Crónica y fotos de la actuación de HAREM SCAREM y CASSIDY PARIS en la sala Mon de Madrid (24 de abril de 2025)
Como siempre le he oído decir a un buen amigo: “si son canadienses, son buenos”. Puede parecer una exageración (en cierto modo está claro que lo es, porque grupos malos los hay en todos lados) pero hay “algo” en los grupos de ese país que, en muchos casos, validan esa afirmación independientemente del estilo musical que practiquen. HAREM SCAREM podría ser un ejemplo de ello pues llevan desde su fundación en 1987 ofreciendo en sus discos unos estándares de calidad muy dignos. Por supuesto, sus dos primeras obras están a un nivel estratosférico, pero del resto de trabajos siempre he podido sacar
cortes muy disfrutables pese a que no todos ellos estén bajo el mismo paraguas estilístico. En palabras del propio vocalista, Harry Hess, siempre han llegado “tarde” y las decisiones que tomaron como banda, sobre todo en sus primeros años, les han penalizado terriblemente (lo de cambiarse el nombre para editar dos discos es algo digno de estudio) a nivel de popularidad. Al menos les queda el consuelo de haber hecho lo que les ha apetecido cuando les ha apetecido. Algo es algo.
El arranque de su gira europea para presentar “Chasing Euphoria”, su decimosexto disco de estudio, era el motivo de su única fecha en nuestro país siendo Madrid la ciudad elegida. Curiosamente, aunque ya habían salido algunos temas como adelanto, el disco en cuestión vería la luz al día siguiente del concierto madrileño por lo que la duda sobre la cancha que le darían se respiraba en el ambiente. Muchos apostábamos porque no tocarían más que lo que habían hecho en su patria unos días antes, pero a saber. Finalmente fue calcado, pero a uno siempre le queda la duda, sobre todo cuando últimamente los grupos quitan, sistemáticamente, canciones de sus repertorios cuando tocan en nuestro país. Afortunadamente no fue el caso aunque, en realidad, tampoco tocaron lo que a priori parecía previsto por su repertorio a pie de escenario.
Cassidy Paris

Con una temperatura, por fin, realmente agradable la temprana apertura de puertas (que no el inicio del concierto) y que se tratase de un día laborable, hizo que la sala se fuese poblando poco a poco mientras se acercaba la hora en la que la cuasi desconocida Cassidy Paris saltaría al escenario. La artista australiana fue fichada por Frontiers para la edición de su debut “New Sensation” y podríamos encuadrarla dentro de esa nueva oleada de artistas, tipo Chez Kane (aunque para mí la galesa está a años luz musicalmente), que reivindican y se han visto influenciadas por las mujeres pioneras en el Rock, aunque no solamente por ellas debido a su edad, que a todos nos vienen a la cabeza.
Con el logo del grupo proyectado en la pantalla trasera del escenario de la sala Mon, todavía a medio llenar, puntuales aparecieron los músicos que acompañan en esta aventura a Cassidy para, tras la intro de rigor, arrancar su actuación con “Undecided”, un tema que supongo que pertenecerá a su segundo disco pero que sigue los derroteros en líneas generales, de los de su debut. Salieron, sin duda, derrochando energía y tratando de ganarse a la audiencia con la vocalista australiana sin parar de moverse de un lado al otro del escenario siendo el centro de todas las miradas.
Aunque buscaron su cuota de protagonismo tomando el centro del escenario en momentos puntuales o haciendo coros cuando era menester, tanto el guitarrista Tom Rogowski como el bajista Stevie Janevski son conscientes de su papel y, además, en el caso de Stevie, vimos cómo se volcó con fervor en apoyar a Cassidy ya que he leído que es su padre. Por su parte, el baterista Alex Rogowski (imagino que hermano del guitarrista) fue el que más me convenció a nivel instrumental, tanto visual como técnicamente, esa noche ya que el resto me parecieron bastante normalitos. Pero claro, tampoco es que los temas requieran de músicos virtuosos para su interpretación…
En cuanto al repertorio, lógicamente, la mayor parte del mismo corrió a cargo de las canciones de “New Sensation” como “Midnight Desire”, primera que sonó del disco debut, la balada “Here I Am”, que quedó bastante deslucida en directo porque siendo el piano el instrumento protagonista lo llevaban grabado, o “Like I Never Loved You”, para la que la australiana se colgó una guitarra acompañando a Tom en esos menesteres. En disco el grupo no me dijo demasiado cuando lo escuché y, aunque hay veces que en directo las canciones ganan, para mí no fue el caso y me siguieron resultando igual de sosas y faltas de gancho.
