Crónica de los conciertos de KAMELOT, BLACKBRIAR, AD INFINITUM y FROZEN CROWN en Madrid (23 de octubre de 2024, sala La Riviera)
Seis largos años han pasado desde la última visita de KAMELOT a la capital del reino. Había muchas ganas de ver a la banda de Power Metal Progresivo por estos lares, y lo cierto es que dieron un concierto más que aceptable, con muchas luces y alguna que otra sombra. Pero antes de meternos en harina, hablemos de los invitados, pues vinieron muy bien acompañados por otras tres bandas.
FROZEN CROWN calienta el ambiente con su sincera propuesta musical
Un miércoles laborable a las 18:30 de la tarde no suele ser un buen indicativo para una entrada masiva a un concierto en Madrid. Sin embargo, las ganas de un buen número de fans de hacerse con un sitio entre las primeras filas para ver a KAMELOT hicieron que la banda italiana FROZEN CROWN tuviese una audiencia mayor de lo esperable, aunque poco numerosa. Tampoco contó con un sonido óptimo, pero lo que se le tiene que reconocer es que lo que ofreció al público fue una experiencia cruda y directa, pues fue la única banda del cartel que no contó con pregrabados ni demás atajos instrumentales tan de moda hoy en día.
La banda liderada por Giada Etro asaltó el escenario con ganas y descargó su Power Metal durante media hora sin ningún tipo de concesión. Fue una lástima que el micro estuviera muy bajo y que la guitarra de Alessia Lanzone fuera casi imperceptible. Pese a esto, el sexteto milanés se entregó con pasión desde que comenzaron los primeros acordes de “Neverending”.
No tardó en hacer entrar en calor a la peña que se iba amontonando con cuentagotas, con cortes como “Call Of The North”, “Kings” o la pegadiza “Steel And Cold”, donde se nota la influencia en sus composiciones de bandas como PRIMAL FEAR o IRON MAIDEN.
FROZEN CROWN terminó su show con la muy coreada “I Am The Tyrant” de su primer álbum "The Fallen King”. Sin duda es su mejor tema, por lo que hace bien reservándolo para el desenlace de sus actuaciones. Fue en estos minutos finales donde se pudo apreciar de verdad el juego que da tener tres guitarristas. A buen seguro que dejó con ganas de más a mucha gente.
AD INFINITUM reivindica su directo ante una entregada audiencia
La banda de Metal Sinfónico Alternativo AD INFINITUM fue la segunda actuación de la noche, al contrario que en Bilbao donde tocó justo antes de KAMELOT. La gira de la banda norteamericana tiene la particularidad de que sus tres bandas teloneras tienen a mujeres como vocalistas. De hecho, Melissa Bonny vocalista del conjunto suizo hace doblete pues es la cantante elegida por la banda de Thomas Youngblood para sus directos.
Tuvimos ocasión de ver a AD INFINITUM en directo en la edición de 2023 del Leyendas del Rock. Pues bien, en tan solo un año, tengo la sensación de que la banda ha crecido muchísimo en sus directos, mostrándose más contundente y efectiva.
Con un potente juego de luces frontales como único acompañamiento escénico, el conjunto ofreció un show más que eficiente en el que sonaron diez cortes, de los cuales siete fueron extraídos de “Abyss”, su último disco publicado este mismo año. La única pega que se le puede poner a la actuación de AD INFINITUM es que muchos de sus temas son excesivamente parecidos. Pese a esto, convenció y gustó a la audiencia.
Con su sonido deudor de bandas como ALTER BRIDGE o EVANESCENCE, AD INFINITUM fueron perfectamente conducidos por Melissa, que demostró todo su poderío como cantante tanto en las voces limpias como en las más guturales. Supo sacar todo el provecho de la plataforma central, en la que se subía cada vez que podía para sentir el calor del público.
Desde la inicial “Follow Me Down”, la banda gozó de un sonido mucho más limpio que el de su predecesora. En su set se dieron temas como “Aftermath” (donde brilló el guitarrista Adrian Thessenvitz), la celebrada “Upside Down” o “Anthem For The Broken”, single de su mencionado último disco donde se apreciaron especialmente las líneas de teclado pregrabadas.
No me gustó que la clausura de su concierto viniera acompañada del habitual peloteo a sus compañeros de gira (justo antes de terminar con “My Halo”) o las chorradas típicas de decir que en tal o cual ciudad la gente gritaba más. Que sí, que la mayoría del público disfrutará con estas cosas pero uno ya está lo suficientemente curtido para que con un “gracias por venir” o la presentación de los miembros de la banda sea más que suficiente.
Más allá de esta reflexión creo que estamos ante una de las bandas jóvenes con más proyección. Veremos hasta donde llega.
BLACKBRIAR se convierte en la sorpresa de la noche
Pasadas las ocho de la tarde llegó el momento de disfrutar con BLACKBRIAR, banda neerlandesa de Metal Alternativo que dejó boquiabiertas a las cerca de mil almas que ya se encontraban reunidas en la Riviera.
Con un escenario iluminado con luces tenues, la vocalista Zora Cok se colocó en el centro tapada con un velo negro del que se desprendió a medida que el teclado de Ruben Wijga iba presentando los primeros compases de “Mortal Remains”. Como si de un perfecto engranaje de relojería se tratase, los diferentes miembros de BLACKBRIAR fueron haciendo acto de presencia hasta que su sonido terminó por explotar.
