Crítica de LUBIANKA - Ceremonies

Un sorpresa más que agradable tuve al escuchar a LUBIANKA y su “Cerimonies”, segundo trabajo completo de esta joven formación catalana que está enamorada de esa época en que las etiquetas musicales se entremezclaban y daban como resultado experimentos arriesgados y aventuras sónicas de todo tipo. Viajes astrales a través del tiempo y el espacio envueltos en una banda sonora de efectos “futuristas” (hablamos de los setenta…) y mucha parafernalia visual, ayudados por las consecuencias farmacéuticas de ciertas sustancias muy de moda en aquellos años…

Editar un trabajo en vinilo (con bonus digital) y que el único rastro de otro tipo de formato sea limitado y auto producido es algo que de buenas a primeras hace suponer melomanía o gusto por lo añejo. Escuchar ecos de la Psicodelia de finales de los sesenta y principios de los setenta (primerísimos PINK FLOYD o los propios HAWKWIND), del Rock progresivo (y su derivado alemán Kraut) y el Jazz-Rock de los setenta (SOFT MACHINE, MAGMA, FAUST…) ya es la confirmación de que los catalanes LUBIANKA, pese a su juventud, han mamado de fuentes muy lejanas, interesantes y arriesgadas. Dar como resultado un trabajo de altísima calidad que parece un eslabón perdido de los grupos de la Onda Laietana (MÁQUINA! y PAN & REGALIZ como pioneros, OM, ORQUESTRA MIRASOL, SECTA SÓNICA, la DHARMA)… que imitaban todos estos sonidos prendados por las formas silenciosas de otro grande, MILES DAVIS, es ya algo digno de admiración.

Pues todo eso es “Cerimonies”. Seis cortes que giran a 33 revoluciones por minuto y otros cuatro más que te puedes descargar con un código exclusivo desde su web, conforman este mastodóntico trabajo que se abre con un corte que es perfecto resumen de la música contenida en los cerebros de los miembros de LUBIANKA, “Fins Que El Sol Es Torni Fum”. Algo más de cinco minutos de efectos sonoros, de improvisación Jazzística, de locura mental y de libertad estructural, que recuerdan a SOFT MACHINE. Pero para efectos los de “Sa Clau” que es como un cruce entre PINK FLOYD y MÚSICA DISPERSA. Y para libertad estructural, por seguir con el juego de encadenamientos, los quince minutos de “On Els Sants Es Tornen Esclaus”, que desperdiga sus influencias hindúes con Sitar incluido e improvisaciones libertarias por doquier, en medio de un mar de distorsiones psicotrópicas, acentuadas por el continuo girar del disco sobre el plato.


El lado oscuro y místico aparece en “Ouroboros” rindiéndose al OM, con tempos sincopados y una gran lección rítmica por parte Aleix Brasó, que junto a los dos Victor, Riccardo y Christina lucen con luz propia en el plano individual a lo largo de todo el corte. “Batec” recupera los derroteros algo más accesibles y directos de “Fins Que El Sol Es Torni Fum”, siendo la voz un instrumento más y finalmente “Stockhausen Melancolic Jazz”, es como su propio nombre indica un corte jazzístico minimalista en donde los tempos se tuercen hasta límites insospechados, salvo por el walking bass de Riccardo que es el único que parece mantener la compostura (y solo lo parece porque al final también se deja llevar por el frenesí de libertad rítmica).

En cuanto al “Bonus”, tenemos otros cuatro cortes complementarios de los seis principales. In crescendo comienza “Retrovisor”, con cierto aire Stoner en las guitarras según va avanzando. El minimalismo vuelve en “Metzina”, en medio de improvisaciones cruzadas llenas de creatividad que desembocan en un “estribillo” de gran distorsión y poder sonoro, y vuelve al contorsionismo psicodélico improvisatorio (un cruce entre CHICAGO y ALAN PARSON) una y otra vez. “Dorm” vuelve a ese aire Stoner de “Retrovisor” y “A Porta Tancada”, el corte más ambicioso de 14 minutos de duración se recrea en efectos y microestructuras de todo tipo. En general, salvo por este último corte, estos cuatro temas “Bonus” son más crudos en el sonido de las guitarras, más contundentes, por lo que su presentación complementaria a los temas principales de “Cerimonies” creo que está justificada.


El resultado es apabullante para una banda de mimbres tan recientes. LUBIANKA tiene calidad técnica, impecable ejecución y buen gusto en sus influencias. Alguno puede que se sorprenda de todo lo que sale de los altavoces (muy bien balanceado gracias a una producción honesta), cuando es algo que ya se hacía hace 40 años, dicho esto como un halago, porque “Cerimonies” está entre lo mejor del año y pone mi llamada de atención sobre esta formación tan interesante. Para no perdérselos.

Raúl Ureña Salgado

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