Crónica de Vagos Metal Fest 2024, viernes 2 de agosto de 2024: OVERKILL, INSOMNIUM, UADA, DYNAZTY, ELVENKING
- Crónica de la segunda jornada: EPICA y GOD DETHRONED en Vagos Metal Fest 2024
Un año más, y ya van unos cuantos, HELLPRESS nos presentamos en Vagos Metal Fest para su edición de 2024, otra vez en la acogedora localidad de Vagos, muy cerca de las tremendas playas atlánticas de Portugal. Las casas con azulejos, la brisa, la buena comida, los precios ajustados a nuestros bolsillos… y todo ello a pocas horas en coche. Todo parabienes, y es que las vecinas tierras portuguesas tienen una serie de atractivos para hacer de este festival de Heavy Metal algo realmente especial.
Si empecé mi periplo de festivales con el gigante desmedido francés que es Hellfest el pasado mes de junio, lo acabé justo en las antípodas: un evento familiar, cómodo y reducido. Entre medias y rodeado de compañeros y amigos, estuve también en todo un festivalazo como Rock Imperium, también con sus características propias. Todos distintos y todos disfrutables de un modo u otro, pero la calma que te permite un evento como el que se viene celebrando en el parque Quinta Do Ega es un plus clarísimo.
Como añadidos, este año Vagos Metal Fest incluyó en la zona de descanso dentro del recinto un ring con exhibiciones de wrestling. Sobre su lona se presentaron miembros de un club lisboeta dedicado a estos espectáculos, aunque creo que no fue explotado al máximo. Yo solamente vi un combate, bastante currado, por cierto, pero seguramente hubo alguno más.
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En cuanto a la oferta culinaria dentro del recinto, además de la oferta típica de cualquier otro festival, los porco no espeto (cerdos ensartados hechos al calor de las ascuas) y el queso de Serra da Estrela, siguen siendo los alimentos triunfadores en los momentos de asueto. Si encima puedes acompañarlos de cervezas artesanales, que regresaron a cargo de dos fabricantes con dos puestos diferentes (cada uno con unas cinco variedades disponibles) poco más se puede pedir.
Bueno, por pedir… habría elegido otro año sin mosquitos, pero los hexápodos chupópteros, indefectibles habitantes de la desembocadura del río Boco, se hicieron notar. Son necesarios también, uno más del ecosistema, por desagradables que nos parezcan. Aún así, ni ellos pudieron evitar que disfrutase como un enano de las viandas, bebidas y actuaciones de Heavy Metal, Black Metal o Thrash entre otros géneros afines. Hubo conciertos notables y, en algunos casos, de matrícula de honor.
Como pegas, la retirada de uno de los escenarios fue un tanto decepcionante. Así, los conciertos de los grupos más pequeños del cartel se vieron recortados respecto a otras ediciones para hacer posible el cambio de escenario sin demora en el tiempo. Vagos Metal Fest tiene que aspirar a mantener su propuesta, aunque entiendo que tiene que ser un motivo importante el que les lleve a tomar esa decisión. Quizá no están creciendo en cuanto a público, lo que limita sus ingresos y por lo tanto posibilidades.
Ya en un segundo plano, hay que empezar a cuidar el terreno del parque entre edición y edición: el arenal delante del escenario provocaba momentos de incomodidad cuando había más movimiento. Reponer el césped en ese pequeño trozo mejorará la experiencia en futuras ediciones para todos los asistentes, especialmente en las primeras filas.
Recorriendo autopistas y carreteras secundarias, cruzando los clásicos pueblos lusos de interior, me aproximé hasta la costa de la región de Aveiro. Lamentablemente, no puede llegar a presenciar la descarga de un clasicazo del Thrash como AT WAR y especialmente TOXIKULL, que tras el disco “Under The Southern Light” ha despertado bastante mi interés.
ELVENKING, la institución que aún reina con un buen concierto de Folk Metal
Así, fue un reencuentro con los italianos ELVENKING mi primer contacto con Vagos Metal Fest 2024. Nunca es tarde para ponerse brackets en pos de corregir la dentadura como Damnagoras, el cantante de los de Pordenone, ni tampoco para unirse a su fiesta de Folk Power Metal.
Después de años apareciendo una y otra vez en festivales y con algunos discos clásicos del género como “The Winter Wake”, sigue siendo un grupo por encima de la media en su estilo, tanto en estudio como en directo. Además hablamos de un show en vivo que, más allá de su cuidada estética, tiene elementos que hablan de su honradez como músicos, como por ejemplo no desdeñar su parte más Folk. En vez de relegar las líneas de melodía de violín a una fría pista pregrabada, desde 2010 Lethien (y aún antes con otro componente) interpreta este instrumento.
