Crítica de LIZZY BORDEN - My Midnight Things

Magnética, esa es la palabra exacta. ¿Qué tendrá LIZZY BORDEN para que, casi siete lustros después de que iniciara su andadura, continúe facturando discos como este "My Midnight Things" que rayen a buen nivel?

Para muchos, la formación creada y dirigida hasta nuestros días por los hermanos Harges (Joey, el baterista; y Gregory ‘Lizzy Borden’, el cantante) jugó un papel relevante dentro del denominado Metal Melódico Americano, en el que discos como “Love You To Pieces”, con esa declaración de intenciones que era y sigue siendo el tema “American Metal”, elevaron el estatus y popularidad de los californianos.

Para otros, LIZZY BORDEN solo fue un subproducto ochentero más, atiborrado de clichés propios de la época; un pastiche de serie B de ALICE COOPER por su similar concepto del Shock Rock visual y estéticamente hablando. Para ser francos, yo no es que me encuentre hoy especialmente positivo y prefiera decantarme por la primera opción descrita, es que dejo mi rúbrica donde haga falta para defender a capa y espada la trayectoria de la banda estadounidense, una carrera que, además, sigue ganando enteros con trabajos como el aquí presente "My Midnight Things", un lanzamiento con el que el excéntrico vocalista y sus esbirros se han tomado todo el tiempo del mundo. ¡Once años separan a esta obra de su predecesora! Eso sí, creo honestamente que, viendo el resultado final, las dilatadas vacaciones han merecido la pena.

"My Midnight Things" invita a pensar que ha regresado el tipo camaleónico, el excesivo, el teatral, el mero intérprete. Se me ocurre autopreguntarme: ¿acaso alguna vez no estuvo presente ese pintoresco y singular Lizzy en alguno de sus lanzamientos? Efectivamente, a su modo y con sus diversos lavados de cara, siempre estuvo ahí. Haciendo un rápido repaso por su historia, se podría llegar a la conclusión de que el quinteto de Los Ángeles creció en el seno de esa escena de Hard N’ Heavy en la que también fueron dando que hablar bandas como MALICE, FIFTH ANGEL, CRIMSON GLORY, SHOK PARIS o los DOKKEN más contundentes. Tras esa primera etapa más cruda y, digamos, visceral, la formación se dejó engatusar por una apariencia más hard rockera, como demuestran los trabajos “Visual Lies” y “Master Of Disguise”.

La crisis de los noventa afectó al seno de la familia Borden, con el consabido parón que damnificó a tantos otros grupos que no vieron venir el vendaval. Superado el bombardeo de cambios que trajeron los bipolares años noventa, la vuelta al panorama musical, ya con el cambio de siglo, llegó con “Deal With The Devil”, un disco que mostraba sin tapujos una propuesta renovada y actualizada, sin que la esencia de ese Metal espectral y acicalado siempre con unas melodías tan características se hubiera esfumado en absoluto. “Appointment With Death” mejoró ese concepto, ahondando en diferentes sonidos sin que se desfigurase el pasado de la formación.

En pleno 2018, llegamos al final de esta historia, año en el que aterriza "My Midnight Things", una obra creativa, polifacética, por momentos valiente, que deja bastante buen sabor de boca y constancia de por qué LIZZY BORDEN es una institución en el género. Quizá algunos sigan pensando que de serie B, como indiqué unas líneas atrás, pero una institución más que respetable a fin de cuentas.

"My Midnight Things", apuesta por el lado melódico de LIZZY BORDEN

En su conjunto, este nuevo lanzamiento es más melódico que su predecesor y, en líneas generales, no está tan sobrecargado de bases corpulentas y riffs metaleros. "My Midnight Things" engatusa con toda la facilidad del mundo. La voz de Lizzy sigue intacta y la melodía, tan de la época del “Visual Lies”, funciona perfectamente, como funcionan los teclados que aparecen a mitad de tema. “Obsessed With You” posee un empaque de Hard Rock moderno y potente y es una pieza en la que de nuevo circula con soltura e inspirarión ese estilo fantasmagórico y tétrico sellado de por vida a la garganta de Lizzy.

“Long May They Hunt Us” es un sorprendente e inesperado medio tiempo cuyo arranque de batería me dibuja a esos grupos sesenteros de la Movida Beat, pero con unos herrajes bastante más propios de la época actual. Es como si a una canción de baile de graduación de película norteamericana le inyectaran una dosis de Rock contemporáneo. Comercial como él solo, pero igualmente interesante y atractivo. “The Scar Across My Heart” posee otro buen abanico de melodías hipnóticas cortesía de la casa, con cierto deje a la etapa del “Master Of Disguise”, y manteniendo ese empaque de modernidad en el que se refugia el compacto en todo momento. Nuevo acierto.

Por su parte, “A Stranger To Love” se adentra en esas sonoridades lóbregas que tanta personalidad le han dado siempre al quinteto, donde la presencia constante de unos nebulosos teclados casi te llevan al terreno de formaciones como NIGHTWISH, salvando las distancias estilísticas que hay entre una y otra banda. “The Perfect Poison” mantiene alto el listón del disco, aferrándose de nuevo a un trabajo de melodías bien estudiadas, en las que Lizzy parece adquirir cierta tonalidad trágica, sentimiento por el que se deja seducir el tema en su conjunto.

“Run Away With Me” es el segundo medio tiempo que ofrece el compacto, siendo un tema más convencional y previsible que el anteriormente mencionado “Long May They Hunt Us”, mientras que con “Our Love Is God” aterriza de sopetón otra nueva sorpresa, un tema de Rock/Metal Industrial machacón que recuerda a la etapa de ALICE COOPER en el “Brutal Planet” o, si no fuera por la voz tan aguda de Lizzy, al mismísimo ROB ZOMBIE. La versión acústica de "My Midnight Things", con piano de fondo y buen trabajo coral como perfecto atrezzo, nos va indicando que se acerca el fin, el cual se produce con “We Belong To The Shadows”, canción con la que la fórmula sigue respirando a buen ritmo y sin mostrar síntomas de cansancio. Un estribillo contagioso y casi adictivo le da identidad a otro buen tema de Hard Rock moderno y robusto.

LIZZY BORDEN sigue asombrando

Se sale. LIZZY BORDEN, literalmente, se sale. Parece que la chistera del tipo al que conocimos en tiempos lejanos ensangrentado y gustoso por la parafernalia creepy sigue teniendo suficientes recursos como para poder asombrar al personal. Disfrutar de este disco es tarea fácil, un trabajo que confirma y realza esa propuesta seria y totalmente actualizada que presenta la última tirada de discos de la agrupación norteamericana. No te decepcionará si conoces la trayectoria y el universo musical de la banda.

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Discográfica: Metal Blade Records

Os recordamos cómo fue el concierto de LIZZY BORDEN y SEXPLOSION.