todas las letras, es un tipo con aires de cantautor al que parece que le importa cualquier convención artística, hablando en plata, una mierda. Su voz arrastrada y la cadencia lenta constante conducen a toda la banda, y ellos al público, hacia el mismo camino.
Haciendo lo que quiere, lo que le gusta, se muestra como un alma libre en el escenario y en sus canciones. Así se expresa él y sus compañeros en canciones como “Pássaros A Esvoaçar”, “Em Directo (Para a teelvisão)” o “Budapeste (Sempre A Rock & Rollar)” que empezaron el concierto con aire de Rock intimista. Esta parte más suave terminó con “E Se Depois”, “Velocidade Escaldante” y “É Um Jogo” para posteriormente avanzar hacia una fase bastante más dura al final de su concierto, al punto de que parecía un grupo totalmente diferente al que había saltado a las tablas.
Camaleónicos, tocaron con una soltura total, como si la cosa no fuera con ellos. No será Vagos Metal Fest su público más afín, pero el respeto y admiración hacia ellos se percibió durante todo su show. Viendo el gusto de la organización por este tipo de apuestas por grandes nombres, a la vez un tanto independientes, de la escena del Rock portugués, habrá que ver por dónde van los tiros en la edición de 2025.
SAMAEL, o cómo no digerir dos carreras musicales divergentes de una sentada
Si recientemente en el Hellfest francés había tenido una reconciliación con SATYRICON, que por fin parece haber cuadrado el círculo integrando bien su etapa puramente Black Metal con la más rockera, el caso de SAMAEL sigue siendo singular y de muy complicada digestión.
Y es que el salto entre sus primeros discos de básico Black Metal de la primera ola al sonido de Metal Industrial es como saltar un abismo sin fondo, demasiado grande de cerrar. Lo es para las mentes más cerradas, como la mía, seguro… pero no soy el único. Es tan difícil conjugar sonoridades tan distintas, no ya en una única carrera artística bajo la misma entidad, si no en un show en directo, que no creo que sea una simple cuestión de mi mente cerril.
Quizá SAMAEL debería enfocarlo al modo de dos conciertos en uno, reservando una mitad para su tocar fielmente su etapa “Whorship Him” hasta “Ceremony Of Opposites” y otra con todo el repertorio arriesgado posterior a 1994, incluso afrontando cada parte con dos estéticas y escenarios distintos. De hecho, podría ser impresionante ver bien plasmada esta idea, pero actualmente te plantas a ver su concierto y te pillan a pie cambiado por aquí y por allá, cuando de pronto se lanzan a por un tema del pasado remezclado en una ensalada de sintetizadores.
No en vano, para intentar unir estos dos mundos tan dispares (o simplemente porque lo consideran su mejor álbum) la mayor parte del peso de su concierto se centra en canciones de “Passage”, seguido curiosamente por temas de “Ceremony Of Opposites” (“Son Of Earth” o “Baphomet´s Throne”, además de la homónima) y ya salpicado de otros cuantos de su época electrónica e industrial, cerrando con un celebradísimo “Black Supremacy”.
Al menos, aunque no sea fácil asimilar lo que proponen los suizos, hay una evidente gran puesta en escena. Este es un grupo expertísimo y con los huevos pelados en cuanto a dar un espectáculo en vivo, de acuerdo, pero que no acaba de conectar y reconciliarse con su pasado de una manera creíble. Su fuerte es evidente para cualquier persona (lo sería hasta para los totalmente ajenos al Metal) y es ese dominio del escenario por todos los miembros de SAMAEL. Es algo que se ve especialmente representado en sus líderes, Xy y Vorph, como anfitriones de una rave perturbadora, rompedora y blasfema.
Xy, desde el fondo, lleva todo el ritmo de la actuación, cambiando de la percusión a los sintetizadores sin dificultad alguna y venido arriba cual DJ. Vorph, en primera línea del escenario, impone mucho por sus poses y gesticulación, dejando también algunos momentos bailongos ante la audiencia. Drop y Ales contribuyen también, aportando no solo su talento musical, si no actitud, aunque ya en un segundo plano.
En definitiva, supongo que aún se puede disfrutar sin su Black Metal primigenio y pastoso, pero a algunos nos cuesta horrores. Un concierto genial el de SAMAEL para los que han gozado de su línea rompedora desde hace ya tantos años, pero a la vez sin capacidad alguna para enganchar a los rancios como yo que, desgraciadamente, seguimos anclados en el pasado.
