Conciertos de HAGGARD y DRACONIAN - 4 de noviembre de 2018, Madrid (sala Cool Stage)
Como se dice vulgarmente, qué noche la de aquel día. Y es que el pasado 4 de noviembre, en la sala Cool Stage, pudimos asistir a una velada de contrastes. Por un lado, el frío de la calle. Por otro, el calor envolvente de dos bandas cuya música, pese a ser oscura, caldeó los corazones y el cuerpo de unas 300 personas que estaban allí para verlas. Y sí, me estoy refiriendo a HAGGARD y DRACONIAN que, recién llegados desde Barcelona, donde dieron lo mejor de sí en el Damask Metal Fest, no desmerecieron en Madrid. Ofrecieron dos señores conciertos que, salvo algunas cosillas técnicas, hicieron disfrutar a los asistentes de lo lindo.
Como única nota "negativa", hemos de resaltar la tardanza en la apertura del recinto. Estando prevista a las 19:15 horas, abrieron a las 20:30. Eso si, digo "negativa" entre comillas, porque Ana y Diego de Damask salieron en varias ocasiones a informarnos del retraso, a pedirnos disculpas, y a prometernos que los grupos harían los shows completos, como así fue. Y estas cosas, cuando se está esperando para entrar a un concierto, se agradecen, y mucho.
DRACONIAN
Quince minutos tras la apertura de puertas, la banda sueca de Doom Metal DRACONIAN, hizo su aparición en escena. Y por fin, he de decirlo, pude quitarme esa espinita que tenía clavada con ella. Regresaba a España tras unos años sin venir, y era la primera vez que acudía a un concierto suyo, siendo parte importante de mi adolescencia gótica.
Historias aparte, la banda ofreció un concierto de una hora de duración, estructurado en nueve temas oscuros, densos, lentos, que provocaron que la audiencia se dejara llevar por el halo de misterio y decadencia que desprende la banda. La única pega que se puede poner a su actuación es que no contaron con todo el buen sonido que esperaban, mayormente porque la voz limpia de Heike Langhams apenas era audible en algunos temas. Eso sí, el nivel de interpretación y sentimiento que emplean tanto ella como Anders Jacobsson es inigualable.
El concierto comenzó con "Stellar Tombs", uno de esos temas en los que la voz de Langhams era meramente testimonial, como hemos referido. A continuación, y tras un breve saludo, las luces rojas inundaron el escenario para dar paso a "Heavy Lies The Crown", interpretada a la perfección. Con "The Last Hour Of Ancient Sunlight" las luces se aclararon tornándose violetas, aunque no por ello lo hizo el ambiente que desprendía la formación.
Seguidamente, Heike Langhams presentó "Morphine Cloud" como su canción favorita, a la que siguió "The Wretched Tide", precedida por un saludo de Anders Jacobsson, al que parecía sorprenderle que el concierto se celebrara en domingo y que hubiera unas 300 personas viéndoles, pues agradeció la asistencia del respetable en varias ocasiones. Todo ello, vaso de vino frente al altavoz, que fue rellenando progresivamente hasta que, en un momento determinado, sacó directamente la botella entera. A esta anécdota hay que unir los problemas que tuvo a la hora de colocarse el micro a su altura, que resultaron más patentes en este tema, sin que por ello dejara de interpretarlo en ningún momento.
El siguiente, "Bloodflower", deslució ligeramente por los problemas con el volumen de la voz de Heike, a la que se le comía el sonido de la guitarra. Esto, por desgracia, se mantuvo ya prácticamente hasta el final. A continuación el ambiente comenzó a llenarse de humo para ofrecernos la que es la canción favorita de Heike del último disco "Sovran", "Pale Tortured Blue", y se empezó a disipar en los dos últimos cortes ofrecidos por los suecos, "A Scenery Of Love" (aquí fue donde Jacobsson se trajo su botella de vino), y "Disherarten".
La sensación global fue, por lo que se pudo oír entre la audiencia, muy satisfactoria. Y cierto es que salvo estos fallos de sonido que hemos comentado, DRACONIAN ofreció un concierto redondo, lleno de sentimiento, decadencia y oscuridad, como solo ellos saben hacer. Esperemos que no tarde tanto en volver a nuestro país.
HAGGARD
Segunda vez que pasaba HAGGARD por Madrid en poco tiempo (os recordamos la crónica del Madrid Is The Dark 2017), y segunda vez que tenemos ocasión de asistir al espectáculo que ofrece. Porque, sí, es cierto que lleva desde 2008 sin sacar un larga duración, pero sabe explotar la fórmula como nadie, dando conciertos perfectamente engrasados y con muy buen sonido, con la dificultad que supone llevar a tantas personas, colocarlas en escena, y que todos los instrumentos combinen a la perfección.
Pues bien, si la actuación que ofrecieron en el Madrid Is The Dark fue impresionante, la del domingo pasado no desmereció en absoluto. Incluso me atrevería a decir que, en cómputo global, fue mejor. Y es que Asis Nasseri fue más directo, no alargó el discurso de manera innecesaria, dejó el protagonismo debido a sus músicos y demostró cómo HAGGARD es una maquinaria perfecta. Quizá hacia el final del concierto comenzó a alargar algo más el discurso, pero a esas alturas se le perdonaba todo.
El sonido además acompañó a la banda durante toda la velada, aunque es cierto que antes del tercer tema, y hacia el final del set, se oyeron unos inesperados y desafortunados acoples de teléfono móvil, que desconocemos de dónde podían venir, puesto que los músicos no habían salido con él a escena (Asis les preguntó expresamente) y en la sala la cobertura es prácticamente nula como para poder establecer contacto con el exterior.
Independientemente de eso, los alemanes levantaron a la sala, que coreaba los temas y alzaba su brazo de manera ferviente, en una comunión perfecta con la banda, que comenzó su show con una versión acústica (solo guitarra y flauta) de "A Midnight Gathering", para, sin descanso, continuar con "Of A Might Divine" y "Prophecy Fulfilled / And The Dark Night Entered".
El cuarto tema fue la preciosa y perfectamente ejecutada "Tales Of Ithiria", que empezó con la anécdota de que a Catalina, a la flauta, se le habían volado las partituras y no podía empezar, provocando la sonrisa simpática entre los asistentes, y el sonrojo de ella.
Siguieron tirando de temazos como "In a Fullmoon Procession", "Herr Manneling" (donde Claudio Quarta, a la guitarra, bajó a pasearse entre el público mientras tocaba, lo que revolucionó a la gente), "Heavenly Damnation", "The Final Victory", "The Observer" (homenaje a Galileo Galilei, como el propio Asis Nasseri refirió), "Eppur Si Muove" (coreada por el respetable), "Upon Fallen Autumn Leaves", "In A Pale Moon Shadow" (donde nos habló de su lanzamiento en 1997), "Seven From Afar" y, finalmente, y antes del bis de rigor, el temazo que es "Per Aspera Ad Astra".
Como colofón, además de presentar a la banda, en la que hay que destacar la voz de la soprano Janika (inconmensurable), llegó la hora de "Awaking The Centuries". Sin palabras. No podía haber terminado de mejor manera.
HAGGARD es una apuesta segura en directo. Sus músicos, agradables, simpáticos (Asis estuvo bromeando durante el concierto, para arengar a la gente, diciendo que la audiencia de Bucarest era la más ruidosa), agradecidos, y, sobre todo, profesionales. No se les puede poner ni un pero. Esperemos que, más pronto que tarde, vuelvan a lanzar nuevo material al mercado, incluyendo nueva gira por tierras patrias.
Promotora: Damask Events