Crítica de SAUROM - Sueños

Todos tenemos momentos traumáticos que nos marcan de por vida, ya sea una terrible borrachera a base de vodka que hace que odies el olor de este licor o una relación sentimental problemática que hace que receles del otro género y te conviertas al celibato. Pero no vengo aquí a hablar de alcoholismo o terapias de pareja, sino de música. En mi caso mi experiencia musical más traumática me la provocaron MÄGO DE OZ con "Finisterra". Dieciséis años después sigo sin entender qué llevó a Txus DiFellatio a pensar que un doble disco era una buena idea porque, si a aquel doble álbum le eliminas versiones innecesarias, medios tiempos absurdos y en general, relleno, y lo hubieses dejado en un disco sencillo estoy convencido de que habría un acuerdo bastante amplio de que sería uno de los mejores discos de Heavy Metal español del siglo XXI.

¿Por qué traigo estas reflexiones? Porque parece que SAUROM ha caído en el mismo error. No es que "Sueños" no tenga temas buenos. No es que los gaditanos no hayan sabido escribir canciones vitalistas y con aroma a himno. No es que su nivel musical haya caído en picado ni hayan perdido el rumbo compositivo y apostado por estilos extraños. Es que el formato de doble álbum no le beneficia. El exceso de medios tiempos, intros innecesarias y de canciones grises y opacas sin gancho sepulta y oculta las virtudes de las mejores canciones del disco.

¿Qué encontramos entre lo bueno? Temas como "Náufrago" o "El Beso":


En otros momentos optan por registros más épicos como "Pintor De Suspiros" o "La Isla De Los Hombres Solos", donde la voz femenina y el colchón de teclados se acercan a terrenos sinfónicos y el resto de instrumentos ofrecen un acompañamiento propio del Power Metal. El otro gran momento épico es "Soñando Contigo", que goza de los mejores coros del disco

Tenemos también singles divertidos que recuerdan a los MÄGO DE OZ más vitalistas como es el caso de "¡Vive". En este sentido "El Carnaval Del Diablo" tiene ese mismo espíritu desenfadado de aquel "Dracum Nocte" del clásico "Juglar Metal".


En otras ocasiones los gaditanos han introducido elementos más poperos como en "Soñando Contigo" que podría recordar a CELTAS CORTOS o en "Dalia" donde algún momento trae a la cabeza a LA OREJA DE VAN GOGH. Eso sí, el resultado en ambos casos son dos de las canciones con más gancho del álbum. Y también se atreven incluso con algún toque discotequero ochentero como en el inicio de "El Elixir", que acaba convirtiéndose en otro de los mejores momentos del disco gracias a su pegadiza melodía vocal y la potente y marcada base rítmica.

El principal aspirante a himno del disco es "Latinoamérica Juglar", un canto a todos los fans que la banda tiene en el continente sudamericano. La lástima es que en la parte final incluyen un interludio que deja la línea melódica y rítmica en la que se basaba el disco para meter unos coros de sonido un tanto chusco.

¿Y entre lo malo? Medios tiempos inanes como "Rosa negra", "Dulces sueños" y "Pintor de suspiros".  Temas con aire de jiga que no aportan nada como "Bella Luna". Temas vacuos que no van a ninguna parte como "Sueños Perdidos". Y el sacrilegio que han hecho con la nueva versión acústica y ralentizada de "La Musa Y El Espíritu". Aquello no tiene nombre.

Si nos encontrásemos ante un disco sencillo el balance sería mucho más positivo. Yo personalmente creo que acabaré haciendo una lista de reproducción en la que obvie los momentos menos afortunados del disco. Pero, si he de hacer un balance global de esta entrega de SAUROM he de decir que es bastante poco favorable.


 

Brave Sir Robin

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