Aunque su última visita me dejó sensaciones encontradas ya que, a pesar de que no estuvo mal, todos tuvimos la impresión de que pudo haber estado mucho mejor, decidí volver a encontrarme con los canadienses HAREM SCAREM en el que sería su único concierto con repertorio completo en los próximos meses.
7 ALMAS
Muy pronto se abrieron las puertas y muy pronto comenzó la actuación de 7 ALMAS, banda que se encargaría de intentar caldear el ambiente para las huestes de Hess y compañía, aunque a esas horas pocos éramos los que nos habíamos plantado en la sala para verles.
Era la segunda vez que el combo liderado por Óscar J. López se cruzaba en mi camino, también abrieron para DANGER DANGER hacía unos meses. La impresión que me causaron ese día, pese a no conocer las canciones, se vieron refrendadas esta tarde de domingo con los temas que presentaron de su debut, “Nueva Tierra”.
Saltaron a las tablas con “Buscando”, buen sonido y muchas ganas de agradar, a la que le siguió “Dispuesto Y En Pie”, que ya mostró lo bien que se defiende vocalmente Israel en directo, ejerciendo a la vez de buen frontman de la formación madrileña, mientras que el resto el grupo aportó unos correctos coros dando bastante empaque a todos los temas.
Su Hard Rock, potente y melódico, fue calando poco a poco entre un público que, lentamente, iba accediendo a la sala mientras ellos seguían a lo suyo presentando más temas de “Nueva Tierra”, como la homónima (que sonó como igual de bien que en el disco) o la sentida balada “Allí Estaré”. También sonaron una netamente hardrockera “Te Siento Lejos” o el medio tiempo “Esperándote”, que algunos incondicionales del 7 ALMAS corearon con fuerza.
Jugando bien con la disposición de los temas en el repertorio, consiguieron que no decayera el ritmo del concierto en ningún momento. Aunque tocaron bastante tiempo para ser teloneros, no resultaron pesados y creo que ganaron algún fan entre los que les vimos. Y es que la clase tocando la guitarra de Óscar López, el chorro de voz de Israel (y su aportación con la acústica en varios cortes) unidos a la potente base rítmica de la pareja de “Óscars” (Salas y Pérez, que ha sustituido al fallecido David Saura a las baquetas) sobre el colchón de teclado de Carlos Mora, que se debió escuchar más alto en algún momento, me resultaron efectivos e interesantes.
Temas “cañeros” como “La Diosa Del Templo” y la ácida, líricamente hablando, “Vampiros De Traje”, también tuvieron cabida en un setlist que contó con la inesperada “I Surrender” de RAINBOW en él y que, sin duda, sacaría los colores al propio Joe Lynn Turner porque considero que les quedó cuasi perfecta. Con ella llegaron al final del show que, como se esperaba, cerraron con su single “Dónde Está Tu Amor”, de nuevo coreada por los incondicionales del grupo que habían ido a apoyarles.
Si te gusta el Hard Rock bien hecho, cantado en castellano, da una oportunidad a 7 ALMAS porque, pese a tener sólo un disco editado, la amplia experiencia de los miembros de la formación les hace despuntar sobre la mayoría de grupos del estilo. Buen concierto y veremos hasta dónde son capaces de llegar con algo de tiempo.
HAREM SCAREM
Qué raro se me hace hablar de HAREM SCAREM sin poder hacerlo de uno de sus pilares fundamentales, Pete Lesperance, quien, semanas antes del concierto, anunciaba en un vídeo que no podría estar con sus compañeros por haberse roto el brazo. Sin duda, este hecho condicionó en gran medida la descarga de los canadienses y muchos, al enterarnos de la noticia, pensamos que lo mejor hubiera sido aplazar el concierto ante tan destacada baja.
Sin embargo, Mike Vassos, (recomendado y avalado por el propio Lesperance) fue anunciado como el reemplazo del guitarrista fundador por lo que todo seguía en pie. Sin duda es loable el esfuerzo del grupo por no cancelar sus compromisos, igual que el esfuerzo titánico de Vassos para aprenderse en tiempo record los temas del repertorio pero, para muchos, y reconociendo lo gran guitarrista que es Mike, el resultado no estuvo a la altura de lo esperado. Muchas de las canciones más míticas del cuarteto quedaron lastradas en cierto modo, sobre todo en el apartado de los solos donde Lesperance marca la diferencia con su personal estilo.
