Crítica de GLENN HUGHES - Resonate

¡Qué largos se hacen 8 años! Justo el tiempo que hace que el tito GLENN HUGHES no sacaba un nuevo trabajo a su nombre en solitario. Desde 2008 con aquella joya impresionante a medio camino entre el Funk y el Rock que fue precisamente, “F.U.N.K”. Por fin, nuevamente en Frontiers, aparece “Resonate” y por utilizar una onomatopeya adecuada… “guauuuuuuuuu” y así hasta el infinito. Serio candidato a disco del año en primera posición con todas las de la ley para mi gusto. Un trabajo fresco, directo, sin estancarse, mirando hacia adelante y hacia atrás y con GLENN HUGHES en un estado de forma increíble, como si estuviésemos en los setenta. Un trabajo variado pero más centrado en el Rock y que entronca directamente con “Songs In The Key Of Rock” sin obviar la elegancia de “Music For The Divine”. Un disco que parece grabado en una sola toma en directo y que es un no parar de temazos. Vamos que para qué más. ¡Un discazo!

Obviamente esta crítica no se puede quedar en esto. Así que dejando a un lado la euforia inicial que me embriagaba cuando he escrito el párrafo precedente: ¿qué ofrece GLENN HUGHES en “Resonate”? Pues un disco que deja un poco de lado la cara más ecléctica de “F.U.N.K.” y que envuelto en una producción mucho más guitarrera y pesada (por momentos francamente Heavy), ofrece un disco de Rock Duro con mayúsculas. El artífice es el danés Søren Andersen que coge el relevo de JJ Marsh y se convierte en guitarrista de estudio y productor de este nuevo disco, dando lugar a un trabajo mucho más grueso y potente y no sólo me refiero al tema de apertura, “Heavy” que es toda una declaración de intenciones al respecto. Este guitarrista no en vano ha trabajado con ARTILLERY o BAAL pero también es fijo en los directos de MIKE TRAMP de WHITE LION con lo que sabe a la perfección combinar ambos mundos, el del Rock y el del Heavy. También se añade a la fiesta el teclista Lachy Doley, que aunque utilice fundamentalmente el Hammond, también mete teclados más distorsionados que hacen crecer la potencia del sonido y finalmente el duro de Pontus Engborg que tiene una pegada descomunal.


¿Qué pasa con Chad Smith? El batería de RED HOT CHILLI PEPPERS ha querido seguir colaborando con HUGHES y se encarga de ponerse detrás del set percusivo en dos cortes, precisamente los que han servido de adelanto de “Resonate”, obviamente para mayor reclamo comercial del disco. Es el caso de la ya mencionada “Heavy” y de la última canción del disco, “Long Time Gone”. Y ambas están llamadas a ser clásicos en directo porque uno no deja de pegar saltos con la primera, mientras que la segunda, más reposada y “radio friendly”, nos muestra a un HUGHES más dinámico y con mayor protagonismo sin tanta contundencia guitarrera, y con un pasaje instrumental que es una auténtica orgía de síncopas y ritmos Funky. Entre medias nos quedan nueve composiciones más que a cada cual llama tanto o más la atención que la anterior, porque GLENN HUGHES no se ha dejado nada en el tintero en estos 8 largos años. Es más diría que este disco supera los tres precedentes porque conjuga lo mejor de cada uno, aunque no sea tan ecléctico como “F.U.N.K.”.

“My Town”, otro tema usado como escaparate ya sin Chad Smith es otra buena muestra, un tema de ritmo contenido y riffs oscuros donde GLENN HUGHES se hace dueño de todo con su voz, y con una producción que lo convierte en un tema moderno y actual, sin dejar de sonar a HUGHES. Sonido que se potencia más en “Flow”, el corte probablemente más pesado y mastodóntico. En “Let It Shine”, aunque las guitarras se distorsionen, también hay espacio para wah-wah y punteos Funky y un estribillo que como dice el título, brilla por sí mismo, además de los continuos fraseos de Hammond que son puro setenterismo. “Steady” parece retrotraernos a DEEP PURPLE, con protagonismo para el Hammond nuevamente y una estructura muy clásica de puro Rock, “God Of Money”, redunda en esa mezcla nueva-clásica de sonidos, pero sin tanta carga decibélica, lo que da aún más espacio a HUGHES, volviendo al sentimiento clásico en “How Long”, con otro estribillo y trabajo vocal del maestro para enmarcar. En la recta final, “When I Fall” se convierte en el tema íntimo del trabajo, muy propio para “Music For The Divine”, utilizando GLENN HUGHES su tono más meloso y aterciopelado, y siendo acompañado además de por el Hammond por un mellotrón omnipresente, “Landmines” se divierte en las síncopas y los punteos Funky y finalmente “Stumble And Go”, justo antes de la ya citada “Long Time Go”, vuelve por los derroteros de Rock directo y sin grandes complicaciones.


Dicho así atropelladamente, “Resonate” es un disco muy completo, pese a ese sentir general de que sea un trabajo más guitarrero y potente. En sucesivas escuchas se irán descubriendo más detalles, como los muchos cambios de sonido de las guitarras de Andersen, los teclados de todo tipo de Doley y las modulaciones más graves o más agudas de la voz de HUGHES según la oscuridad o potencia del corte lo requiera. Lo que es cierto es que el disco no pierde dinamismo en ningún segundo. Todos los temas tienen algo que los convierte en grandes cortes y si este disco se tocara íntegramente en directo, seguramente no hubiese una mala respuesta por parte de nadie, porque los temas suenan frescos y listos para ser tocados sobre las tablas, y suenan totalmente a GLENN HUGHES.

Es difícil encontrar un músico como GLENN HUGHES, que lo ha hecho TODO en el mundo de la música y que 65 años después de su nacimiento siga haciendo algo tan magnífico e ilusionante como “Resonate”, siendo uno de los músicos más solventes en directo que todavía se pueden encontrar. Devoción y dedicación absoluta por la música, GLENN HUGHES es la voz y el espíritu del Rock. Es simplemente una leyenda viva y por muchos años, como “Resonate” nos hace soñar. Lo dicho un discazo, sin más.

Raúl Ureña Salgado

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