EPICA se ganó de antemano al público de Vagos Metal Fest
El concierto de EPICA empezó ya desde la mañana del sábado, al menos para los fotógrafos, que sufrimos la temprana colocación de sus efectos especiales. Sus peanas de pirotecnia estaban dentro del foso, restándonos al menos un metro y medio de espacio, dificultando nuestra estancia. Así, el aproximarnos para obtener las mejores fotos posibles no ya de los neerlandeses, si no de todos los demás grupos que actuaron ese día, se tornó en una misión imposible por motivos de seguridad.
No contentos con condicionar el trabajo durante las otras diez actuaciones del día (ahí es nada) fuimos desalojados cuando empezaron a utilizar sus fuegos, creo que durante ya el tercer tema. Quizá el personal de EPICA debería tomar nota de los técnicos de escenario de KANONENFIEBER sobre cómo se realiza un trabajo seguro y sin mermar el trabajo de los fotógrafos ni, lo más importante, de cualquier empleado que necesite estar en el foso. Desde luego, si la seguridad depende de una mera cinta plástica de “no pasar” y poner mala cara a la hora de echarnos de allí, es que se tiene poca conciencia real de seguridad laboral, compensada, eso sí, con cierta prepotencia que no ayuda en nada.
Ahora, imaginad que pasa algo y el personal de seguridad del festival necesita utilizar todo el espacio del foso… mal gestionado no ya desde el egoista punto de vista de un fotógrafo, si no de la operativa del personal de seguridad de Vagos Metal Fest y el propio público. Si el escenario no te permite poner la pirotecnia de otra manera que no sea esa, quizá sea mejor ahorrársela. Afortunadamente, no hubo que lamentarse.
En cuanto a su actuación, EPICA contó con un sonido claro y pomposo, punto fuerte de su show, junto con la parafernalia escenográfica que les acompaña: pies de micrófono personalizados, un teclado giratorio sin cableado, tarimas, la letra E en mitad del escenario por delante de su telón… todo medido para obtener un impacto visual que empuje sus canciones a otro nivel.
Además de Simone Simmons, que impresiona por su voz y, todo hay que decirlo, atractivo y encanto personal, en la banda destaca la actitud desde segunda línea de Coen Janssen. No es que pueda moverse demasiado desde su teclado, y además tampoco lo hace demasiado cuando sale de ese punto con otro teclado curvo que lleva a espaldas, pero su constante gesticulación y, en algún momento, sus frases dirigiéndose al público con su micrófono, le hacen ser una parte importante en EPICA.
El siguiente personaje destacable en este aspecto es el guitarrista Isaac Delahaye, un tipo que externaliza la felicidad de poder vivir su sueño como músico de éxito. En su cara ya reinaba una sonrisa desde el inicio con “Abyss of Time - Countdown To Singularity”, que abrió su concierto igual que lo hacía con el último álbum de la banda “Omega”. De aquí también escogieron “The Skeleton Key” y “Code Of Life”, pero la banda se retrotrajo mucho más atrás en el tiempo, interpretando un tema incluso de sus tiempos como SAHARA DUST, aunque es una de las habituales de sus conciertos y se puede considerar más que sobradamente material de EPICA.
Lo que más disfruté, sin duda, fueron esas partes donde la música de los neerlandeses se envuelve con un toque de sonidos de Medio Oriente, dotando a las canciones de otra dimensión. Pero si algo llama también la atención de un show como el de EPICA, es su perfección individual y colectiva. Más allá de sus problemas con el sistema inalámbrico de su micrófono, que no paró de colocarse discretamente llevándose las manos a su cintura durante casi todo el concierto, Simone Simmons estuvo impoluta técnicamente, y además mostrándose como una persona sencilla: nos dejó claro su gusto por la comida de Portugal y la amistad de la banda con sus compatriotas GOD DETHRONED, que venían justo después para limpiar el polvo a las manillas del reloj.
“Victims Of Contingency” o “Storm The Sorrow” fueron otras de las más celebradas por la audiencia, complacida por la grandeza del espectáculo. Tras acabar con una memorable y coreable “Unchain Utopia”, la banda se retiró para tomar aliento y acabar con los bises “Cry For The Moon” (que Coen presentó como material post AFTER FOREVER), "Beyond The Matrix” y “Consign To Oblivion”, broche final a una noche inolvidable para muchos.
Después de cerrar el círculo de WITHIN TEMPTATION, NIGHTWISH y EPICA, seguramente los tres más grandes a nivel mundial del Metal Sinfónico con mujer al frente, visto lo visto en Vagos Metal Fest creo que estos últimos son los que mejor directo tienen. Se podrá discutir sobre el nivel de los discos, sobre las cualidades vocales de todas las voces que han pasado aquí y allá, sobre el alcance que han tenido sus canciones más famosas… pero valorando todo ello en su conjunto y viendo cómo se comportan en vivo, me tengo que quedar con estos últimos.