Como frontwoman Cassidy me pareció mucho más voluntariosa, buscando constantemente la interacción con el respetable y sus músicos, y no fueron pocas las veces también en las que se dirigió a nosotros entre tema y tema, que carismática. Se nota que lleva ya algunos años dando conciertos porque, aunque no es de lo mejor que he visto en esa faceta, sin duda las he visto peores. Vestida de animal print no dudó en arrodillarse para cantar a la primera fila, subirse a la tarima de Alex o bailar sensualmente en algún momento mientras iba constantemente de lado a lado del escenario. Además, fuera verdad o no, se mostró encantada de estar en las antípodas tocando para nosotros pese a que nula fue la respuesta del público ante su pregunta de quién tenía su debut. Tampoco hay que pasarse, Cassidy, porque tengo la impresión de que en nuestro país muchas referencias tuyas no tenemos aún.
También aprovechó la ocasión para interpretar algunos temas nuevos que formarán parte de su próximo disco. Así pudimos escuchar una moderna “Nothing Left To Lose” y su nuevo sencillo “Butterfly” que, casualmente, había salido el día anterior, ya en la recta final del concierto. Creo no equivocarme demasiado si afirmo que, si desapercibidos pasaron los temas de “New Sensation”, más lo hicieron los nuevos cortes presentados ya que en ellos los componentes más clásicos de su música están muy diluidos dejando paso a la parte más actual o moderna. Y claro, la mayor parte del público de HAREM SCAREM ya peina canas o luce calvas por lo que dudo mucho que estos sonidos sean de cabecera para ellos.
Buena muestra de ello fue que el tema que más respuesta cosechó por parte del público fue “I Hate Myself For Loving You” de la gran Joan Jett. Evidentemente es un tema que suena hasta en Rock FM por lo que le sirvió a Cassidy para lograr el doble objetivo que creo que pretendía al tocarla. Confirmar la influencia en ella de las mujeres pioneras a las que aludía antes y conectar con nosotros, la audiencia. El estribillo fue coreado con cierto entusiasmo, pero claro, calzarse las botas de Joan no es tarea sencilla y la australiana no tiene la garra, ni de lejos, que la americana. Aun con todo, fue disfrutable.
Los casi tres cuartos de hora de su actuación se rellenaron con otro par de canciones de “New Sensation”. La primera fue “Danger”, uno de sus temas más “famosos” con la vocalista también a la guitarra, mientras que el punto y final corrió a cargo de “Walking On Fire”, posiblemente una de sus mejores composiciones, tras la que se despidieron sonrientes agradeciendo al público su acogida y a Harem Scarem por haberles llevado de teloneros. Personalmente ya digo que, pese a sus esfuerzos por agradar, no me gustó el concierto, no por su actitud, sino por las canciones en sí, que considero muy flojas. De todas maneras tiene que haber de todo en la viña del señor y, tal vez, a alguno de los chavales que había delante de mí les llegaran sus canciones más que a mí que, seguramente, no sea su público objetivo por edad.
HAREM SCAREM: entre clásicos y cortes inesperados
Prácticamente se cruzaron en el escenario los miembros de Cassidy Paris y los de HAREM SCAREM ya que apenas habían pasado unos minutos desde la finalización del concierto de los primeros cuando los segundos se colgaron sus instrumentos haciéndonos creer que iban a hacer una especie de prueba de sonido. Pero no, nada más lejos de la realidad, porque lo que estaban haciendo era prepararse para iniciar su actuación. Mira que he ido a conciertos, pero creo que era la primera vez que veía algo similar. Lo malo es que si hay algo peor que el hecho de que un concierto empiece tarde es, sin duda, que lo haga más pronto. Y los canadienses empezaron casi 15 minutos antes del horario anunciado con “Better The Devil You Know”, el primero de los tres cortes nuevos que interpretaron esa noche.
