La banda noruega de Doom Metal DEVIL regresa con "Gather The Sinners", segundo trabajo donde se sigue la línea del anterior disco, aunque mejorando algún aspecto, fundamentalmente el gancho de sus composiciones. El resto de su esencia permanece inamovible.
Para empezar, desde que suenan los primeros segundos de "Southern Sun", se intuye un álbum más pegadizo que lo que fue hace dos años "Time To Repent". Esto no ha impedido continuar la senda ya trazada hace algún tiempo, sin perder de vista las influencias de bandas clásicas que tan bien estaban representadas en su primer disco.
Aparte de los grupos de cabecera para desarrollar su música, como BLACK SABBATH o PENTAGRAM, hay otra cosa que no ha sido alterada en los noruegos, afortunadamente: un sonido tan orgánico y natural que podría ser lo más parecido a asistir un ensayo de DEVIL. La crudeza y pureza de cada uno de los instrumentos es todo un logro. Es muy valiente presentar así su música, aunque de cualquier modo no podría entenderse si no fuera exactamente ese el sonido, es como ponerse un vinilo de los años 70.
Viendo que en ese aspecto el resultado es el mismo que el obtenido en su previo álbum, intuyo que el método de grabación empleado no ha variado. Se hace de este proceso todo un ritual de mimetismo, siguiendo paso por paso lo que serían las técnicas de hace cuatro décadas, exceptuando los últimos pasos que se realizan en un ordenador, según comentó el propio Stian Fossum, guitarrista del grupo.
En cuanto a la estética de DEVIL, el halo ocultista permanece como parte de su esencia en portada y letras, encajando perfectamente con sus maliciosos riffs y melodías vocales, que se mueven de la tenebrosidad de "Darkest Day" al tono más jovial y desenfadado como el presente en la canción "Ladies Of The Night", la concesión más comercial de su música.
Los que ya disfrutaron de "Time To Repent", volverán a hacerlo con "Gather The Sinners". Aquellos que no escucharon el debut por puro desconocimiento de DEVIL, si gustan del Doom clásico, es obligatorio que le den una oportunidad al grupo.
Carlos Herrero
