Crítica de GATILLAZO - Como Convertirse En Nada

Más de treinta años sacándole las vergüenzas a la sociedad actual, señalando con el dedo sus miserias y sus injusticias; más de treinta años, en definitiva, molestando al personal. Hablamos, claro está, de Evaristo Páramos, el gallego apadrinado por Euskadi que, antaño, fue la voz del buque insignia del Punk Rock estatal, LA POLLA, y que a día de hoy mantiene casi intacto su espíritu belicoso y protestón con GATILLAZO, formación que acaba de sacar al mercado “Cómo convertirse en nada”.

Evidentemente, hablar de GATILLAZO no equivale a centrar las miradas exclusivamente en Evaristo, aunque resulta casi inevitable no echar la mirada atrás y acordarse de LA POLLA y de su legado, lo cual te lleva a pensar, una vez escuchado este trabajo, que GATILLAZO sigue el patrón que, en su día, trazó la banda alavesa junto a otras del llamado Rock Radikal Vasco; todo sin apenas novedad, especial frescura o ímpetu por ofrecer algo renovado, simplemente Punk Rock arropado por unas letras necesariamente ácidas y por unas ganas tremendas de armar bulla.

Si hay algo que queda patente con este trabajo es, fundamentalmente, lo siguiente: por un lado, que Evaristo sigue abordando muchos de los cancerígenos problemas que azotan nuestro día a día con su habitual lengua viperina, y, por otro, que muchos de estos problemas son exactamente los mismos que se nos echaban encima hace varias décadas. “Control mental, control sexual” rezaba Evaristo en el mítico “Salve” de LA POLLA y, precisamente, el tema que abre el compacto, “Cómo convertirse en nada”, trata del yugo al que estamos sometidos a nivel mediático y laboral, como bien refleja también la contundente portada del lanzamiento.


También hay hueco para dejar en paños menores a la transición española en la mordiente “SKK”, así como para hablar de las enormes desigualdades económicas entre las distintas partes del mundo en “Problemas” o de la corrupción familiar en “La familia unida”, un tema, precisamente, más vigente que nunca visto el caso de alguna que otra saga familiar dentro de la ennegrecida  política española.

En definitiva, GATILLAZO sigue apostando por el Punk contestatario del de toda la vida, como mandan los cánones, y es que el género, peleón y testarudo como pocos, es más necesario que nunca en estos días que nos ha tocado vivir. Total, si quizá ni haya futuro, como decían hace cuarenta años un grupo de chalados británicos que logró enervar a la mismísima reina de Inglaterra, así que mejor morir luchando, ¿no?

Jorge Osoro

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