Los italianos reventaron el concierto ya desde el tercer o cuarto tema, “Pagan Revolution”, una canción que desató las ganas de un público disfrutón, ávido de saltos y carreras en el foso... y el ya mencionado arenal no tardó en notarse. ¡Menuda polvareda!
“Silverseal” o “Moonbeam Stone Circle” mantuvieron el ritmo bien alto, a pesar de los problemas en la guitarra de Aydan, que estuvo sin sonar un buen rato en este tema hasta que encontraron el fallo. Solamente hubo un descanso cuando llegó “el momento de arrodillarse ante aquel que seguimos”, como bien dijo Damna, para presentar “The One We Shall Follow".
Poco tardó de nuevo en volver a pedirnos saltos: “Divided Heart” y “Elvenlegions” fueron el broche de una muy buena interpretación. Un grupo creíble, sólido, de músicos que respetan a sus seguidores y ponen lo que tienen que poner en el escenario para ofrecer una experiencia real, sin necesidad de tantos pregrabados o al menos no descarados (uno ya nunca sabe…).
El final del concierto hubiera hecho las delicias de Donkey Kong y sus allegados: desconozco si Symohn lanzó sus baquetas al público, pero sí que tiró sendos plátanos entre risas a sus seguidores. Menuda vacilada la suya.
A buen seguro, aquellos afortunados que se hicieron con las bananas hubieran preferido una baqueta para su colección, pero como anécdota para recordar por siempre (y como aporte de litio) no tiene precio.
DYNAZTY ganó a todos en el primer día de Vagos Metal Fest
La escuela escandinava del Hard Rock y Heavy Metal es inagotable, y esta banda es otro ejemplo más de lo mucho que ofrece y seguirá ofreciendo en esos géneros los nórdicos. El quinteto de Estocolmo DYNAZTY, próximo a lanzar un nuevo álbum (del que ya hay un adelanto, el single “Devilry Of Ecstasy”) se presentó en las tierras de Portugal para ofrecer un show en el que la potencia y la melodía se retroalimentan para sacar ese sonido tan propio y que les define desde los años 80.
En esta ocasión, inmersos en una gira europea de festivales de verano, debieron tener alguna limitación para hacer las fechas con la banda al completo. Así, en la fecha de Vagos no tuvimos a Jonathan Olsson, ocupando su lugar el bajista Joakim Agnemyr como reemplazo de última hora.
Lo cierto es que no se notó y no solamente se dedicó a tocar, si no que interpretaba prácticamente como uno más, por lo que es posible que no fuera su primera vez junto a DYNAZTY.
La verdad es que todos los músicos de DYNAZTY estuvieron a un nivel destacable, pero especialmente a Rob Love Magnusson y Mike Lavér les vimos sueltísimos en los solos de guitarra, demostrando tener muy buena técnica y gusto para este menester. Nota al margen merece Nils Molin, cuya presencia escénica, gestualidad y voz demostradas en Vagos Metal Fest. Era la primera vez que veía al grupo y fue suficiente que sus atributos le hacen ser la envidia de cualquier banda del género.
Con sus canciones pegadizas a la par que duras, mantuvieron sus códigos de estética, saliendo a tocar con las gafas de sol varios de ellos incluso a unas horas donde la noche ya empezaba a cernirse. Como era de esperar, con un disco publicado en 2022, su set estuvo bastante centrado en el mismo, gracias a “Natural Born Killer”, “Advent” con su toque western o “Power Of Will”.
“Waterfall”, ”Yours” o “Presence Of Mind” fueron otras de las elegidas para esa fiesta de Hard’n’Heavy, y es que no puede definirse de otro modo. Un público agradecido por la entrega total del grupo se arrancó con cánticos al acabar “The Human Paradox”, y aún nos quedaba el postre: “Heartless Madness”. Aún retengo la melodía en la mente… supongo que ayudó repetir los coros hasta la extenuación, en el típico clásico y vistísimo juego de buscar los estribillos. Hasta propio Nils dijo “es uno de los trucos más viejos del Rock”.
Sensacional actuación la de DYNAZTY, que a la postre dieron uno de los mejores conciertos de los tres días de Vagos Metal Fest. ¡La próxima vez que estén en un cartel, que no se os olvide anotarlos en vuestras apretadas agendas!
INSOMNIUM: oscuridad y frío… demasiado frío
Los finlandeses INSOMNIUM siempre estuvieron a la estela de otros grandes nombres del Death Metal Melódico, pero llegado el momento su nombre empezó a crecer y ahora les tenemos con asiduidad en los carteles y en boca de todo seguidor del género. La noche de Vagos Metal Fest iba a devolverles por parte de sus seguidores portugueses reconocimiento y cariño, a pesar de que sigan siendo unos cicateros y no tengan un teclista para el directo, totalmente necesario para recrear sus canciones como debiera ser. Minucias para la mayoría, claro.