Ya desprovista de su velo y con un nuevo micro decorado con rosas, Zora lideró a sus compañeros en un concierto que fue de menor a mayor intensidad a medida que las canciones se iban sucediendo. En “Crimson Faces” fue el bajista Siebe Sol Sijpkens quien no paró quieto saltando y lanzando patadas al aire al son de la música de sus compañeros.
En esta gira, BLACKBRIAR centró su set en su reciente trabajo “A Dark Euphony”, del que sonó “Spirit Of Forgetfulness”. Una de las mejores piezas de toda la noche fue “I’d Rather Burn”, donde Zora Cock interpretó buena parte del tema acompañada tan solo por el teclado. Ruben Wijga fue también el protagonista principal de “Selkie” con ese solo final de su instrumento que otorgó un momento de calma para la siguiente descarga compuesta por canciones como “Cicada” o la final “Until Eternity”.
KAMELOT sobresale con su actitud pero suspende en la elección de los temas
A las 21:30 de la noche llegó el momento de disfrutar el cabeza de cartel. Todo apuntaba a que sería una gran noche a tenor de la producción que llevaba la banda. Nunca antes había visto un escenario tan decorado con todo tipo de adornos, telones y efectos de luz y humo. Sin duda estamos ante un conjunto que, pese a su veteranía, todavía no ha tocado techo.
Por desgracia, el set no estuvo a la altura de las circunstancias. No por el número de temas (quince más dos solos), sino por la elección de los mismos. Esto ya es cuestión de cada uno, claro está. Pero personalmente me faltó una mayor presencia de clásicos en el repertorio.
Ante una sonada ovación, la banda hizo acto de presencia al ritmo de “Veil Of Elysium”, donde ya pudimos ver también a Melissa Bonny. El sonido durante los 90 minutos de actuación de KAMELOT fue francamente bueno, con los instrumentos siendo perfectamente distinguibles, así como los diferentes efectos lanzados desde la mesa de mezclas.
KAMELOT fue descargando sus canciones una tras otra, como la potente “Rule The World”, que empalmó con “Opus Of The Night (Ghost Requiem)” y que contó nuevamente con Melissa, que iba entrando y saliendo según se requiriese de su presencia. De los diferentes miembros de la banda, cabría destacar como es natural al cantante Tommy Karevik. El sueco ha sabido llenar el hueco del recordado Roy Khan gracias a su talento, pegada y carisma mostrándose simpático y cercano a sus sufridos fans. De hecho, cuando pidió a estos que saltasen, si es que podían, antes del inicio de “Insomnia”, logró que el grueso de los asistentes se pusieran a brincar como si les fuera la vida en ello.
El primer gran clásico de la noche fue “When The Lights Are Down”, que fue recibida como es de esperarse y donde brillaron Thomas Youngblood a la guitarra y Oliver Palotai a los teclados. La fiesta no decayó en ningún momento, pues KAMELOT fue escupiendo sus temas sin descanso: “Vespertine (My Crimson Bride)” o “New Babylon”, que contó con una atmósfera gótica, coros operísticos y dos figurantes para dar ambientación. Lo dicho, nunca había visto a la banda con una producción de este calibre. En este aspecto, desde luego que fue un bolo espectacular.
Uno de los momentos más destacables fue cuando Tommy Karevik nos invitó a viajar a todos al pasado al ritmo de “Karma”, tema cuyo estribillo sonó de manera estruendosa en la Riviera. Con la intención de relajar algo el ritmo, y dar un poco de respaldo a sus compañeros, llegó el momento de disfrutar de la preciosa balada “Willow”, que el frontman de KAMELOT interpretaría con sentimiento bajo un ambiente teatral teñido de luces rojas.
La banda volvió a ponerse las pilas con “The Human Stain”, que fue el pie para que Oliver Palotai demostrase su virtuosismo a los teclados con un solo que tuvo la duración justa para no hacerse demasiado pesado. Claro que, teniendo en cuenta que la siguiente canción fue la poderosa “March Of Mephisto”, poco importaba lo que había sonado antes… O después, porque la banda nos calzó otro solo, esta vez el de la batería de Alex Landerburg.
El final estaba cerca, por lo que inevitablemente KAMELOT remató la faena con “Forever”. Sí, la remató, pero mal, al caer en ese vicio de alargar los temas más emblemáticos para meter chorradas como el “We Will Rock You” de QUEEN o presentar a la banda. Tommy, presenta a la banda después, que todos sabemos que el bis es un paripé y vais a volver a salir al escenario.
En esta ocasión, los temas “extra” de KAMELOT fueron “One More Flag In The Ground” de su última obra “The Awakening” y “Liar Liar (Wasteland Monarchy)”, que también sirvió para despedir a Melissa Bonny.
En definitiva, un gran concierto que supo a poco. Ojalá la banda no tardé otros seis años en visitar la capital y si lo hacen con un set más acertado, mucho mejor.
Promotora: RSS Promo y Eclipse Group
Crónica: Txema Sáez
Fotos: Laura Ruiz
Más sobre KAMELOT en su web oficial.