BARBARIAN - Faith Extinguisher

Los maniacs de CELTIC FROST están de enhorabuena. Un pequeño revival del género nos está trayendo a bandas tan buenas como la que os presento en esta reseña. “Faith Exthinguiser” es el primer disco de unos italianos llamados BARBARIAN, que van a dar mucho de qué hablar en los ambientes más underground del Metal.

Aunque es un estilo que goza de cierto revival en la actualidad, el Heavy Metal brutal que desplegaban CELTIC FROST no posee la popularidad de otros subgéneros. Sin embargo, la poca oferta de grupos hace que los mismos tengan cierto nicho de público nostálgico, lo que les mantiene vivos.

Configurado como un power trio, como muchas bandas similares, estos italianos poseen una demo y un split anteriores que les valió para fichar por Doomentia Records.

BARBARIAN es una formación que se enclava dentro de lo que ellos denominan Ageless Wave Of Stubborn Heavy Metal. Se traduciría en algo así como “Ola Atemporal De Heavy Metal Tozudo”. Es un tipo de música que ya hicieron bandas como HELLHAMMER o CELTIC FROST en su día, y bebe tanto de los riffs pesados de BLACK SABBATH, como de la velocidad de VENOM. Muy heavies sí, pero también brutales. Fue de hecho éste el percusor de muchos otros géneros extremos como el Death o el Black.

BARBARIAN posee algo que a muchos grupos del estilo les falta: calidad compositiva. Casi todas las bandas del género gozan de un buen directo. Tres personas en el escenario, unido a riffs simples: caña asegurada. El problema de muchas de estas formaciones,es que piensan que para tocar CELTIC FROST no se necesita de mucha composición. Es un estilo que requiere sentido de la musicalidad y mucho oficio en la elaboración de las estructuras de los temas (no es fácil encajar tantos riffs así de simples).

En canciones como la propia “Faith Extinguisher” muestran un despliegue de riffs sencillos y bien colocados junto con esa distorsión tan sucia y ochentera (llena de reverb), que les da esa crudeza. Luego se une una voz gritada estilo Death Metal Old School, generando un culmen de brutalidad.

 

En cortes como “Total Metal” ponen todo lo que hay que poner, dándole velocidad y potencia al disco. Aquí se muestran todos los elementos del estilo y de hecho, me recuerdan a una grandísima banda española muy similar: MANIAC. En este género abundan los tríos, quizá es lo más fácil para darle un empujón a la música en el escenario. Son temas directos a la yugular con mucha distorsión y mucha pegada.

El sonido en general del CD es muy sucio, sin llegar a sonar del todo cavernoso. Mantiene un toque muy Old School al estilo VENOM que les sirve para sacarse canciones como “Fools Of Golgotha” (mi canción favortita del disco). Es increíble la estructura compositiva de esta canción y los riffs heavies de la misma.

Con temas como “Crux Et Circensis” demuestran una gran elaboración y un ritmo más lento en algunas de sus etapas. Un estilo del que no gozan otras bandas actuales del género. Cuando una banda decide hacer algo tipo CELTIC FROST se queda sólo con las canciones rápidas, se van a lo HELLHAMMER. Esto ha hecho que tengamos muchas bandas iguales, llenas de velocidad pero con apenas variaciones. BARBARIAN aporta aquello que faltaba: el estilo Heavy Metal de los años 70. Por lo tanto cuando llega “We Are The Profane”, te das cuenta que has escuchado un discazo.

Me encantan las apuestas así de originales, se salen de la norma, pero no han inventado nada. Es un subgénero del Metal que me encanta escuchar, pero escudándose en el término de “Ola Atemporal”, hacen música que fue inventada en los 80. Si no fuese por eso, este disco habría marcado época seguro.

Hasta la portada, un bárbaro no-muerto con un hacha, resulta una obra de arte. Sólo por su buen hacer se merecen todo mi respeto. Un álbum redondo que tiene todo lo que CELTIC FROST mostró en su día, y con lo que muy pocas bandas (por no decir ninguna) se quedaron. Como se dice de los cerdos ibéricos: “me gusta hasta sus andares”. Todo en este disco es aprovechable y elogiable, y servirá para sostener unos años más este gran estilo.

 

Daniel Fernández