De cualquier modo, y con una sala que calculo no estaba más que con la mitad de su aforo (ya sabemos que el domingo no es el mejor día para ir de concierto…), “Garden Of Eden”, de su sorprendente nuevo trabajo “Thirteen”, abrió un concierto algo diferente al que vivimos el año pasado en varios aspectos.
Dejando a un lado la insustituible baja de Pete, casi desde el principio del concierto (tras algunos ajustes iniciales) el sonido de la sala barrió al de la infame Penélope por lo que en este aspecto salimos ganando tanto público como banda. Pero, sobre todo, la mayor diferencia que encontré entre ambos conciertos fue la actitud y estado vocal de Harry Hess, quien no me convenció en exceso en su anterior visita, dejándome positivamente sorprendido en esta porque no solo se mostró más cercano y simpático sino que, y esto es lo más importante, cantó de lujo de principio a fin. Excelente actuación la del veterano vocalista.
Si exceptuamos los temas “Dagger” y “Karma Cleansing”, que siguen sin cuadrar para la inmensa mayoría de la gente con el resto del repertorio y que bajaron la intensidad y la respuesta durante su ejecución, el resto de las canciones hicieron las delicias de todos los presentes porque fueron temazos inmortales del mejor Hard Rock o grandes canciones de su nuevo disco que, a estas alturas de la película, nos ha dejado con la boca abierta a más de uno por su calidad.
Porque, aunque no obtuvieran la misma entusiasta respuesta que “Hard To Love” o “Slowly Sleeping Away”, primeros temas clásicos que sonaron esa noche, las nuevas “Troubled Times”, el medio tiempo “All I Need” y, sobre todo, las geniales “The Midnight Hours”, mi favorita del último trabajo, y “Saints And Sinners”, ambas en los compases finales, pueden mirar a la cara sin problemas y no desentonar un ápice en un repertorio lleno de clásicos. Esto no resulta tarea fácil y debo felicitarles por ello.
Conforme iban cayendo las canciones, nos fuimos dejando llevar olvidándonos un “poco” de la ejecución de Vassos y disfrutando de la impecable y brutal interpretación de Hess en la balada “Honestly”, donde nos puso los pelos como escarpias acompañado por una sala entregada que coreo el estribillo como si no hubiera mañana, así como en las siempre ganadoras “Saviors Never Cry” y “Stranger Than Love”, de esa joya que es “Mood Swings”, y que les quedaron perfectas. Incluso se marcaron la balada “Distant Memory”, un tema rescatado de su debut que hacía mucho que no interpretaban, y que también quedó genial.
Con el bajista Stan Miczek algo más animado e integrado en el grupo que en su anterior visita, cosa bastante fácil por otro lado, no faltó el tema donde el “figura” de Darren Smith se luce y acapara el protagonismo. Por supuesto me refiero a un “Sentimental Blvd” que sonó genial y dejó claro que el mayor apoyo vocal de Harry es el baterista y su micrófono “diadema”, porque sigo pensando que en el resto de partes corales hay alguna ayuda grabada y, ni Miczek ni Mike Vassos, aportaron demasiado a este respecto, sinceramente. Además, este fue otro de los cortes donde Harry se colgó la guitarra dando más empaque al tema.
Como comentaba al inicio de la crónica, la innecesaria y moderna “Karma Cleansing” cerró la parte regular del concierto y con ella se retiraron unos momentos del escenario para interpretar unos bises “sorpresa”, ya que el resto del repertorio ya se había desvelado previamente, y que, obviamente, recayeron en su disco más exitoso.
De este modo “Change Comes Around” y la celebérrima “No Justice”, con la sala volcada con el grupo, pusieron el punto y final a un concierto que, de no ser por la falta de Pete Lesperance, hubiera estado a años luz del de Penélope a pesar de que la banda volviera a venir “con lo puesto” (ni telón, ni luces extra, ni nada más que sus instrumentos) fundamentalmente, en mi opinión, por las prestaciones vocales de Hess y un sonido a la altura de una banda clásica como ellos.
A ver si tenemos suerte, y a la tercera va a la vencida, para poder ver a la formación al completo tocar en un sitio con un sonido en condiciones. Y ya, por pedir que no quede, si en vez de tocar de nuevo hora y veinte minutos se “estiran” algo más y meten un par de canciones o tres más, lo bordan. No obstante, bastante mejor concierto que el que me esperaba con los condicionantes que lo acompañaban.
Crónica y fotos: David Ortego
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