La última vez que vi al grupo en esta sala, cómo pasa el tiempo porque fue hace casi doce años ya, el sonido y el estado vocal de Hess hicieron que no saliera del concierto con las mejores impresiones, y eso que era el aniversario de esa maravilla titulada “Mood Swings”. En esta ocasión el sonido fue mucho mejor, aunque ni de lejos perfecto porque hubo algunos acoples y saturación del bajo de Mike Vassos, y el estado vocal de Harry Hess también mantuvo el nivel con bastante solvencia. Sólo por estos dos factores mis sensaciones ya fueron superiores aunque hubo otros aspectos que cambiaron respecto a lo vivido hace más de una década, como es obvio.
Lo que no cambió, porque nunca lo hace, es el peso que sus dos primeras obras tuvieron en el repertorio del cuarteto. Nosotros, los seguidores, sabemos que son, de largo, sus mejores trabajos y ellos, el grupo, también. De hecho, la mitad de las canciones interpretadas recayeron en el debut homónimo y “Mood Swings” por lo que dudo que ningún veterano seguidor, la inmensa mayoría de los presentes por otro lado, saliera defraudado en ese sentido. Luego, en lo que a la ejecución se refiere, pues algunas les quedaron mejor que otras aunque ya digo que las defendieron con corrección.
La primera reminiscencia de su época más gloriosa vino en forma de una “Hard To Love” que desató la euforia entre la audiencia, como también sucedió con “Stranger Than Love” y “Distant Memory”, ambas entre mis favoritas de los canadienses y que nos supieron a todos a gloria. Previamente, Hess presentó a Darren Smith como el encargado de cantar otro tema nuevo. La canción en cuestión fue “Gotta Keep Your Head Up” y me hizo torcer un poco el gesto, no porque me pareciera mala sino porque corroboró, en mi opinión, el cierto declive que vi en el baterista del grupo. Vocalmente la defendió bastante bien, si obviamos que leyó la letra del Ipad que tenía delante (supongo que fue el motivo por el cual era la primera vez que le veía con gafas), pero siempre me pareció un baterista explosivo en directo y esa noche le vi lento y hasta diría que torpón tras la baquetas. Realmente le vi muy alejado de la mejor versión que he visto de él otras ocasiones y espero que no sea por algún problema de salud.
El que mantuvo la misma clase y calidad a la que nos tiene acostumbrados desde siempre fue Pete Lasperance. Con un aspecto que me recordó al de Sean Connery en la película de La Roca cuando le sacan de prisión (pelo largo blanco y barba a juego) que le hacía parecer más mayor de lo que realmente es, nos deleitó con su elegancia a las seis cuerdas durante todo el concierto. Por supuesto no faltó su momento de protagonismo con la escueta instrumental “Mandy” pero también lo tuvo vocalmente, y no me refiero a los coros que hizo, sino a que tocaron “Boy Without a Clue” que es una canción suya y no de HAREM SCAREM. La verdad es que fue el momento más bajo del concierto (más incluso que los nuevos temas que ejecutaron) y no acabo de entender cómo, con semejante y extensa discografía, la metieron en el repertorio.
Del mismo modo también me pareció sorprendente que se acordaran de su compatriota Bryan Adams para tocar una versión del “Summer Of '69”. Entiendo que fue el momento de lucimiento vocal de Mike Vassos, pero la verdad es que me dejó atónito lo floja que les quedó. Las guitarras sonaron en otros tonos, supongo que a propósito porque está claro que si Pete hubiera querido habrían sonado totalmente fieles a la original, y en conjunto pareció una versión de una banda amateur y no de una con casi cuatro décadas de historia. Me encanta Bryan Adams y el público respondió cantando la letra, pero de nuevo me hice la misma pregunta que con el tema de Pete en solitario, ¿no tenéis algún otro tema propio que tocar?
