Crónica de la actuación de los noruegos en The Music Station, 16 de enero de 2025
La noche del 16 de enero, sin lugar a duda, fue una noche llena de sensaciones. Para un servidor, la actuación del pasado jueves, supuso el pistoletazo de salida a la temporada musical 2025. Pero lejos de quedarse ahí, estaba llamado a cubrir la actuación de los noruegos LEPROUS, a los cuales nunca había visto en directo. Para alegría mía, el enclave escogido por la promotora Madness Live! no fue otro que la sala The Music Station, ubicada en el propio edificio de la estación de tren de Príncipe Pío, en la cual jamás había cubierto un espectáculo. Todo un reto que me propuse afrontar con enorme ilusión.

Siempre que me toca acudir a un recinto nuevo procuro llegar con tiempo de sobra para acreditarme cómodamente, presentar mis respetos a la parroquia y analizar las instalaciones para valorar los mejores disparos con la cámara. Si la apertura de puertas era a las siete de la tarde, apenas faltaban unos minutos cuando llegué y la cola ya daba la vuelta a la manzana. Lo que hacía presagiar que la noche iba a ir mejor que bien. Gente de todas las edades aguardaban respetuosamente el momento de acceder a la sala, en una noche en la que el frío intenso del invierno dejó una pequeña ventana por la que escapar.

La sala es una maravillosa remodelación de una de las naves laterales de la antigua estación del norte. Un espacio con capacidad para unas 1.000 personas sentadas que, en el caso de replegar las gradas inferiores, puede ampliar su capacidad hasta las 2.000 personas, quedando el público de pie mientras queda la grada superior para los más comodones.

Dividida en dos estancias, se accede por un enorme hall con barras y guardarropa, dejando al otro lado la sala propiamente dicha. Respecto al tema de la sonorización ya comentaremos más adelante.

Casi tres horas de show de LEPROUS
Pero aquí lo importante es el show de la banda formada por Einar Solberg, Tor Oddmund Suhrke, Robin Ognedal, Simen Daniel Børven y Baard Kolstad, que arrancaban su gira europea en Madrid ofreciendo un formato singular que han llamado “An Exclusive Evening With Leprous Europe 2025 Tour”. Sin teloneros que hagan de avanzadilla, LEPROUS lanzó su metal progresivo ante su público al que regalaron un espectáculo de casi tres horas, con un pequeño descanso por medio, donde repasaron prácticamente la totalidad de su discografía.
Apenas pasaban diez minutos de las ocho y el respetable terminaba de colocarse, cuando los noruegos saltaban al escenario vestidos de riguroso negro. Zapatos negros, pantalón negro, camisetas negras y una penumbra cubierta de densa niebla como escenografía inicial. Un backline austero donde únicamente se apreciaba la portada de su último trabajo, "Melodies Of Atonement", escondía su secreto mejor guardado… un set de luces de primer nivel.

Arrancaron con “Silently Walking Alone” entre cañones de luz y contraluces para generar una ilusión mística de la que emanaba su música. Poco a poco se fueron sumando elementos generando una ambientación exquisita con temas como “The Price” que, gracias a le métrica singular de sus guitarras se ha convertido en uno de mis temas favoritos de la banda. Le siguieron “Illuminate” y “Like a Sunken Ship”, hasta alcanzar el clímax con “Forced Entry” donde la voz de Einar, clavada en su sitio y perfectamente ajustada a cada cambio de registro, encastraba a la perfección con los fogonazos de luz que sacudían rítmicamente al compás de la música, mientras que la percusión bien centrada, cortaba la mezcla de forma precisa.

El asunto de las guitarras es harina de otro costal. Sonaron, desde mi posición, bastante flojas, llegando a desaparecer a ratos entre la excesiva ambientación de los teclados, hasta apenas poder distinguir una de otra. Nota aparte para la acústica de la sala, pues los altísimos techos de la nave y la magnitud del espacio por llenar ofrecía una reverberación descomunal que amplificaba los ecos de las partes ambientales como si de una catedral se tratase.

Sobre la puesta en escena, nada que reprochar. La formación, lejos de mantenerse fija en una posición estéril, imprimió un dinamismo poco habitual al género. Como si de una sutil coreografía se tratase, la banda se desplazaba de un lado a otro dibujando una grácil danza, a la vez que subían y bajaban de una amplia plataforma posicionada al frente del escenario y desde la que Einar lanzaba diversos aspavientos al público.

Cada gesto, cada movimiento estuvo perfectamente coordinado con las luces, que, para mí, fueron la gran sorpresa. Golpes de bombo, manos arriba, arpegios infinitos, todo ello iluminado perfectamente, cargando cada segundo del dramatismo necesario. Una pena que la destreza técnica de los instrumentos de cuerda quedase tapada por el resto de la mezcla, pero la parte vocal jugaba en otra liga. Sí, hubo un gran abuso del falsete para alcanzar las notas más altas, pero las subidas y bajadas estuvieron en su justo lugar.

Continuaron con temas cargados de épica melódica como “Out of Here”, “Alleviate” y “Distant Bells”, hasta la llegada de “Foe” y “Nighttime Disguise” donde Kolstad dejó claro manifiesto de por qué es una bestia tras lo platos. Con ello alcanzamos el final del primer setlist de la noche entre cañonazos de aire a presión y chorros de luz.



La banda se retiró para ofrecernos un pequeño receso de apenas 15 minutos, justos para salir a buscar algo de bebida y poder comprobar el aforo general. Si bien no llegaron a hacer sold out, la sala ofrecía una ocupación más que generosa, dejando espacios razonables para poder moverse sin agobios. Todo ello bajo la atenta mirada de un anfiteatro donde un grupo de selectos fanáticos disfrutaban del espectáculo cómodamente sentados.

Segunda parte de la velada
El segundo setlist arrancó con “Unfree My Soul”, tema de su último álbum donde las oscilaciones vocales de Einar estuvieron en constante tensión sin salirse un milímetro de los márgenes permitidos. Continuaron el repaso de su extensa discografía con “On Hold” y “Bellow”.
Micro en mano y ante una sala atónita, Einar se lanzó a preguntar quien en la sala conocía alguno de sus temas más antiguos justo antes de que “Passing” explotara de forma rabiosa sobre el escenario ante un público totalmente entregado.

Pero fue en “Faceless” donde, para sorpresa de todos, apareció sobre el escenario un nutrido grupo de seguidores codeándose junto a la banda mientras hacían los coros del tema. Un guiño simpático que rompió de manera agradable la dinámica del espectáculo entre gritos y aplausos.




Con “From the Flame” y “Slave” ponían el broche final a este segundo setlist algo más corto, pero lleno de emoción. Cañones de aire comprimido por doquier, fogonazos de luz, idas y venidas a lo largo del escenario y una banda que llevaba casi tres horas dándolo todo, amagaban con despedirse de una noche única. No vacilaron mucho, el tiempo apremiaba y aún quedaban los bises.
“Atonement” y “The Sky Is Red” cerraron un espectáculo genuino que satisfizo las necesidades de un público ansioso de su música desde su última visita dos años atrás y que esperamos, LEPROUS no tarde tanto en repetir.



Promotora: Madness Live!
Crónica y fotos: Jorge Riquelme
Más sobre LEPROUS en su web oficial.
Sigue a HELLPRESS en Whatsapp para más noticias.