Crónica del concierto de GUN y THE GEMS en la sala Changó de Madrid (23 de octubre de 2024)
Los escoceses GUN son unos asiduos a nuestro país y, a la mínima oportunidad, siempre les tenemos por aquí presentando sus nuevos trabajos. Su idilio con España se remonta a sus inicios cuando, tras presentar esa maravilla llamada “Taking On The World” en la sala Jácara, volvieron meses después abriendo, nada más y nada menos, que para los ROLLING STONES. Esta vez se han superado ya que ni seis meses han tardado en volver a venir con la gira correspondiente a la edición de “Hombres”, otra vez, en el caso de Madrid.
Es cierto que la razón de este nuevo periplo se debe a que prometieron volver para resarcir a su público vallisoletano tras cancelar el último de sus numerosos conciertos en España por indisposición de su joven guitarrista Ruaraidh MacFarlane y claro, aprovechando esta situación, programaron una nueva fecha también en la capital ya que estaban. Tenía dudas de su poder de convocatoria al ver que el concierto se celebraría en la sala But (o La Paqui o como se llame ahora), no porque el público madrileño no sea fiel a los hermanos Gizzi y compañía, que lo es, sino por lo reciente de su última visita.
Efectivamente, días antes de su actuación como me temía, y sucede con bastante frecuencia últimamente, la promotora cambió de sala para trasladarla a Changó, recinto con menor capacidad y, por qué no decirlo, con peores prestaciones. Sobre todo cuando se acerca a su máximo aforo. Esto se aprecia bastante a partir de la mesa de sonido ya que, desde ahí, todo se escucha bastante más bajo y ligeramente peor. Ignoro si se colgó en esta ocasión el cartel de “no hay billetes” (muy pocos boletos había disponibles en puerta) al igual que en mayo en Shoko pero, finalmente, este cambio propició que, de nuevo, el ambiente fuera inmejorable cuando los de Glasgow salieron a escena. Pero no nos apresuremos.
THE GEMS
Antes de ellos tocaba presenciar el debut en nuestro país de THE GEMS, la banda formada por tres ex THUNDERMOTHER tras la expulsión de Guernica Mancini de las filas del combo sueco. Salida que “arrastró” con ella a la guitarrista Mona Lindgren y la baterista Emlee Johansson. ¿Y qué pintaban realmente abriendo este concierto? En mi opinión, entre poco y nada porque dudo bastante que el seguidor medio de GUN supiera siquiera de su existencia. Mis amigos que fueron al concierto, fanáticos todo ellos de los escoceses, ni su nombre habían oído. Seguro que no eran los únicos.
Sin embargo, en una jugada que ya hemos visto con anterioridad, al ser la promotora de ambas giras la misma y ante la coincidencia de las fechas decidió meter a THE GEMS en el concierto de GUN como teloneras. En mi caso, en cierto modo, salí ganando con esta decisión porque tenía bastantes ganas de ver a los dos grupos y no poseo el don de la ubicuidad pero, tal vez, los que querían ver a las suecas en su propia gira en Madrid (en otros lugares sí han seguido siendo cabezas de cartel) y no son seguidores de GUN no opinen igual. Y digo esto porque, evidentemente, su repertorio se vio mermado ligeramente, al disponer de menos tiempo, además de que la entrada era sensiblemente más cara.
Con cinco minutos de retraso, y una sala a un tercio o menos de su capacidad, el interludio “Aurora” sirvió para que el trío, convertido en cuarteto en directo puesto que del bajo se encargó Mia Karlsson (vieja conocida si te gustan, como a mí, CRUCIFIED BARBARA), tomara posiciones en el escenario ataviadas con el atuendo que lucen en sus fotos promocionales para dar buena cuenta de “Phoenix”, su disco debut. Con buen sonido y luces desde el inicio, “Queens”, con ligera metedura de pata incluida de Guernica al liarse con la letra de la parte recitada, fue el primero de los cortes que sonaron del mismo en una actuación en el que lo tocaron íntegro. No tienen más material así que tampoco fue una sorpresa.
