El primer disco del guitarrista en solitario no deja espacio para el aburrimiento
Pues sí, es un buen disco “From Hell I Rise”, el debut en solitario del legendario guitarrista Kerry King. Lo pienso nuevamente y me reafirmo, ya que no las tenía todas conmigo antes de zambullirme en el trabajo. Pero sí, este lanzamiento es un más que buen álbum y explicaré por qué.
Tras la inesperada, o no tanto, disolución del veterano cuarteto SLAYER a finales del 2019 -que ahora vuelve con conciertos en 2024-, emergió en el seno de la banda una voz discordante ante dicho movimiento que dejaba un poco huérfanos a los seguidores del Thrash Metal de la vieja guardia. Dicha voz no fue otra que la de Kerry King, el vigoroso guitarrista de icónica e imponente imagen con sus interminables y serpenteantes tatuajes y su prolongada barba. Poco después, se pudo saber que el susodicho continuaría antes o después en el circuito musical, quizás, con algún miembro de SLAYER, y acompañado también de otros músicos de renombre.
En sucesivos meses, fueron muchos los rumores que se dispararon en torno a los nombres que se situarían en la línea de fuego junto a King en esta nueva andadura de la que solo sabíamos, en palabras del propio guitarrista, que el concepto musical seguiría la estela de SLAYER, como cabría esperar lo hubiera corroborado él o no, todo sea dicho.
Una formación de lujo para "From Hell I Rise"
Phil Anselmo de PANTERA e incluso algún miembro de los veteranos ANTHRAX fueron algunas de las piezas que se situaron erróneamente en el cuadro. Pero, finalmente, el misterio acabó desvelándose según se iba acercando la fecha del lanzamiento del álbum.
Paul Bostaph, siendo una una más que obviedad, acompañaría a King situado tras los parches; Mark Osegueda de los míticos DEATH ANGEL se encargaría de las voces, siendo una de las grandes e inesperadas sorpresas de la alineación; Phil Demmel de VIO-LENCE rasgaría las cuerdas de la segunda guitarra y, finalmente, Kyle Sanders de HELLYEAH ejercería las labores de bajista. Una formación curiosa y, de primeras, más que compensada en cuanto a calidad individual y a resonancia en el mundillo metalero de cada uno de los miembros.
Las expectativas estaban más qué armadas y ahora tocaba esperar a ver qué habían dado de sí King y sus secuaces en el estudio de grabación. Tiempo, desde luego, había de sobra para elaborar un disco en condiciones, pero, parafraseándome a mí mismo por lo comentado al inicio, no las tenía todas conmigo.
Kerry King, icono del Thrash Metal
Kerry King es, pese a quien le pese, una leyenda a las seis cuerdas. Su acribilladora mano derecha ha generado algunos de los mejores y más significativos riffs que haya podido dar de sí el Thrash Metal desde su gestación. Básicamente, ha sido un precursor de una forma de entender la música, ejecutada a una velocidad endiablada, y todo un referente para el universo thrasher y su retoño más directo: el Metal Extremo.
Cierto es, para ser del todo justos, que su labor hasta hace unos años no se podía evaluar sin tener en cuenta la otra pieza angular de todo este entramado sonoro: el fallecido y añorado Jeff Hanneman, al que muchos siempre señalaron como el verdadero talento a las cuerdas en SLAYER. Sea como fuere, la dupla era la que propiciaba una auténtica polvareda, entendiéndose como un todo, una enriquecedora bola de inimitable ruido y una genuina simbiosis de brutalidad musical no apta para todos los oídos. En su día, además, me pareció significativo comprobar cómo "Repentless", la última obra de SLAYER y única en la que ya no pudo participar Hanneman, es uno de los discos más flojos e insípidos de los californianos.
Si añado a la ecuación la sensación o, más bien, el dato objetivo de que King lleva más de 40 años aferrado a un estilo más bien encorsetado y con poco margen de maniobra por mucho que a mí personalmente me guste, pues eso me llevó a casi sentenciar este reciente disco sin tan siquiera haberlo escuchado al completo, ya que los dos temas que sirvieron de adelanto no ayudaron a la hora de generarme una expectativa positiva.
Es cierto que me ha costado al menos un par de escuchas acostumbrarme al sonido del disco. La mezcla del mismo va con los tiempos que corren. Todo exageradamente alto y una batería que acaba devorando a buena parte del resto de la instrumentación en muchas ocasiones. Si hay algo que siempre dotó de personalidad a SLAYER fue la opacidad de su batería en la mayoría de grabaciones. Ese sonido de caja seco y cortante, ese bombo penetrante pero a la vez algo diluido y camuflado por la pegada de Lombardo o de su eterno sustituto, el aquí también presente Paul Bostaph, y tantas otras cuestiones. Es innegable que este nuevo material que nos ofrece el señor King suena a SLAYER compositivamente hablando. Bueno, puntualicemos. Suena a todo lo que ha dado de sí SLAYER a lo largo y ancho del siglo XXI.
