Crítica de DESASTER - The Oath Of An Iron Ritual

"The Oath Of An Iron Ritual” representa un momento muy brillante de uno de los grandes padres del Black/Thrash

De entrada “The Oath Of An Iron Ritual” tiene un portadón: obra del pintor John Martin en 1841. Martin (todo esto acabo de leerlo, obviamente), un tipo seriamente influenciado por los temas bíblicos y por el Paraíso Perdido de Milton, a cuyo Satán plasma aquí, estático ante su ciudad, que exhala maldad y a la que atraviesa un río de lava. El cuadro, por cierto, se llama Pandemónium. Y parece creado para llevar justo ahí, arriba a la izquierda según miras, el logo de DESASTER. Tal para cual, ilustración y música. Repito: pandemónium.

Una gran portada que encierra un gran disco. Enorme. Un absoluto placer para cualquier seguidor de DESASTER y, por lo tanto, para cualquier amante del Black/Thrash. Cerca de cumplir treinta años en la escena, este grupo alemán publica su octavo disco sin contar splits y bootlegs y lo hace en un momento de forma excepcional. Diría que lo mejor que ha publicado en más de una década (“Angelwhore”, 2005) pero disfruté lo suficiente de “Satan’s Soldiers Syndicate” y “The Arts Of Destruction”  como para darle otra vuelta a esa idea. En cualquier caso esto es DESASTER a toda máquina, en un momento de eficiencia interpretativa y efervescencia compositiva excelente. Y más enfadados, si cabe, que en los citados últimos discos. Con algo menos de piloto automático, aunque entonces fuera en el mejor sentido de la palabra, y con una furia absolutamente volcánica y desatada. Un poco más de lo últimamente habitual, quiero decir. DESASTER a plena potencia. Si te gusta este grupo, si te gusta esta forma de entender el Metal, en tantos sentidos tan absolutamente pura, no te hará falta leer nada más.

El Metal, al fin y al cabo, es cuestión de riffs. Con ellos se va al fin del mundo, sin ellos se acaba en el pozo por mucho que se disimule con arreglos y adornos. O así debería ser. Y “The Oath Of An Iron Ritual” es un ejercicio tremendo de riffs afilados y precisos, carnívoros y emocionantes. Solo por eso se puede rebatir a quienes tengan la tentación de volver a decir que este es un disco más de DESASTER. O al menos a quienes piensen decirlo en un sentido negativo. Efectivamente, es un disco más de DESASTER. Con todo lo que podías esperar del grupo y en su mejor envoltorio. A estas alturas no se puede pedir nada mejor. Con plena vigencia, evidentemente no hay investigaciones sonoras ni evoluciones inesperadas. DESASTER se limita a pulir su sonido de punta a punta, del Black Metal más frío, épico y saturado al Thrash y el Speed más puros y sucios, influjo de los ochenta con ráfagas de puro Heavy Metal hasta desembocar en su eterna adscripción a la escuela alemana. De lado a lado del espectro en el que siempre se mueve, el resultado es uno de los mejores discos en toda la historia del grupo.


Si quieres buscar algo mínimamente novedoso, el influjo medieval que siempre tiene su momento aquí pasa desapercibido salvo en un tramo de la épica, y fantástica, “At The Eclipse Of Blades”. Otras dos piezas más largas de lo habitual también tienen su vuelta de tuerca: “The Denial” parte de una atmósfera que se acerca del Doom/Death de hace quince años y “Haunting Siren” tiene una parte central atmosférica y con voces susurradas que acaban rodeadas por un montón de cambios de ritmo, melodías épicas y sacudidas Black. Las tres citadas en este párrafo son, en definitiva, excelentes composiciones sin rastro de agotamiento en la fórmula DESASTER.

Una fórmula que se desparrama en el resto de un disco que tiene un inicio absolutamente apoteósico con el himno, marca de la casa, “Proclamation Of Shadows” y la formidable “End Of Tyranny”. La primera más Black, la segunda más Thrash. Las dos puro DESASTER, como el tema título o los toques clásicos de “Damnatio Ad Bestias”. De la NWOBHM al Speed y el Black con parada en la escuela MERCILESS. Nada que no sepas, nada que no vuelva a ser extraordinariamente bueno en manos de unos maestros en lo suyo.


Un disco extraordinario de un grupo extraordinario

Las guitarras de Infernal son una vez más la gran estrella, con Sataniac espléndido en las voces y el bajo de Odin dejando las suficientes referencias a Tom Angelripper. No hay disco malo, diría que ni siquiera mediocre o simplemente correcto, de DESASTER, y “The Oath Of An Iron Ritual” no solo es otra prueba de ello sino que representa un momento muy brillante de uno de los grandes padres del Black/Thrash. Metal, Metal y más Metal. Este es un disco extraordinario, otro disco extraordinario, de un grupo extraordinario. Por muchos años.

Más sobre DESASTER en su web oficial.

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