Las vi muy enchufadas ya desde los primeros compases mientras enlazaban casi sin pausa “Send Me To The Wolves”, “Domino”, que es de mis favoritas del disco pese a que la vocalista no sacó a relucir el cencerro que sí ha sacado en otros lugares para acompañar, o la guitarrera “Silver Tongue”. Al hilo de esto, Mona la verdad es que se lució en todo momento, tanto a las seis cuerdas como a los coros muy bien secundada por Mia que, en este último apartado, lo hizo incluso mejor aún. Todo ello mientras cumplía con su labor al bajo de manera bastante discreta al ser consciente de que el protagonismo debía correr a cargo de sus compañeras. Hay que saber cuál es tu papel y ella lo entendió a la perfección.
Lo más positivo de que THE GEMS ejercieran de teloneras fue que supieron centrarse en lo verdaderamente trascendente al tener un tiempo limitado para tocar. De este modo, sabiamente en mi opinión, obviaron canciones que no pertenecían a su disco si exceptuamos la concesión que hicieron a su ex banda en forma de una celebrada por los seguidores del grupo de Filippa Nässil, que más de uno había en la sala, “Driving In Style”. Lo que me chocó fue que Guernica nos animara a no ser tímidos durante la misma, como si tuviéramos que tener miedo de disfrutarla o cantarla, aludiendo a que a ellas también les encanta tocarla. Quedó un poco raro, la verdad.
Ahondando un poco más en esto la vocalista, a pesar de estar visiblemente resfriada (llegó incluso a pedirnos un pañuelo antes de afrontar “Kiss It Goodbye”), cumplió con solvencia con su labor a la voz pero creo que se excedió al soltar tantas puyitas a su exjefa. No hace falta ser el más listo de la clase para darse cuenta al escuchar “Phoenix” a quién van dedicadas algunas de sus canciones. Por ello, me pareció totalmente innecesario aprovechar cualquier ocasión para “rajar”, más o menos claramente, de Filippa y la situación vivida. Dio la sensación de que no ha superado su expulsión de THUNDERMOTHER, aunque diga en entrevistas que es un orgullo haber sido expulsada, y que alberga mucho resentimiento todavía, a pesar de haber formado su nuevo proyecto.
“Undiscovered Paths”, con inicio y final grabados, la fantástica balada “Ease Your Pain” en la que Guernica, que nos pidió encender la linterna de los móviles, demostró su enorme voz y para la que Mona cambió de guitarra (quedándose con ella hasta el final de la actuación), “Running”, o la coreada “P.S.Y.C.H.O” (¿a quién se referirán?) sirvieron para continuar desgranando un disco que, personalmente y aunque no sea la panacea del género, me parece francamente disfrutable.
Afortunadamente, también omitieron los tediosos e innecesarios solos instrumentales de guitarra y batería (un aplauso desde aquí para ellas por no hacerlos) por lo que terminaron de presentar “Phoenix” a ritmo de la cañera “Force Of Nature”, “molinillos” de Guernica y Mona incluidos en su inicio, bajando las revoluciones con el medio tiempo “Fruits Of My Labor” y, sin tiempo para más, tras la citada versión de THUNDERMOTHER cerraron su descarga con “Like a Phoenix”. Así se quedaron por el camino “Watch Out”, otro tema de su exbanda, y el manido “Highway To Hell” que aparecía en la hoja del repertorio como extra para alegría del que suscribe.
Fueron en total unos cincuenta minutos lo que estuvieron sobre las tablas en los que THE GEMS demostraron su buen hacer, defendiendo con solvencia su primer trabajo dejándome buenas sensaciones. El tiempo dirá qué les depara el futuro y si tienen continuidad manteniendo el nivel compositivo de su primera entrega. Creo que aún es pronto para eso. Hay que darlas margen para que se desarrollen y, por qué no, disfruten de lo que están obteniendo en este inicio de carrera. En mi opinión hay calidad suficiente para que nos sigan dando alegrías.
