Una de las giras más interesantes, al menos en lo que a Metal Extremo se refiere, que íbamos a poder disfrutar esta primavera por estos lares era la que traía de nuevo a nuestro país a los canadienses CRYPTOPSY encabezando un cartel bastante atractivo, al menos a priori. Y digo al menos “a priori” porque lo atractivo del cartel no se tradujo en una asistencia acorde, en Madrid sin duda no lo fue, donde no sé si llegaríamos a las 150 personas.
En este tipo de giras con tantos grupos siempre suceden las mismas cosas, y más cuando el concierto es un miércoles. La primera es que a las primeras bandas no las suele ver casi nadie debido a lo temprano de su actuación y lo segundo es lo cortos que son todos los conciertos, incluidos los de los headliners. La gira de CRYPTOPSY no iba a ser una excepción.
La sala Cats sigue albergando los conciertos que estaban programados en Caracol y tenía mis dudas de cómo sonarían grupos más extremos que los que había tenido oportunidad de ver anteriormente allí. A tenor de lo vivido pude comprobar que, con un técnico de sonido competente, se puede también sonar bien, lo que fue un alivio de cara a afrontar las casi tres horas de música que quedaban por delante.
THE LAST SHOT OF WAR
El primer combo en salir fueron los belgas THE LAST SHOT OF WAR y fueron los encargados de sufrir lo comentado anteriormente. Dos personas, contándome a mí, estábamos cuando aparecieron con la intro “Perversion”. La temprana hora y, sobre todo, la falta de interés por ellos (varias personas entraron y se volvieron a salir) fue lo más destacado de una actuación que, si bien fue correcta a nivel musical, no convenció a casi nadie. Y es que el Deathcore que practican en temas como “Beyond The Nightmare Of Dreamer” o “Just Once” no fue del agradado de los presentes.
Apenas 23 minutos fue lo que duró una actuación donde presentaban su último disco, “Piece Of Hate”, del que también sonó “Obscene Whisper”, ante la impasible mirada de las no más de quince personas. Conscientes de este hecho el grupo se limitó a tocar y su vocalista, Jeremiah Zeghers, ni intentó animar consciente de que su concierto era un mero trámite para la práctica totalidad de los presentes, aunque sí que agradeció la presencia de los que estábamos en varios momentos.
THE WAY OF PURITY
Con algo más de asistencia, ya que menos era francamente difícil, les llegó el turno a los “inquietantes” THE WAY OF PURITY con sus máscaras y pasamontañas que dieron un concierto más curioso que otra cosa, en mi opinión. Personalmente no llegué a conectar con su propuesta, a pesar de que tuvieron momentos variados e interesantes en la escasa media hora que estuvieron sobre el escenario.
Arrancaron con “Sinner”, un tema de su debut “Crosscore”, con Marja Panic cubriendo su rostro con un pasamontañas, la teclista con una braga negra (que podía haberse quedado en el camerino porque apenas se la escuchó durante la actuación) y el bajista con una máscara bastante fea mientras que el resto de miembros sólo llevaban la cara pintada. Tras la primera canción Marja dejó ver su cara, no así el resto de sus compañeros que siguieron de esa guisa el resto del concierto, y comenzaron a desgranar algunos de los temas que componen su último trabajo, “Equate”, como la melódica “Artwork Of Nature”, “Death Abound Everywhere” o la reveladora “Eternal Dammation To René Descartes” en la que se atisba por dónde van los tiros de su filosofía vital.
A pesar de que la vocalista estuvo arropada en numerosos momentos por las voces del bajista “Whitout Name” (que así se hace llamar el muchacho) y que no lo hizo mal, la vi con una falta de tablas enorme, sobre todo en los momentos en los que no tenía que cantar. Supongo que esto lo mejorará a base de conciertos y que es cuestión de tiempo, pero destacó negativamente su manera de afrontar estas partes aunque, como son unos tipos bastante peculiares, no me extrañaría que incluso lo hiciera a propósito.
Cerraron con “Keep Dreaming”, otro tema de “Equate”, o, mejor dicho, lo hicieron con un “speech” sobre la igualdad animal de lo más curioso a cargo de Marja mientras sus compañeros abandonaban las tablas. Desde luego, no son una banda al uso precisamente.
DECREPIT BIRTH
Con la actuación de DECREPIT BIRTH empezaba realmente el concierto para la gran mayoría y es que había bastantes ganas de ver a los de Santa Cruz en directo con el homeless, porque él así lo desea, Bill Robinson a la cabeza. Este hombre es todo un personaje, se mire por donde se mire y lo demostró durante la media hora larga que duró la descarga de los californianos.
Con el tema instrumental “Of Genocide”, a modo de intro, seguida por “The Infestation”, ambos de su primer disco, arrancó su breve pero efectivo concierto en el que intentaron contentar a todos sus fans dejando pinceladas de todos sus trabajos. Así alternaron cortes de “Polarity”, como “The Resonance” , con otros de “Dimishing Between Worlds” como la que le da título o “A Gathering Of Imagination”, que fueron muy bien recibidas por una audiencia que, ahora sí, mostró bastante más interés que con sus predecesores.
El ritmo del concierto me pareció adecuado y se vio a Bill muy comunicativo intentando conectar con la audiencia en todo momento. Eso sí, curiosos los gestos que no paró de hacer en todos los temas y que, entre sus pintas y sus gestos de loco, reforzó mi opinión de que está un poco “pirado”. El resto del grupo se mantuvo más bien sobrio, con el guitarrista Matt Sotelo ejecutando los solos con brillantez y acaparando cierto protagonismo mientras que Chase Fraser se mantuvo en un segundo plano. Mención especial para la bestia parda que tienen tras los parches, Sam Paulicelli, espectacular su actuación.