GOD DETHRONED: cetro, corona y trono en Vagos Metal Fest
Desde el segundo escalón del Death Metal neerlandés, a la sombra de mitos como GOREFEST, ASPHYX o PESTILENCE, hay otros nombres de una rica escena, especialmente teniendo en cuenta el tamaño del país, entre los que destaca GOD DETHRONED no solo por sus toques diferenciales de Black Metal, si no por su calidad intrínseca. Teniendo en mi poder una parte importante de su discografía y habiendo presenciado varios conciertos suyos a lo largo de la década de los 2000 puedo decir que esta gente jugaba y juega en otra división.
Tras su despedida con el soberbio colofón de Summer Breeze 2011 (uno de sus supuestos últimos y emotivos conciertos) unos años después regresaron para dejarlo donde había parado todo. Desde esa segunda llegada, que fue en 2014, creo que no había tenido la ocasión de repetir la experiencia de ver a Henri Sattler y su banda en vivo. Una vez vinieron con los madrileños GLOOM como teloneros, pero el destino me puso una reunión de trabajo en Barcelona, así que diez años han pasado desde entonces sin nada que llevarme a la boca de GOD DETHRONED en directo.
Al menos sí compré en este intervalo de sequía dos discos continuistas y bastante buenos como fueron “The World The World Ablaze” (que cerraba el tríptico de discos bélicos sobre la Primera Guerra Mundial) e “Illuminati” en 2017 y 2020 respectivamente. Ahora, con el anuncio de “The Judas Paradox”, la formación se muestra hambrienta de volver a la carretera con material fresco. Tanto es así que modificaron el set previsto para Vagos Metal Fest, donde ya había temas de este inminente próximo álbum. Introdujeron, además de la programada “Asmodeus”, la canción “The Rat Kingdom”, que habían interpretado creo que solamente una vez con anterioridad.
Al margen de estas novedades en forma de canciones aún inéditas (salvo en las plataformas digitales) todo sigue igual en el grupo: total intensidad en la ejecución, sin dejar de clavar lo más perfectamente posible himnos como “Sigma Enigma”, “Villa Vampiria” o “Nihilism”. Eran y siguen siendo canciones tan destructivas como, a su manera, pegadizas, y ese sigue siendo el sello de identidad de GOD DETHRONED.
No dejaron tampoco ocasión de tocar un par de temas de su más reciente obra, y es que la pandemia les frenó lo que habría sido un momento triunfal para el grupo con más posibilidades de tocar en vivo: “Illuminati” que abrió el show y “Spirit Of Beelzebub”. Para los acérrimos a la etapa previa al “efecto 2000”, solamente nos soltaron “Serpent King” y “Boiling Blood”, pero tampoco creo que ni los fans de este periodo se hubieran quejado demasiado ante la tromba sin final que ofrecieron los neerlandeses.
Que manera de interpretar los temas, de montar las melodías sobre los blast beats… y de levantar polvo. Esos pogos fueron terribles, una neblina tóxica… puro “Poison Fog”, otro de sus “clásicos modernos” interpretados en la madrugada de Vagos. Siempre habrá ganas de pedir tal o cual canción, dada una carrera tan larga: “Loyal To The Crown Of God Dethroned”, “On The Wrong Side Of The Wire”… la lista de temas emblemáticos para pedirles en vivo sería interminable.
Este grupo lo ha tenido todo para triunfar, pero lamentablemente su posición no ha ido mucho más allá que ser un grupo de culto (y no es poco, vaya) al menos en España y Portugal, que es el país que nos ocupa. Con la actitud mostrada por los otros músicos embarcados en GOD DETHRONED, especialmente con un bajista hipermotivado como Jeroen Pomper (capaz de cargar sobre su espalda mucho peso del show en cuanto a movimientos en el escenario) la cosa debería funcionar con abundante contrataciones. Al fin y al cabo, el público portugués acabó extasiado y agradecido ante la entrega total de los cuatro bestias.
Si el concierto de GOD DETHRONED en Vagos Metal Fest tenía que servir como una nueva carta de presentación para los promotores de Portugal y España, la de esta noche era una carta firmada con sangre. Qué pasada de concierto el suyo, claramente lo mejor de esta segunda jornada y de lo más emocionante de todo el festival.
¡Ahora y siempre, leal a la corona del Dios Destronado!
Más información sobre el festival Vagos Metal Fest en su web oficial.
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