GUN
Durante la descarga de las suecas la sala se había ido poblando poco a poco hasta mostrar un gran aspecto cuando, puntualmente, los escoceses aparecieron en escena siendo ovacionados por la entregada audiencia. Esto disipó cualquier duda sobre la fidelidad y lo sólida que es la base de sus seguidores en la capital. De hecho varios de mis amigos estuvieron en mayo y repitieron de nuevo pero, a buen seguro, no fueron los únicos. También me percaté de que había algunos “guiris” a mí alrededor que no quisieron dejar pasar la oportunidad de rememorar viejos tiempos (todos ellos tenían ya una edad) cantando con fervor varias de las canciones que marcaron, posiblemente, su juventud.
La intro “Delilah” sirvió para que fuéramos calentando nuestras gargantas porque, desde luego, fueron requeridas por la banda en numerosos momentos. Ya con todos los miembros del grupo sobre las tablas, el bajo de Andy Carr anunció que “Lucky Guy” volvería a ser la elegida para iniciar un concierto que contó con muy pocas variaciones respecto a lo que ofrecieron cinco meses atrás. Entiendo que sigue siendo la gira de presentación de “Hombres” pero, si no me equivoco, el único cambio en el repertorio fue que “Long Road” de “Gallus” reemplazó a “Seems Like I´m Losing You” de “Swagger”. Lo demás fue clavadito.
La emoción siguió contenida durante “Here´s Where I Am”, única referencia a su penúltimo “Favourite Pleasures” que, personalmente, sigue sin convencerme ni en estudio ni en directo. Y eso que el tema gana bastantes enteros en el segundo escenario. Pero claro, es escuchar la guitarra inicial de “Don´t Say It´s Over” y no hay manera humana de contener ni la emoción, ni los saltos, ni poder evitar corear su adictivo estribillo que por primera, pero no por última vez, el bueno de Dante nos instó a cantar mientras sonreía complacido. No es algo nuevo para él pero volví a verle incluso abrumado por la entusiasta respuesta del público madrileño.
Que “Hombres” es su mejor trabajo desde su época dorada para mí está fuera de toda duda. Además, ¿quién soy yo para llevar la contraria al mismísimo Steve Harris? Eso sí, discrepo con él en que sea el mejor disco de GUN desde “Gallus” porque a mí me gusta más “Swagger” pero bueno, peccata minuta. Temas como “All Fire Up”, “Take Me Back Home” o la increíble “Falling” son la prueba del nueve de que están viviendo una segunda juventud compositiva ya que cualquiera de ellos puede mirar de tú a tú a cualquiera de sus clásicos sin sonrojarse. Y eso dice mucho de un grupo que tiene auténticos himnos atemporales. De hecho, fueron las que mejor funcionaron en directo de los temas de nueva factura que interpretaron. Diría incluso que con bastante diferencia ya que ni “Lucky Guy” ni “Boys Don´t Cry”, sin estar mal, obtuvieron la misma repercusión que las citadas.
Cualquiera que haya asistido a un concierto de los de Glasgow sabe perfectamente que dos de los puntos fuertes indiscutibles del quinteto son su simpatía y su conexión con el respetable. Los hermanos Gizzi, Dante y 'Jools', mantienen en directo una sonrisa perenne que se contagia al foso como la pólvora y son la parte visible, y reconocible, del pasado glorioso del grupo. Evidentemente está claro para todos que, pese a su gran mejoría como frontman desde que le vi hace doce años, Dante no posee el carisma (tampoco la misma voz obviamente) que tenía Mark Rankin y que aportaba esa “garra” a sus temas.
Sin embargo, la perseverancia de ambos por mantener a GUN con vida editando discos desde su reunión en 2008, algunos mejores y otros no tan inspirados, es digna de elogio. Además, han sabido rodearse de gente joven como Andy Carr y Ruaraidh MacFarlane (gran fichaje este último que vivió con pasión cada solo que ejecutó) que aportan energías renovadas al grupo además de unos grandes coros. Lo que me pregunto es qué ha pasado con el veterano Paul McManus porque el baterista esa noche no era él. Ignoró el nombre del sustituto pero cumplió con su labor sobradamente y, todos ellos, cuajaron una gran actuación mostrando un elevado grado de compenetración.