La cercanía de HAREM SCAREM
Pese a que creo que el combo canadiense es, por derecho propio, ya una banda clásica, siempre me gustó lo cercanos y humildes que se les ve a sus miembros alejados totalmente de cualquier atisbo de ego. Hess, alternando momentos con la guitarra y otros sólo al micrófono, mantuvo una sonrisa casi perpetua y dio mucho protagonismo a sus compañeros durante la actuación. Hasta invitó a compartir escenario a Cassidy durante el tema “The Death In Me”, que personalmente me parece una enorme canción, dejándola campar a sus anchas mientras la miraba casi con aire paternal. Se tomó con sentido del humor su equivocación cuando no recordó que tras “Mandy” tocaba “Sinking Ship” diciendo con sorna que él acababa también de naufragar mientras se reía junto a sus compañeros. Este tipo de gestos le hacen todavía más grande de lo que creo que es.
Realmente, fuera de lo que son sus dos primeros discos, dejaron pinceladas de los trabajos grabados tras su reunión en 2013 obviando todo lo demás. Así recordaron “Thirteen” con “Garden of Eden”, recalaron en “Change the World” con la citada “The Death in Me” y cerraron la representación de “United” y “Chasing Euphoria” con “Here Today Gone Tomorrow” y la que le da título respectivamente. Creo que deberían darles más representación a algunos de ellos porque son notables discos pero, claro, eso significaría sacrificar otras de sus comienzos y creo que ninguno firmaría esa opción. No obstante, repartieron a la mitad la representación de esas dos etapas con lo que creo que el balance estuvo muy equilibrado entre pasado lejano y pasado cercano y presente.
Si tuviera que nombrar el que, en mi opinión, fue el mejor momento de su actuación me quedaría con “Honestly”. La razón, más allá de que sea una fantástica balada (aunque llevara los teclados grabados como siempre pasa en todas y cada una de las canciones que los tienen) fue que Harry la defendió con nota y no hubo atisbo de los coros enlatados que sí tuvieron lugar en otras canciones y, además, fuimos participes a petición del vocalista coreando el estribillo pero sin abusar. Porque tan cierto es que Mike, Pete y Darren apoyaron vocalmente a Hess durante toda la actuación como que hubo voces dobladas claramente apreciables en los coros de “Stranger Than Love”, la imprescindible “If There Was a Time” y también, menos notorios pero existentes, en “Slowly Sleeping Away”. Es algo habitual en ellos pero creo que cantando todos de manera muy solvente, no pasaría nada si no los llevaran, mejorando la sensación de directo. Sé que es un brindis al sol pero ahí lo dejo.
Por supuesto también fue de la partida la segunda y última canción con el baterista a la voz principal reafirmando mi opinión de que algo le tiene que pasar porque creo que es la vez que menos garra le ha puesto a “Sentimental Blvd.” al cantarla de cuantas he presenciado (esta era la quinta si no me falla la memoria). Daba la sensación de que no era capaz de cantar y tocar la batería a la vez cuando es algo que hacía con una soltura natural. Estuvo muy arropado por el resto de compañeros (y me temo que por alguna que otra voz “disparada” también) que hizo que la salvaran pero no sé, me saltaron de nuevo las alarmas.
Fieles a su máxima de no llegar a los noventa minutos de actuación (salvo que toquen en su mayor mercado, Japón, claro), aunque creo que es la vez que más cerca han estado, la citada “Chasing Euphoria” les mandó unos breves instantes a camerinos mientras coreábamos los “oe, oe” de turno que tanto gustan a los grupos extranjeros. Teóricamente los bises iban a constar de dos canciones pero “Change Comes Around”, inexplicablemente, se quedó para mejor ocasión por lo que la esencial y celebradísima “Justice” (por supuesto la frase inicial también enlatada) sirvió de colofón a una descarga que, en líneas generales, me gustó más que las últimas pero que, como en veces pretéritas, me dejó la sensación de que mejorando algunos pequeños aspectos y alargando la duración un poco más, subiría mi percepción hasta el notable alto. De todas formas siempre es un placer reencontrarme con los canadienses, a los que con la “tontería”, hacía una década que no veía en vivo. Son historia del Hard Rock melódico y sigue siendo cita obligada para mí cualquiera de sus visitas.
Promotora: Madness Live!
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