Por si hiciera falta asegurarse ese apoyo que ya tenían de antemano (congregando mucho público ante el escenario) Niilo Sevänen se encargó de recordar que estaban “encantados de estar en la tierra de MOONSPELL”. La asistencia a su concierto fue la más numerosa hasta el momento del festival, y es que siendo viernes aún había gente pendiente de salir de sus trabajos y llegar hasta el “remoto” pueblo de Vagos.
Al igual que en DYNAZTY, faltaba un integrante en la banda. Niilo nos dijo que Ville Friman no estaría en toda la gira de verano para encargarse de una de las guitarras, así que su amigo Tomy Laisto se puso a las seis cuerdas. El tipo acompañó perfectamente en el dúo a Markus Vanhala, y ambos mantuvieron esa melancolía de las melodías de INSOMNIUM ya en la noche cerrada de Quinta do Ega.
En su set hubo mucha presencia del reciente “Anno 1696”, trabajo dedicado a las hambrunas de Finlandia de aquel año por un invierno más duro de lo habitual en el país. Quizá tuvo algo que ver en el frío que hacía ya a esas horas en el parque, donde las mangas cortas dejaron paso a las sudaderas. De este trabajo cayeron canciones como “White Christ”, “Lilian” o “The Witch Hunter”.
También se remontó INSOMNIUM a tiempos pasados de su discografía como en “Mortal Share”, que supuestamente según Niilo iba a ser “la hora del moshpit”. La gente tardó en captarlo y estuvo expectante, y no fue hasta el riff más agresivo del tema, pasado el minuto, cuando empezó a desatarse el movimiento. La descarga de los finlandeses acabó con “While We Sleep” y “Heart Like A Grave”, y sus fans quedaron satisfechos con lo ofrecido.
Mi impresión es la de que el concierto no llegó a romper en ningún momento. Igual que en las anteriores ocasiones, el grupo me dejó una sensación poco convincente, de transmitir poco, y eso para una banda que maneja precisamente las emociones profundas con sus tristes melodías, no es bueno.
No sé qué debe cambiar en el grupo, pero sin duda tienen trabajo que hacer para llegar a ofrecer en vivo lo que plasma tan bien en sus discos.
OVERKILL tiró de experiencia pero atisbando el principio de su fin
Si hay una banda que no defrauda en el Thrash Metal mundial en vivo, bajo cualquier circunstancia, esa es OVERKILL. Al menos, así era durante años, pero creo que quizá habría que empezar a hablar en pasado. Sí, años de gloria... pero en algún punto vienen los años de decaimiento, tal y como ellos mismos hablaban en su disco de 1989, y parece que para los thrashers verdes, ese momento ya está aquí.
Después un desempeño fuera de la escala con varios discos brillantes encadenados desde 2010 hasta hoy y una segunda juventud exultante en directo, la edad, como nos sucede a todos, ya limita sus capacidades. Lo que uno más o menos puede esconder detrás de su guitarra o bajo, se hace más notorio en otros instrumentos más exigentes físicamente como la batería o, sin duda alguna, la voz. En el caso de Bobby Blitz Ellsworth, que era como ver al Demonio de Tasmania de Looney Tunes bebiendo queroseno y masticando dinamita delante de su micro, pues aún se nota más.
Ha llegado la hora de reservarse para estirar el chicle, y es que a sus 65 años, Blitz no puede ya convulsionar ni gesticular con la energía de antaño. Se muestra más calmado, aferrado a su pie de micrófono. Tampoco puede sacar la misma voz, pudimos ver cómo ha perdido parte de esos gritos rasposos y agudos de rata metanfetamínica que tanto marcaban la energía de OVERKILL en el directo. Puede que simplemente sea un bache, o que en la noche del Vagos Metal Fest estuviera aquejado de algo… pero mucho me temo que no.
De cualquier modo, allí teníamos a una leyenda del Thrash estadounidense, injustamente tratada en cuanto a popularidad. Con DD Verni ya recuperado para la acción en vivo (habiendo sido sustituido por Dave Ellefson en sus recientes fechas sudamericanas) y con un disco en solitario a punto de salir, teníamos al dúo indisoluble al frente del escenario. Bien escoltados por Linsk y Tailer a las guitarras, fueron empujados por los golpes de Jason Bittner tras los parches, en el que a la postre sería su último día como batería de OVERKILL tras decidir su retirada.