Dicho todo esto tampoco hay que hacerse trampas al solitario porque me atrevería a decir que el 95% (y tal vez me quede corto) de los presentes éramos personas que les escuchábamos en los noventa. La media de edad era acorde a este hecho con lo que tampoco podemos decir que GUN haya conseguido enganchar a nuevas generaciones ampliando su base de seguidores con el tiempo. Su público es muy fiel, es verdad, pero se circunscribe a gente que los lleva escuchando muchos años y que recuerda con nostalgia una época de sus vidas cuya banda sonora contenía, casi con certeza, temas de los escoceses como “Welcome to the Real World”, “Money (Everybody Loves Her)”, “Better Days” o “Inside Out”. Todas ellas fueron alargadas en mayor o menor medida pero, ¿quién no quiere alargar un bonito recuerdo del pasado?
La reacción coreándolas y las caras de felicidad eran el fruto no sólo de estar escuchando una gran canción, que también, sino de recordar vivencias marcadas indeleblemente por ellas. Aunque estoy seguro que les aburre un poco como músicos seguir ensayándolas tantos años después para los conciertos, ver a toda una sala extasiada coreándolas a grito pelado supongo que les merece la pena con creces ya que a ellos también les vi disfrutar apelando a esa poderosa nostalgia. Es fundamental disfrutar sobre el escenario para contagiar esa sensación al público. Ellos lo hacen, y mucho.
¿Y qué decir de “Word Up!”? Puede que Cameo te resultara un hortera en los ochenta (y eso que la canción mola un montón ya en su formato original) pero no se entiende un concierto de GUN sin que suene ese cover y, como siempre, fue uno de los momentos álgidos del mismo con la sala agitando los brazos de lado a lado a petición de Dante. Es otro de esos casos (no demasiado frecuentes) en los que el grupo ha hecho tan suya la versión, que podría pasar por una canción propia. No hay más preguntas, señoría.
Desgraciadamente había llegado el tiempo de que nos “robaran nuestro fuego” o, lo que es lo mismo, que sonara “Steal Your Fire” (por supuesto también alargada para deleite del personal) y dieran por concluida la parte regular de su descarga tras 75 minutos a la espera de los bises. No tardaron demasiado en volver al escenario los hermanos Gizzi para marcarse un “Taking On The World” en formato acústico. Es verdad que el tema se presta a ello pero palidece ante su versión de estudio con todos los instrumentos. De cualquier forma es tan enorme este tema que, independientemente de cómo quieran tocarlo, debe ser fijo siempre en sus conciertos. Además, lo mismo que pienso que hay temas clásicos donde Dante sufre mucho para sacarlos adelante (o directamente tira de “karaoke”), este lo bordó.
Llegábamos, ahora sí, al final de su descarga. Una descarga que iba a terminar como suele hacerlo casi siempre GUN, es decir, con “Shame On You” si hablamos de temas propios. Y digo esto porque, de un tiempo a esta parte, les ha dado por cerrar con el “Fight For Your Right” de los BEASTIE BOYS no sé muy bien por qué motivo. Mira que me gusta la canción pero para oírsela a los americanos (ya un poco difícil me temo) o si me pongo el “License To Ill” en mi casa, no para que la usen ellos para terminar cuando podían haber tocado cualquier otra de sus tres primeros discos, especialmente, de “Swagger” que fue el que menor representación tuvo.
De cualquier forma, el anecdótico final no empañó la gran velada de 95 minutos ofrecida por los escoceses en la que su presente más reciente volvió a darse la mano con su, para muchos, imborrable pasado. Sé que nunca va a suceder, aunque torres más altas han caído y casi es mejor no decir la palabra “nunca” por si acaso, pero siempre me he preguntado qué le pasaría a la popularidad del grupo si Mark Rankin volviera al puesto que nunca debió dejar... Mientras tanto, mi aplauso y reconocimiento a Dante y Giuliano por mantener la llama viva de una banda que tan buenos recuerdos me trae.
Promotora: Madness Live
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