Curioso que, teniendo tan poco tiempo y tres trabajos editados, decidieran cerrar con la versión de Death “Crystal Mountain”, por mucha influencia que haya sido Chuck en su música, pero bueno, fue coreada por los presentes y supuso un buen colofón a su actuación.
CATTLE DECAPITATION
Casi tanto aliciente como la visita de CRYPTOPSY era la actuación de los americanos CATTLE DECAPITATION, sobre todo después de la edición del inmenso “Monolith Of Inhumanity” (uno de los mejores discos de Metal Extremo editados el año pasado y de los últimos tiempos en mi opinión) y lo cierto es que los de San Diego no defraudaron en absoluto. Más bien dieron el mejor concierto para mí de la velada a pesar de que supo a muy poco por su escasa duración.
Si Bill Robinson había parecido un gran frontman y un poco “colgao”, Travis Ryan pareció de otra galaxia. Increíble lo bien que manejó a un público, realmente entregado que se lo puso muy fácil (todo hay que decirlo), y qué bien cantó todos los temas, a pesar de la amplitud de registro entre algunas de las partes. Ya digo, magistral su actuación erigiéndose en el centro de todas las miradas y eclipsando a sus compañeros, que estaban concentrados en clavar los temas.
Dada la calidad que atesora su último disco me pareció todo un acierto que centraran en él su descarga ya que, desde la inicial “The Carbon Stampede” hasta el adiós con “Kingdom Of Tyrants”, aquello fue una auténtica locura con la gente cantando el estribillo de temas como “A Breathing, Breathing Piece Of Defacating Meat” (menudo título…) o liando pogos sin parar a ritmo de “Lifestalker” o “Forced Gender Reassignment”.
Sorprendente lo bien que sonaron, a pesar de la caña que metieron, con una base rítmica tremenda y con un Josh Elmore que también se salió con su extraña guitarra mientras Travis no paraba de hacer guarradas escupiendo al aire y cogiendo de nuevo el escupitajo, o esnifándoselo tras haberlo cogido con la mano. Imágenes que me acompañarán de por vida…
“Do Not Ressucitate” y “Your Disposal” también sonaron y redondearon un concierto que colmó mis expectativas y es que, pesar de no ser un furibundo seguidor del grind, lo variado del disco y del concierto me convenció por completo. Alucinantes.
CRYPTOPSY
Difícil papeleta la de CRYPTOPSY para superar un concierto de la intensidad del dado por CATTLE DECAPITATION, aún así, uno de los estandartes del Brutal Death más técnico no iba a tirar la toalla y, desde los primeros acordes de “Two-Pound Torch” dejaron claro el por qué es legendaria la banda liderada, ahora más que nunca, por el excepcional baterista Flo Mounier.
Si bien es cierto que Flo es el único miembro original actualmente en la formación, no es menos cierto que ha sabido rodearse siempre de grandes músicos, como Christian Donaldson o como Olivier Pinard, capaces de hacer que no echemos de menos a miembros que pasaron por la formación canadiense ya que su técnica no tiene nada que envidiar. Otra cosa es la labor de suplir voces tan carismáticas como la de Lord Worm, tarea que corre a cargo de Matt MacGachy desde hace unos años y al que no había tenido oportunidad de ver ya que no asistí a su anterior visita. Sin ser una voz tan personal creo que estuvo correcto y muy participativo durante su actuación, animando y dirigiéndose al público en repetidas ocasiones.
Fue sorprendente que del disco homónimo, que venían teóricamente presentando, sólo tuvieran cabida un par de temas (“Shag Harbour´s Visitors fue la que acompañó a “Two-Pound Torch” en este menester) aunque con tantos clásicos como tienen y un concierto tan corto cobró más sentido. Del resto de su bagaje discográfico pues se centraron en sus inicios ya que “Whisper Supremacy” tuvo mucho peso en el repertorio con “Emaciate”, “White Worms” y “Cold Hate, Warm Blood”, que fueron muy bien recibidas.
Otro hecho que confirma esta afirmación fue que del disco que más tocaron fuera de “None So Vile”, con hasta cuatro cortes. Unas coreadísimas “Benedictine Convulsions” y “Graves Of The Fathers”, durante la parte regular del concierto y los dos bises, “Slits Your Guts” y la imprescindible “Phobophile”, que remató la faena definitivamente tras, si no vi mal, que Donaldson rompiera una cuerda y dejaran en el tintero otro tema nuevo como “The Golden Square Mile” que, seguramente, casi nadie echó de menos.
Tampoco se olvidaron de su debut (como si hicieron de sus últimos trabajos y época intermedia, de los que sólo interpretaron “Worship Your Demons”, no muy del agrado de los fans…) pero, ante la duda de qué canciones interpretar, como comentó Matt, decidieron hacer un medley del mismo. Creo que es la primera vez en mi vida que veo a un grupo de Metal Extremo hacer tal cosa pero la gente lo disfrutó como si no hubiera mañana. A mi esta solución no me convenció demasiado, para ser sincero.
En resumen, buena actuación de los canadienses, aunque algo corta, con la que se redimieron en parte de su anterior visita de la que todo el mundo habló mal, aunque yo recuerde con más cariño la anterior en la que todavía estaba Lord Worm a las voces, y que creo dejó a la mayoría satisfechos. Yo, personalmente, me quedo con el concierto de CATTLE DECAPITATION que estuvo inconmensurable.
David Ortego