Como siempre, salieron con todo, empezando por un par de temas de esa ya mencionada segunda juventud: el reciente “Scorched”, la furiosa “Bring Me The Night”. “¡Vagos, ya sabéis que aquí mando yo!” gritaba Bobby, que también nos llevó “de vuelta a los 80” con “Hello From The Gutter” y su cinturón con la hebilla desabrochada (que habría estado haciendo antes de salir a las tablas...) que pronto se colocó en cuanto se percató.
Tras “Wicked Place“, un Bobby muy comunicativo nos recordaba que iba a ser “¡interpretada por primera vez en Portugal!”. Retomando clásicos, sacó las carcajadas del público cuando al presentar “Coma” espetó “¡os vamos a dar tanto Metal que vais a cagar balas durante una semana!”. Al menos, aún sigue ágil de mente el tío.
Pasaron por todas las décadas, pisando los 90 con “Horroscope”, “Long Time Dyin’” y volviendo al presente como “The Surgeon”… “Es una larga carrera… de la mierda vieja a la nueva”. Así nos cayeron después “Mean, Green, Killing Machine” o “Ironbound”, “Elimination”, “Hammerhead” y las obligatorias “Rotten To The Core” y “Fuck You”, en la que nos incitó a colaborar más preguntando si era Portugal o España el lugar en el que estaban tocando.
En definitiva, fue un concierto próximo al notable, pero eso es quedarse por debajo de les expectativas. Viendo las burradas que se han cascado en otras ocasiones, supo a poco. Sabor agridulce, parece que su limo verde radioactivo se atenúa y va perdiendo intensidad… pero es que desde la última vez que vi a la banda en La Riviera de Madrid, donde estuvieron pletóricos, han pasado ya cinco años. Un lustro que a la postre ha sido un mundo.
Si estoy equivocado, que me saquen pronto del error, pero si ha llegado el momento de dejarlo, espero que sean realmente conscientes a nivel interno de la banda y planteen una despedida por todo lo alto cuando aún están con capacidad de hacerlo. En cualquier caso, todo mi respeto para OVERKILL, ahora y siempre, y con orgullo seguiré mencionando su nombre como uno de mis favoritos del género y seguiré defendiendo al grupo, pese a quien le pese, como uno de los grandes del Thrash americano.
UADA, un microuniverso en blanco y negro
Dentro de la escena del Black Metal de Estados Unidos, UADA es una de las bandas con más pujanza en los últimos años, y no creo que sea por sus conciertos, o al menos no conciertos como este. En Vagos Metal Fest puede parecer que fueron a cubrir el expediente, nada más, pero seguramente su manera de comportarse en vivo sea siempre la misma.
Y es que fue una extraña experiencia su actuación, un ambiente raro… el grupo crea su monocromático mundo, donde solamente hay iluminación blanca a contraluz, un sonido roto de melodías oscuras y una la política de no comunicación con el público. Si es intencionado, quedaron algo lejos de recibir mis halagos, porque no fue suficiente para motivarme. Le faltó algo para crear un paréntesis mágico de estos que te absorben y aislan del resto del mundo… la magia del Black Metal aquí no acabó por conjurarse.
La banda vive, eso sí, en un blanco y negro constante, como una tétrica película de los años 20. Su sonido, evocador y atmosférico, hace de su Black Metal algo accesible por su carga de melodías. A destacar en su sonido, entre tantas capas de distorsión de guitarra, el bajo de Nate Verschoor, muy presente en su mezcla de directo.
De las que entendí que tocaron, entre todo lo ininteligible de su propuesta vocal (hablamos de Black Metal, claro) capté las estrofas de “Cult Of A Dying Sun” y reconocí las melodías de “Snakes & Vultures”. Creo que en todo el concierto, solamente se espetó en la despedida un escueto “gracias Vagos Metal Fest” por parte de Jake Superchi, su líder.
Buen show, muy bien tocado y fiel a la idiosincrasia de UADA, pero desde mi perspectiva, falto de emotividad: no pude imbuirme por completo en sus canciones, pero seguro que fue mi culpa, porque el no conocer lo suficiente su propuesta con anterioridad me impidió quedar encandilado por su propuesta, y eso que hacen un tipo de Black Metal que me gusta bastante.
Por este motivo, el no haber escuchado al grupo con tiempo y calma, los de Portland no me dejaron gran cosa para el recuerdo. En cambio, estoy convencido que aquellos que ya seguían al grupo de antes (y en Portugal es notorio que hay mucho seguimiento del Black Metal) quedaron encandilados. Para la próxima, estaré preparado.
Más información sobre el festival Vagos Metal Fest en su web oficial.
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