Crítica de RUNNING WILD - Crossing The Blades

Es duro cruzarse con personas a las que una vez quisiste con locura si en un momento dado pasaste a odiarlas con la misma intensidad. Seguro que te ha pasado con parejas o algunos a los que en su día consideraste amigos. Pero, por contradictorio que pueda parecer, me duele aún más toparme con personas a las que amé en su día pero por las que hoy solo siento indiferencia. Eso me pasa con RUNNING WILD. O mejor dicho, eso me pasa con su todopoderoso líder, Rolf Kasparek. Por eso me duele tanto redactar mi impresión de "Crossing The Blades", un EP indigno de tener impreso el rótulo de una banda que ha firmado joyas como "Pile Of Skulls", "Port Royal" o "Under Jolly Roger".

"Crossing The Blades" carece total y absolutamente de gancho. Ninguno de sus cuatro temas despiertan el más mínimo entusiasmo. Pasan desapercibidos. Serían el equivalente en el Heavy Metal de la música de ascensor. No molestan, pero tampoco tienes motivos para escucharlos voluntariamente. Las cuatro canciones de este EP no consiguen hacerte mover los pies, agitar la cabeza o hacer latir tu corazón con un mínimo de intensidad. En lugar de ello, puedes encogerte de hombros en un gesto de indiferencia con cortes como "Crossing The Blades" o "Stargazed".

Cuando falta pasión en la composición, falta pasión también en la escucha. Los clichés y los recursos musicales propios de RUNNING WILD se suceden uno tras otro, pero lo hacen sin ningún tipo de sentido, intención o emoción. Kasparek encadena tópico tras tópico sin ningún tipo de objetivo ni finalidad más allá de rellenar tiempo de canción.

La desidia general de "Crossing The Blades" solo remonta ligeramente en el cuarto y último tema, "Ride On The Wild side". Y eso que la canción no deja de ser un Rock and Roll acelerado de los de toda la vida. Pero vamos, supone una pequeñísima gota de agua en un desierto creativo. Su destello solo destaca en comparación con la oscuridad creativa del del resto del EP. En términos absolutos, no merece la menor atención.

Para que el resultado sea más humillante, el EP comete otro pecado interminable: ofender al oyente con una versión que no aporta absolutamente nada. ¿Qué se le pasó por la cabeza a Rolf Kasparek para interpretar "Strutter" de KISS? Su ejecución del clásico de Gene Simmons y Paul Stanley no tiene ningún tipo de sentido. No recoge la seña de identidad de RUNNING WILD. No actualiza el sonido de la original. No aporta ningún tipo de energía ni intensidad adicional. Solo parece indicar pereza para componer temas propios.

RUNNING WILD factura con "Crossing The Blades" un EP totalmente innecesario

"Crossing The Blades" sería un EP olvidable firmado por cualquier banda. Al llevar el nombre de RUNNING WILD se convierte en una blasfemia, casi en un insulto. Ya no es que este trabajo parezca una bufonada al lado de los clásicos de RUNNING WILD. Es que ninguno de sus temas es capaz de sostenerle la mirada a bandas que recogen el testigo de Kasparek y los suyos. No soy capaz de darte ningún motivo para que escuches este trabajo en lugar de "William Kidd" de los británicos MONUMENT o cualquier tema de BLAZON STONE. Desgraciadamente "Crossing The blades" no ofrece en sus cuatro cortes ningún argumento para que malgastes 20 minutos de tu vida. El adjetivo más amable que puedo dedicar a "Crossing The Blades" es "prescindible".

Me gustaría decir que me siento como don Vito Corleone en el Padrino cuando, refiriéndose al cadáver de su hijo Sonny tras una brutal ejecución espeta "¡Mira lo que han hecho con mi hijo". Pero mentiría. Rolf Kasparek lleva ya demasiado tiempo mancillando el nombre de RUNNING WILD. No puedo sorprenderme a estas alturas. "Crossing The Blades" es otro clavo en el ataúd del legado de una de las bandas más grandes que ha dado el Heavy Metal. Otro capítulo indigno en la historia de una banda que se merece más que esta vacua dosis de futilidad.

Discográfica: SPV

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