"From Hell I Rise", un álbum bien equilibrado y atiborrado de clichés de la escuela SLAYER
Hay mucha velocidad de vértigo y todos los formalismos de los que hace tiempo se adueñó King a la hora de rifear y maltratar su veterana muñeca, hay notas alocadas y soltadas con cierta disparidad en sus punteos, como siempre ha hecho básicamente, pero también hay bastante groove, pesadez y tiempos más templados y dotados de esa siniestralidad y épica especial que solo los de San Francisco te sabían transmitir en discos como “South Of Heaven”, aunque, en general, este álbum, como digo, apunta más bien a la dirección que tomó la banda en obras como “God Hates Us All” o “Christ Illusion” entre otros. Lógico y, digamos, sincero y honesto por parte de Kerry King.
Que nadie espere reencontrarse aquí con elementos que nos ubiquen en aquellos lejanos “Hell Awaits” o “Reign In Blood” mismamente porque la presencia de esos cada vez más alejados parámetros es casi testimonial en este álbum. Pero, por otra parte, y estando ante un album de Thrash Metal claramente contemporáneo y moderno, sin que esto último pretenda sonar peyorativo, creo que hasta el fan de la vieja guardia de nuestros míticos cuatro jinetes podrá o hallará el modo de disfrutar de un álbum bien equilibrado y atiborrado de clichés de la escuela SLAYER donde, a pesar de la cantidad de temas que ofrece el mismo, no hay espacio para el aburrimiento como, a titulo personal, creo que lo había en los dos últimos lanzamientos que nos dejó la banda de marras.
La base rítmica cumple a la perfección y, especialmente, Bostaph ha sabido ceñirse a lo que queríamos escuchar los seguidores de SLAYER, apoyándose en todo su amplio repertorio de vertiginosos redobles de caja y timbales aéreos y un inagotable doble pedal que te pasa por encima. Bien jugado.
Por otra parte, la elección de Mark Osegueda a las labores vocales no ha podido ser más acertada. El tipo, toda una leyenda del circuito thrasher de la Bay Área a cargo de DEATH ANGEL, ha ofrecido su versión más agresiva y descontrolada, precisamente esa de la que viene haciendo gala con los últimos lanzamientos de su banda matriz. Osegueda es, quizá, junto a Chuck Billy una de las grandes voces de todo este panorama norteamericano, por cualidades técnicas y versatilidad, aunque en esta ocasión, y ajustándose a lo que demanda el álbum, se ha limitado a voricerar como un loco y ofrecer su faceta más envenenada. Sería como tener una versión perfectamente asociada del demonio que siempre ha llevado dentro Tom Araya con el fry descarnado y asalvajado de Phil Anselmo, para que nos hagamos una idea.
Canciones alocadas
En cuanto a temas, yo tiendo a decantarme por los más atolondrados y con el acelerador pisado a fondo, que es donde la propuesta de Kerry King y sus nuevos aliados gana enteros y mantiene viva y a alta temperatura la inolvidable llama de SLAYER. Piezas como “Where I Reign”, “Crucifixation”, la fugaz “Everything I Hate About You”, “Toxic”, “Rage” y “From Hell I Rise” son la mejor vitamina que el thrasher medio se puede llevar al cuerpo.
Sin embargo, también me parece pertinente tener en cuenta las nada desdeñables “Trophies Of The Tyrant”, donde me da la sensación de que el bueno de King ha reciclado algunas ideas del "Bloodline" de SLAYER; “Residue”, que va de menos a más y me ha acabado conquistando a pesar de que en una primera escucha no me dijera lo más mínimo, y “Two Fists”, que curiosamente no deja de ser un buen ejercicio de Hardcore/Punk de manual que ha sido capaz de trasladarme hasta los viejos tiempos del poco valorado y noventero "Undisputed Attitude" que sellaron King, Araya, Bostaph y Hanneman hace ya casi 30 años.
El buen ojo de Kerry King
En definitiva, "From Hell I Rise" es un disco elaborado con oficio, ideado en la mente de un meticuloso individuo que ha sabido utilizar las piezas adecuadas para esta nueva partida, que hace décadas que es historia viva de este movimiento, que en breve cumplirá la friolera de 60 años y que sigue abrazado fielmente a un modo, su modo, de entender la música.
El lanzamiento cumple con las expectativas y es el comodín perfecto para celebrar la longevidad de un género que a lo largo de 40 años de recorrido ha vivido absolutamente de todo y su personal historia bíblica: nacimiento, ostracismo, muerte y resurrección. Pero ahí sigue, irreductible y con más credibilidad que nunca cuando nos lo sirven en bandeja un buen puñado de veteranos de la escena con trabajos tan respetuosos hacia los oyentes como el aquí presente.
Canciones de "From Hell I Rise"
- Diablo
- Where I Reign
- Residue
- Idle Hands
- Trophies Of The Tyrant
- Crucifixation
- Tension
- Everything I Hate About You
- Toxic
- Two Fists
- Rage
- Shrapnel
- From Hell I Rise
Discográfica: Reigning Phoenix Music
Más información sobre Kerry King y su "From Hell I Rise" en su página de Facebook.
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